Vi como Trayce se comían acostada a mi lado en mi cama una de las tantas tabletas de chocolate que me había regalado Enzo mientras se cubría con las mantas hasta el cuello.
-... y luego el se fue muy enojado de la casa y después yo empaque algo de mis cosas en el bolso para ir a casa de mi madre por que la casa era su casa.- Hablo entre lagrimas y pedazos de chocolate.
Yo la mire llorar por que no sabia como reaccionar ante la situación. Pero le pregunte algo medio tonto.
- ¿Puedo ver una foto de el?- Ella me miro y le conteste para justificar mi pregunta.- Tu sabes con quien salgo a citas pero yo no se quien es tu novio, es algo injusto.- La escuche reír haciendo que las lagrimas se aleguen de apoco de su rostro.
Se destapo y gateo un poco por la cama hasta llegar a su bolso para luego abrirlo y revolver en su interior. La vi sacar su celular con una expresion de triunfo y toco un botón para luego alargar el brazo para colocar la pantalla cerca de mi cara.
Mis ojos se abrieron al ver el chico que le rodeaba su cintura mientras ella estaba sentada sobre sus piernas.
- ¿A que es hermoso?- Pregunto entusiasmada.
- Si, pero no es mi tipo.- Dije y me acomode mejor en la cama.
Ella tiro el celular dentro del bolso y volvió a acotarse a mi lado.
- Me había olvidado que tu tipo son los hombre alto, llenos de tatuajes, perforaciones y dinero.- Hice volar mis ojos por sus palabras.- Ah y con un buen culo.- Gire la cabeza sobre la almohada con brusquedad.
- ¡TRAYCE!- Ella comenzó a reírse.
- Tranquila, Mart, el único culo que se me antoja para pellizcar y mirar es el de mi novio.- Dijo entre risas.
Me di vuelta en la cama y me tape hasta la cabeza.
- Buenas noche.- Le dije en un gruñido.
- Que sueñes con muchos de ese hombre tatuado.- Largue un suspiro.
Lentamente caí en un profundo sueño.
Camine de un lado a otro en el despacho de mi jefe mientras le dictaba el itinerario de hoy y el de mañana, ademas de algunos recados que comenzaron y las pedidos de los periodistas por hacerle una entrevista al "sexy magnate de tatuajes".
-... y por ultimo una tal.- Cheque las notas de la tablet.- Charlotte Henderson dijo que espera que la próxima fiesta no sea tan aburrida o que tenga mas alcohol para no aburrirse tan rápido.- Bloque la pantalla del aparato y mire la cara de mi jefe.
- Ella es joven y le aburren las fiestas ejecutivas.- Contesto haciendo golpear la puenta de su lapicero contra una hoja.
- ¿Más joven que tu?- Le pregunte.
- Solo tiene 19 años y su temperamento es diferente en el ambiente en el que esta.- Dijo pensativo.
- ¿Ambiente?- Volví a preguntar.
- Es vicepresidenta de la empresa constructora de su padre y antes solo era una chica que se drogaba con sus amigos, ademas de ir de fiesta en fiesta.- Sus ojos dejaron de ver la hoja y se concentraron en mi.- Estas curiosa hoy, pequeña valiente.- Sonrió de lado
- No, solo que había pensado que en esa fiesta iba a haber gente más grande que tu.- Le conteste.
- ¿Celosa?- Elevo la ceja en la que tenia metal.
- Voy al volver al trabajo, con permiso, señor Cock.- Pronuncie su apellido con lentitud porque sabia que le molestaría.
Y lo molesto haciéndolo fruncir el ceño y con una vuelta que hizo volar mi cabello salí del despacho con la mirada de Enzo en mi espalda.
Cuando salí del despacho me encontré a los guarda espalda de Enzo junto a la puerta de entrada del pasillo. Camine hacia ellos con calma haciendo que todas las miradas caigan en mi.
- Diego.- Hable haciendo que mi voz se envuelva en un eco por el silencio y la grandeza del pasillo.
- Si, señorita Martina.- Dio un paso al frente sin dejar de ocultar sus manos detrás de su espalda.
Largue un suspiro.
- Solo Martina.- El intento hablar pero lo calle.- Ten.- Le coloque un pos-it en el saco de su traje.
Curioso desplegó el papel de su abrigo y lo leyó para luego mirarme extrañado.
- Trayce esta en mi departamento, esa es la dirección.- Sus ojos se agrandaron.
- ¿Como es que...- Lo volví a interrumpir.
- Trabajábamos en la misma cafeteara y nos volvimos amigas.- Conteste a su media pregunta.
- ¿Como esta?- Su expresión cambio a una más suave.
- Averígualo por tu cuenta.- Le conteste con una sonrisa.
No lo dije con desprecio sino para que el hablara con ella y solucionar sus cosas porque verla a Trayce en ese estado me hacia desconocerla ya que ella es una chica muy activa y alegre.
El iba a hablar pero una voz potente hizo que nadie se moviera aunque yo si lo hice.
- Martina.- Enzo salio de su despacho algo apurado.
Gire sobre mis pies y me encontré al imponente hombre de tinta caminando.
- Si, jefe.- Le sonreí como una niña mientras se acercaba a la puerta de salida del pasillo.
- Vamos.- Ordeno.
- Claro.- Y como un patito lo seguí.
Pero antes de salir del pasillo hable hacia Diego.
- Solo te diré que estaba arrasando con muchos chocolates y películas cuando me fui a la universidad.- Y con eso volví a caminar a la par del pelirrojo.
Editado: 06.07.2021