La Reina Del Mafioso

Capitulo 6

 

  Observe al hombre de traje marrón y negro, resaltaba entre las demás personas del lugar, se notaba que su postura social era unos niveles mas altos que de los del directivo de la empresa. La silla vacía que se encontraba frente mio me llamaba mucho la curiosidad porque aquel hombre con un sonrisa impecable y con algo de aire de superioridad no se había sentado en ella sino en una que esta a un lado. Quería saber el porque, y no dudo de que dentro de poco sabre quien es el ocupante de aquella silla de cuero negro y metal cromado.

  El hombre volvió sus ojos hacia la carpeta con hojas blancas con el logotipo de la empresa y palabras en negro.

 - Estudiante becada de medicina de la universidad de Columbia.- Dijo el con las cejas algo levantadas.- ¿Estoy en lo correcto?.- Me pregunto con una sonrisa.

  Las miradas de aquella gente mayor que yo y creía que eran más grandes de edad que aquel hombre me observaron al instante cuando los ojos grises cayeron sobre mi como una lluvia repentina.

 -Si.- Digo.

  Froto mis manos en mis piernas suavemente sin provocar algún tipo de ruido que rompa este silencio mortal.

 - Muy bien.- Ojea otras cosas en la carpeta y la dejo sobre la mesa con un ruido apagado por la delicadeza en que sus manos soltaron aquel pedazo de cuero con cartón duro.

  Entrelazo sus dedos sobre la carpeta y su boca se abrió para poder expulsar las palabras que se encontraban en el la punta de su lengua.

  Sentí un viento provenir de mi lado izquierdo, los directivos se levantaron de sus sillas. Me di media vuelta en mi silla y mis ojos se ensancharon.

  Un hombre de cuerpo grande entro a la sala, algo despreocupado, algo de sus dedos de su mano derecha estaban escondidos en la fina tela del pantalón de su traje negro, un anillo con un rubí rojo sangre destello gracias a la luz del sol que se colaba por los grandes ventanales que ocupaban una pared entera.

  Inmediatamente lo reconocí, era el hombre tenebroso que frecuentaba la cafetería en donde trabajo hace unos días, la primera vez lo vi con el hombre de ojos grises pero luego fue al lugar como un lobo solitario y tenebroso.

  Me levante de mi silla y uní mis manos así el frente y debe que mis brazos colgaran con algo de tensión.

 - Tarde como siempre, Enzo.- Dijo el hombre de ojos grises.

  El comenzó a recorrer el largo de la sala para poder sentarse.

 - No tienes ningún derecho a acotar, Ronaldo.- Hablo el poseedor de aquel rubí de una forma en la que solo unos buenos amigos de hace tiempo se hablan.

  Se sentó en la silla que había delante mio del otro lado de la mesa. Todos se sentaron y copie su acciones.

  El miro los papeles que le extendía el rubio, Ronaldo, miro los papeles y con los ojos algo sorprendidos miro hacia delante tratando de disimular sus sentimientos.

  Su azul profundo choco contra mi marrón claro, mi respiración se hizo pesada y su cuerpo estaba tenso por la sorpresa.

  Miro devuelta los papeles y luego nuevamente me miro.

 - Entonces... por lo que veo aquí usted postula por el trabajo de medio tiempo.- Hablo con calma.

  Disimulaba lo que su mente quería reflejar.

 - Correcto.- Dije tranquila.

 - Cuénteme sobre su experiencia laboral.- Hablo y dejo a un lado los papeles.

  Todos me miraron y supe que era mi momento de hablar, era el momento de ganarme aquel puesto.

  El ruido de mis zapatillas se escucharon en todo el pasillo lleno de puertas de cristal. 

  No podía creer que aquel hombre sea el dueño de la empresa "Cock", es que, no entre en la clasificación de empresario, sus tatuajes están esparcidos por todo su cuerpo, me imagino, hasta los tiene en la cara, y aparte de es el metal que adorna su ceja izquierda no pega en nada con algo serio como es ser dueño de una empresa prestigiosa, una empresa de alta calidad.

  Largue un suspiro y entre en el ascensor apreté en numero del recibidor, una luz remarco el numero que elegí y el azul que desprendía me hizo recordar como aquellos ojos fríos me miraban de una forma tan diferente de los demás, no entiendo esa forma de mirarme pero solo hacia que me sintiera tonta, quería mirar hacia otro lado pero me tenían atrapada y ademas ese color tan intenso en sus ojos me hacían desear mirarlos mas tiempo de lo normal.

  Di un paso y salí del ascensor cuando este abrió sus puertas, camine y con una sonrisa me despedí de las secretarias y los secretarios, tire de la puerta de crista y esta se abrió dejando que el frió coque de lleno con mi piel expuesta.

  Si seguía de esta forma me enfermaría.

  Camine algo encorvada por el frió, era un jueves muy notorio ya que algunas personas ya tenian mejor cara deseando que ya sea viernes por la noche, observe a las personas que dejaba atras, vi a una persona en situación de calle fuera de un restaurante con un cartel "ayúdame, no podre agradecerte ya que soy mucho pero dios lo hará con felicidad en tu vida", me acerque al señor, el me miro, me agache y extendí el billete de cinco dolares, el hombre con manos temblorosas y sucias tomo el papel verde, me sonrió y yo le devolví el gesto, me levante y con un asentimiento de cabeza me despedí de aquella persona, seguí caminando y mi mente se lleno de muchas imágenes y por primera vez en mi vida tenia suerte de ser becada en una universidad muy buena, de tener un techo, de tener que comer, de poder abrigarme bien y tener un trabajo digno, pero... no me sentía tan feliz, me siento sola, no hay nadie que me entienda al 100%, nadie me hace sonreír de alegría, de emoción, de diversión, no quiero estar sola.



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En el texto hay: armas, romance, mafias

Editado: 06.07.2021

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