La Reina Del Mafioso

capitulo 10

  Tomo el dobles de el gorro de lana blanco y lo tiro un poco más hacia abajo para cubrir mi frente la cual me duele como mil demonios por el frió viento que golpea mi cuerpo.

  Estoy a tan solo un día de cambiar mi vida, de cambiar mi rutina. En parte veo mi nuevo trabajo como algo bueno, ganare más dinero lo que significa que de apoco voy progresando en esta vida llena de piedras y sierras las cuales tengo que esquivar o solo pasarlas por encima sin preocupación de caerme en el intento. Pero por otro lado lo veo con pena, dejare una rutina no tan estresante atrás, extrañare todo lo que conformaba aquella cafetería que me espera a una cuadra de distancia de donde estoy.

  Toco la puerta de madera blanca y escucho una voz que me da a entender que mi invitación de entrar a la habitacion es aceptada. Miro la carta blanca que se encuentra abrazada por mi mano derecha, doy unos golpecitos con la carta a mi mano izquierda y con un suspiro entro a la habitacion encontrándome con Lupe mirando fijamente la computadora y haciendo mucho ruido con el teclado plástico negro.

  Me siento en una de las sillas que esta enfrente del escritorio blanco.

 - ¿Que sucede?, Martina.- Me pregunta y con una sonrisa aparta su mirada de la pantalla para recaer sobre mi.

  Con timidez deslizo la carta blanca sobre el escritorio para que Lupe pueda tomarla y leerla.

  Larga un suspiro y se saca sus lentes.

 - Lo siento.- Digo con pena.

 - No lo sientas, querida.- La miro.- Son cosas de la vida y esto te beneficiara mucho a ti.- Mira la carta blanca.- Tranquila, ya me lo esperaba, estaba al tanto de todo.- Dice con una sonrisa.

  Me siento asqueada por no contarle nada de las entrevistas y de renunciar de un día para el otro.

 -¿Como...?- No termino de hablar ya que ella me interrumpe con la respuesta.

 - Las oí hablar del tema a ti y a Trayce.- Habla.

  Largo un suspiro y paso una mano por mi cabeza para retirar el gorro de lana que provoca que sude.

 - Quisiera trabajar hoy por ultima vez.- Digo mirándola a los ojos.

  Ella sonrie.

 - Claro. Pero no tendré tu dinero hasta dentro de fin de mes.- Dice con algo de preocupación.

 - No te preocupes por eso, creo que es más de lo que merezco por renunciar de esta forma.- Tengo un tono triste en mi voz.

 - Esto es muy poco comparado con lo que te mereces.- Me dice mirándome con un sentimiento que nunca encontré desde hace unos meses.- Se que no me merezco esta posición pero... te lo digo como una madre.- La miro con curiosidad.- Se feliz, no importa como sea, pero se feliz y siempre tienes que sentirte a gusto con lo que te rodea y si no es así... abandona, nadie es quien para decirte que te quedes con lo que tienes, busca lo que en verdad te haga feliz y que no te lastime.- Trago saliva.

 - Gracias.- Digo tratando que las lagrimas no se asomen.

  Me levanto de mi silla.

 - Iré a trabajar.- Una sonrisa forzada aparece en mis labios.

 - Claro.- Dice ella con a misma sonrisa que la mía.

  Luego de que Bruce y Trayce me hallan saludado cuando termine mi hora laboral y de terminar el ciclo de trabajo en este lugar para siempre, creo, fui a despedirme de Lupe la cual me sorprendió con un abrazo cálido, como los abrazos que me daba Carol. Vacie todo lo que tenia en mi casillero y con un ultimo "Adiós" salí del local para caminar en las frías calles.

  Ahora en la comodidad de mi departamento y con el miércoles encima mio apareciendo con un amanecer espectacular en el horizonte, comienzo mi nueva rutina. Con unos saltitos y movimientos de cadera por mi parte logro que mi jean blanco recién lavado me cubra mis piernas y mi cintura, abrocho el botón y subo la cremallera, busco una remera y dejo que se deslice por mi cuerpo, tomo el buzo que me regalo Trayce y me lo coloco. Hoy no hace tanto frió por lo que no necesito abrigarme tanto. Tomo mi camisa branca y la coloco dentro de la bolsa de cartón mediana, la doblo y como si fuera uno de mis libros la coloco dentro de mi mochila.

  Tomo mi celular y me coloco los auriculares, camino con rapidez hasta la cocina y tomo mi termo con café, tomo un sobre de café en saco y lo guardo dentro de mi mochila. Por emergencias. Me coloco la mochila en mis hombros y salgo del lugar con un portazo por la rapidez y con movimientos torpes cierro con traba la puerta evitando que ningún intruso entre.

  Ryan, el novio celoso y rubio demente, no vino a la universidad y por alguna razón esta en boca de todos un rumor. "su novio le ha pegado", creo que han llegado a esa conclusión porque el novio del rubio tenia sus nudillos vendados y una cara de perro poco amigable.

  Me encierro en un cubículo del baño de mujeres, saco la camisa que se encuentra en mi mochila y con movimientos rápidos me quedo en sostén, paso las mangas por los brazos y comienzo a pasar los botones por los huecos correspondientes, me vuelvo a colocar el buzo y guardo el bollo de tela que ahora es mi remera dentro de la mochila. Cuando salgo del cubículo como instinto me lavo las manos, miro el espejo mientras enjuago mis manos y me encuentro con una figura conocida

  Hace dos días...

 - ¡NO RYAN!.- Digo entre lagrimas mientras dos chicas sostienen mis brazos y otra tiene mi cabello atrapado en su puño.



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En el texto hay: armas, romance, mafias

Editado: 06.07.2021

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