La Reina Del Mafioso

Capitulo 25

  El sol golpeaba contra mi rostro haciendo que me incendiara por el calor que me daba. Mire hacia mi derecha y me encontré al hombre de tinta cargando con la canasta de mimbre. Ese objeto no pegaba para nada con su físico y eso me causaba risa.

 - ¿Que tal si nos sentamos debajo de ese árbol?, es que el sol me esta matando.- Señale uno de los grandes arboles que estaba cerca del lago donde había patos nadando de un lado a otro y siendo alimentados por las personas que venían al parque por ser un día muy lindo.

 - Claro, por que no.- El me miro y me sonrió.

  Una vez debajo del árbol extendí una manta en el césped ,la cual tenia colgando de mi brazo, y nos sentamos con las piernas cruzadas. Una suave brisa choco contra mi cara haciendo que mi cabello suelto volara un poco sobre los aires y que sintiera una relajante y suave caricia en la piel de mi cara.

 - Parece que el clima esta de nuestro lado hoy.- Acoto Enzo mientras sacaba una bebidas de la canasta.

 - Ni que lo digas, esta hermoso.- Sonreí mientras miraba como unos pájaros chillaban en la ramas del árbol que nos hacia sombra.

 - Toma.- Lo mire y descubrí que me tendía uno de los refrescos en lata ya abierto.

 - Gracias.- Sonreí y tome la lata haciendo rozar inconscientemente nuestros dedos.

  Tome un trago de la bebida de cola.

 - Hey, Martina.- Mis ojos dejaron de ver a uno niños que le daban pan a unos patos y viajaron hacia Enzo el cual buscaba mi atención.- Sobre lo que dijo Amanda...- Lo interrumpí.

 - ¿De que te habías acostado con ella más de una vez?- Lo vi rascarse la nuca.

  Estaba nervioso y eso me hizo verlo tierno.

 - No te preocupes por eso.- Sus ojos dejaron de ver hacia la nada y se encontraron nuevamente con los míos.- Si crees que me enfadare por eso estas equivocado, "te habías acostado con ella", es pasado, ademas que tu y yo no somos nada más que unas personas que se están conociendo con cita.- El largo un suspiro.

 - Si, tienes razón, es pasado, deje de estar con mujeres como ella por que me di cuenta que solo les interesaban los que podía darles, autos, joyas, dinero, cirugías estéticas y demás, y con ellas solo encontraba sexo y no lo que yo necesito.- Lo mire atónita.

  Un "ex mujeriego" había dejado de estar con mujeres que le abrían las piernas sin ningún problema por algo, y yo quería saber ese algo.

 - ¿Y que es eso que necesitas?- El tomo un trago de su bebida y respondió.

 - Amor puro.- ¿Un hombre interesado en eso?, dios mio es el fin del mundo.- Estoy cansado de sentirme solo y infeliz.- Fruncí mis labios.

  Sin pensarlo dos veces mi mano viajo a su rostro haciendo que el me mirara con los ojos bien abiertos como los de un gato curioso. Sentí la suavidad de su mejilla debajo de la palma de mi mano.

 - El mundo es cruel, Enzo, sin importar tu estatus económico o tu vida social, y es muy difícil encontrar a personas con corazón puro y buenas intenciones.- Sus ojos se relajaron y sentí como se concentraba en las caricias que mi dedo pulgar hacia en su mejilla.

 - Pero...- Su voz sonó con calma total.- Yo ya encontré a una persona así.- Me contesto.

  Sus ojos me relajaban ya que no veía esa chispa que siempre estaba cuando el se encontraba en la empresa. Sus ojos tenían una chispa de felicidad y tranquilidad que me hacia sentir bien.

 - ¿Y quien es esa persona?- Temía un poco por su respuesta pero todo ese temor se desvaneció cuando me la dio.

 - Tu.- Me quede completamente congelada.- Otras aprovecharan mi interés por ellas para ser "superiores" que los demás y para que les cumpla todos sus caprichos, pero tu...- Ahora la persona que acariciaba al otro en la mejilla era Enzo.- Sin importar mi interés hacia ti, sigues tratándome como tu jefe en la empresa y no tratas a los demás como si fueran escorias, los tratas con amabilidad a pesar de todo.- Trague saliva.

  Deje su mejilla y mire hacia otro lado.

 - Nadie me había halagado de esa forma nunca, de ninguna forma fui alagada.- Su mano viajo a mi mentón y lo rodeo para luego hacer que este girar para poder vernos a los ojos.

 - Pues comienza a acostumbrarte a los halagos porque yo alagare hasta tu forma de parpadear, la cual es muy hermosa.- Yo me reí.

  En sus labios se alargo una sonrisa cálida y contenta.

 - Y tu también tienes una lindo tic de concentración.- Su sonrisa se ensancho más haciendo que esta sea tan contagiosa para que yo lo imite.- Que tal si pongo algo de música mientras comemos algo y hablamos algo de nuestras anécdotas de la infancia.- Saque mi celular de mi bolsillo y levante la mirada para encontrármelo con un ceja levantada y una sonrisa de lado.- Aunque tu no lo creas pude vivir algo de mi infancia de una manera normal hasta que cumplí dieciséis desde ahí mi vida se vaso en el estudio y el trabajo.- Abrí la aplicación que tenia por logo una nube en un cuadrado naranja y busque en la lista de reproducciones la que más me interesaba.

 - Buena idea, pequeña valiente.- Despegue la mirada de la pantalla para colocarla sobre el y saque la legua hacia fuera en un gesto infantil y la guarde luego de escuchar su carcajada.



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En el texto hay: armas, romance, mafias

Editado: 06.07.2021

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