La Reina Del Mafioso

Capitulo 22

  La sala de cine eran algo curiosa ya que las butacas eran sofás reclinables que parecían camas, había dos por cubículo y una mesa en medio que los separaba. Pero lo que más me llamo la atención era la estructura que hacia dentro de la sala. En las paredes parecía que salían pedazos de cubos, los pisos eran de madera oscura y solo había siete filas en diferentes alturas y cuatro cubículos por fila.

  La película ya había comenzado hacia solo unos minutos y ya me habían entrado ganas de atacar la tableta de chocolate negro. Me acomode mejor en mi asiento y tome el envoltorio de la mesa, lo abrí tratando de hacer le menor ruido posible y le saque por completo el papel para luego cortar a la mitad imperfectamente el chocolate. Mire a Enzo el cual observaba la pantalla pero se volteo a verme con una ceja levantada.

 - Dame tu mano.- Extendi la palma de mi mano sobre la mesa.

  Sin dudarlo el la coloco sobre mi mano. Tome un pedazo de chocolate y se lo deje sobre su palma. Levanto la vista de su mano y se encontró con la sonrisa en mis labios. Me volví a acomodar en mi asiento y fije mi vista en las imágenes de la pantalla grande mientras le daba un mordisco al precioso y delicioso chocolate.

  Los minutos pasaron y mi miedo aumentaba cada vez más mientras la película seguía reproduciéndose. Atraje un poco mis piernas a mi pecho por miedo a que algo me las tocara en la oscuridad.

  Cuando llego una escena en la que "emboscaron" al protagonista de cabello negro y piel blanca pegue un grito y tape mis ojos con mis manos.

  Esta película era totalmente sangrienta y con mucho suspenso hasta tal punto que podría llegar hacer salir tu corazón del cuerpo en donde era encerrado.

  Lentamente aleje mis dedos de sus hermanos y vi entre lineas la pantalla para asegurarme que la parte ya había pasado y efectivamente había pasado a otro escena. Mire hacia mi izquierda y me encontré a Enzo mirándome con una sonrisa de lado burlón. Entre cerré los ojos y tome mi bebida de cola con recelo. Sabia lo que me quería decir esa expresión, "no eres tan valiente después de todo". Mire la película mientras absorbía el liquido negro y frió por un popote negro.

  El ruido del repiqueteo de los zapatos se escuchaba por todo el estacionamiento. Yo resaltaba entre ese grupo que se dirigía a sus vehículos porque, uno, era la única mujer y ,dos, era la única de todas las personas que me rodeaban que tenia cara de gato asustado. Tome una palomita del balde gigante que compro Enzo y me la lleve a la boca para luego tomar otra y repetir la acción. Estaba nerviosa y asustada, muy perfecta combinación de emociones.

  Enzo abrió la puerta del acompañante de su auto y con una sonrisa de agradecimiento me senté en el asiento de cuero negro. El rodeo el auto y subió en el lado del piloto.

 - Eres muy valiente, Martina.- Dijo con burla mientras encendía el vehiculo.

  Lo mire.

 - Las películas de antes no asustaban así.- Coloco su brazo detrás de la cabecera de mi asiento y miro hacia atrás para comenzar a salir del lugar en el que estaciono.- Tal vez porque la tecnología avanzo.- Tome otra palomita y la lleve a mi boca.

 - ¿Hace mucho que no ves una película de terror?- Me pregunto mientras terminaba de acomodar el auto.

 - Si, en el orfanato era muy difícil ver una película de ese tipo ya que Carol no quería que las viéramos porque los niños la podrían ver y tendrían pesadillas.- Jugué con el borde del balde de palomitas.

 - ¿Carol era como la jefa del lugar?- Volvió a preguntar.

 - Era como la madre de todos, era muy buena.- Conteste algo perdida en mis pensamientos.

 - Bien.- Lo mire.- Iremos a buscar algo que te haga olvidar el miedo que te causo la película.- Creo que el capto mi melancolía al hablar de Carol y cambia de tema.

 - Y ¿se puede saber que es ese algo?- Aleje mis pensamientos y los encerré tras unas rejas mentales.

 - Ya lo veras cuando lo tengas en tus manos.- Contesto con una sonrisa.

 - Tu y tus misterios.- Deje caer mi peso hacia atrás.

 - Si no soy misterioso perdería mi encanto.- Contesto en su defensa.

  Me comencé a reír y mi risa provoco que el me mirara de lado y sonriera tratando de contener su risa. Tome una bocanada de aire ya que me había quedado sin aire al reírme.

 - Tranquilo, si dejas de ser misterioso no perderías tus encantos.- El auto freno para esperar su turno para reincorporarse en la calle.

 - ¿Y según tu cuales serian mis encantos?- Trague saliva.

  Comenzó a hacer mucho calor.

 - Bueno...- Todo tu es encantador pero tus mejores encantos son tu sonrisa, tu forma de reír y tu forma de ser cuando estas conmigo.- Puedo poner música.- Cambie de tema.

  El negó con la cabeza y una leve risa se escapo de sus labios.

 - Si, claro.- Y con eso comencé a presionar el panel táctil en búsqueda de música.- ¿Esto tiene coneccion bluetooth?- La música que escuchaban mis oídos no eran tan placenteras.

 - Activa tu bluetooth, yo lo conectare.- Asentí con la cabeza y saque mi celular celular de una de mis bolsillos.



#5254 en Novela romántica
#1999 en Otros
#348 en Acción

En el texto hay: armas, romance, mafias

Editado: 06.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.