La Reina Del Mafioso

Capitulo 19

   Enzo estaba jugando con sus dedos con el piercing de su ceja. Era algo típico que jugara con aquel pedazo de metal cuando estaba concentrado, impaciente o nervioso.

  Sus gemas azules se encontraron con el cobre de mis ojos.

 - No quiero que aceptes a lo que te voy a proponer por ser tu jefe, quiero que lo pienses como si fuera una persona más... como un conocido.- Dijo sin dejar aquel cacho de metal.

 - ¿A que te refieres?- pregunte ansiosa por saber de que se trataba todo lo que estaba diciendo ya que me parecía un rompecabezas en el cual me faltaba la pieza más importante.

 - Me refiero a que...- Largo un suspiro.

  Nervioso miro de nuevo el paisaje y con brusquedad volvió a mis ojos.

 - ¿Quieres tener una cita conmigo?- Pregunto y trago saliva.

  ¡¿QUE?!

 - Espera, ¿Que?- Tape mi boca con mis manos cuando las palabras salieron.

  Salieron desde bien dentro mio, desde mi mente.

 - Si quieres...- Lo frene levantando una mano en el aire.

  Automáticamente el callo con mi señal.

 - Señor Cock...- Me interrumpido.

 - Enzo.- Dijo mientras guardaba sus manos en los bolsillos de sus pantalones caros.

 - Enzo.- Sus pupilas se agrandaron.- Yo no soy como las demás, no busco algo de pasada, busco algo serio. Ademas, soy solo una secretaria y...- Otra vez era interrumpida.

 - Se que no eres como las demás y por eso me dan ganas de salir en una cita contigo, para conocerte mejor y quien sabe. Y lo de que eres un secretaria no tiene nada que ver, lo único que importa aquí es como vales como persona y tu vales mucho.- Se había acercado más a mi y yo no me alegue.

  Siendo sincera, quería salir con un hombre como Enzo o con el mismo. Por dios, quien no quería estar con un hombre como el, un hombre apuesto, caballeroso, fuerte y con una mente fresca, tan fresca que quedaba como un diamante al lado de la mierda que tenia la gente de clase social alta en sus cráneos.

  Largue un suspiro. No se que hacer.

 - Se que es muy repentino de mi parte y por eso si quieres puedes pensarlo todo lo que quieras, pero no me dejes con la intriga de saber tu respuesta... y si es un no lo respetare y haremos como si esto no sucedió.- Se alego un paso hacia atrás.

 - Esta bien, me lo pensare, pero no te prometo nada, Enzo.- Le conteste.

  El celular del escritorio comenzó a sonar y ambos lo vimos.

 - Con permiso.- Dije y me encamine hacia el chillón artefacto.

  Vi como el entraba a su despacho mientras un hombre en el otro lado de la linea me hablaba rápidamente algo molesto.

  Nunca espere que mi jefe me invitara a salir. Me atrae su forma de ser, no lo niego, y sus palabras antes dichas llegaron a mi corazón, pero... el que dirán los demás me tortura, no quiero que me confundan como esas chicas que salían con su jefe por el dinero. Aunque lo que más me ponía nerviosa era que es la primera vez que un chico me invita a una cita. No sabia como reaccionar en el momento, pero no lo se, creo que tendré que pensarlo bien y no demorar mucho en contestarle.

  Luego de cortar la llamada con ese hombre proseguí a organizar firmas de contratos, juntas y citas directas con el señor Cock.

  A la hora de irme deje el vestido sobre el mueble del escritorio con las zapatillas sobre el junto con un pos-it que decía "lo siento, no puedo aceptarlo", saque los pendientes del bolsillo de mi mochila y los coloque al lado del pedazo de papel verde. Coloque mi mochila en mis hombros y me dirigí directamente a la puerta del ascensor ya que Enzo estaba hablando con Ronaldo en su despacho. Me coloque los auriculares y busque una estación de radio que últimamente escuchaba mucho.

  Odio el maldito clima. El día estaba totalmente perfecto, sin una nube gris, pero todo cambio en un abrir y cerrar de ojos. La lluvia cayo encima mio y no tenia mi preciada arma para combatir contra las gotas de agua fría.

  Comencé a sacarme la ropa empapada de agua fría de lluvia. El piso del departamento tenia charcos de agua los cuales luego tendría que secar. Con cuidado de no caerme fui hasta el baño para darme una ducha caliente porque si me quedo así podría enfermarme y no es lo que deseo. Rápidamente abro el agua caliente y la regulo con la fría para luego meterme bajo la lluvia artificial.

  Siempre he dicho que el mejor lugar para pensar era la ducha y seguirá siendo hasta que el mundo se acabe.

  Comencé a formular hipótesis y respuestas.

  Y las palabras de aquella mujer que tanto quería llegaron a mi. "Que lo que opinen los demás no te afecte, no te tiene que importar, lo único que importa es tu felicidad, si eres feliz haciendo lo que haces porque lo dejaras de hacer por la opinión de los demás, es tu vida, tu la controlas", Carol era una batería de auto, ella recargaba mis energías, me hacia más positiva con sus "lecciones de vida".

  Salgo del baño envuelta en varias toallas, busco mi pijama en el placar y ropa interior, me cambio y busco una sopa instantánea apilada en un rincón con otras. Esas sopas eran mi salvación diaria.

  Creo que le diré que si a la propuesta de Enzo. No hay nada que perder. ¿Verdad?



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En el texto hay: armas, romance, mafias

Editado: 06.07.2021

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