La Reina Del Mafioso

Capitulo 40

  Si no fuera por las habiles manos de Enzo hubiera aterrizado de culo al piso.

 - ¡SOPPORTARE!- Grito molesto el hombre de tinta con acento Italiano.

  El can de pelaje peludo de color negro y marrón, y de gran tamaño ladro en dirección a Enzo el cual estaba detrás mio sosteniéndome por los ante brazos.

 - ¿Estas bien?- Me pregunto asomando su cabeza por mi hombro izquierdo.

 - Que hermoso.- Exclame excitada por ver a semejante animal cerca mio.

  Di un paso hacia delante y me agache para luego mostrarle el dorso de mi mano. Se coloco en posición de ataque y ladro haciendo que su ladrido se escuchara por todo el lugar. Con cautela acerque mi mano pero el animal tiro un tarascon logrando que esta ves si me cayera de culo al piso.

 - Diego, saca a mi perro al jardín.- Dijo Enzo mientras me ayudaba a levantarme tomándome de un brazo.

 - Si, jefe.- Diego camino hacia el can y el ruido de unas cadenas se escucho cuando lo tomo por su collar plateado y tiro de el para obligar al animal a seguirlo.

  Hizo algo de fuerza al principio para moverlo pero al final el perro termino por seguirlo haciendo mover su melena.

 - Lo siento. Hace eso con las personas que no conoce.- Sacudí la parte trasera de mis pantalones eliminando un polvo imaginario.

 - No te preocupes ¿Es tuyo?- Me gire y lo mire.

 - Si, me lo relajo mi primo hace unos años cuando me mude a esta casa.- Me tomo de la mano para atravesar el umbral de concreto del lado derecho de la sala de entrada

 - ¿Los de Italia?

  Mire todo a mi alrededor hasta el blanco techo adornado con lamparas. Apenas entre a la casa me sorprendí por los colores que esta poseía los cuales eran blanco y marrón. Di un vistazo fugas a la sala de entrada la cual solo eran cuatro paredes de color marrón oscuro y la cual se encontraba frente a la puerta doble de madera tenia piedras y algunos cuadros con figuras geométricas iluminadas por farolas de luz fría y contra esa pared en el piso había una larga maceta de sementó en la cual había algunas minis palmeras y arbustos. Mire hacia el frente cuando la luz solar aumento y creo que en cualquier momento me podría tragar ocho moscas y no dejare de estar en el trance en el que me encontraba. habíamos girado y nos encontramos de frente con unos enormes ventanales dejaban ver el patio trasero el cual estaba bañado en la luz solar del casi fin de la mañana. El mono ambiente era completamente blanco y negro. Había una mesa bastante grande del lado izquierdo de la enorme habitacion cerca de una pared de madera negra y del lado derecho había un juego de sofá y sillón con una mesa de puro cristal que parecía una "X" acostada y delante de esas cosas estaba una enorme televisor plasma en el cual se estaban reproduciendo imágenes de una pelea de la "UFC".

 - No.- Contesto y volvió a girar haciendo que, junto con el giro anterior, diéramos una vuelta en "U".

  Una escalera de tablones de madera blancos incrustados en la pared de piedra nos guiaban a la segunda planta la cual se podía ver gracias a que tenia un balcón vallado con cristal para no caer unos dos metros de distancia con el piso reluciente y brillante blanco. Debajo de las escaleras había plantas con una cascada que salia de la pared de piedras logrando hacer un ruido relajante.

 - ¿Tienes otros primos?- Pregunte mientras subía las escaleras detrás de el.

 - Si. Ronaldo y Laurel, la novia de Abigail.- Me detuve en seco cuando ya habíamos pisado el suelo de la segunda planta.

  El giro un poco y me miro curioso por mi reacción.

 - ¿Ronaldo es tu primo?- Pregunte sorprendida.

 - Si, por parte de mi tía paterna.

 - ¿Pero como Abigail puede tener una novia si esta embarazada?- No entendía nada.

 - Donante de esperma anónimo.- Lo mire con los ojos entrecerrados con sospecha.- Yo no doy mi esperma pero si es para formar mi propia familia en un futuro, entonces si.- Me sonrió pícaro.

  Mis mejillas ardieron.

  Volvimos a caminar y el señalo dos puertas que había en el balcón vallado con cristal el cual me llegaba hasta la mitad de mi torso.

 - Puedes elegir más tarde cual de las habitaciones quieres.- Asentí con la cabeza.

  Mire hacia atrás y me encontré con un lugar bañado por la sobra que le daba la pared. Parecía un pequeño pasillo en "L". Volví a mirar hacia el frente y vi que en el final del pasillo había una puerta. Pense que iríamos a ella pero nos detuvimos en una doble que había del lado izquierdo del pasillo. Enzo abrió la puerta y dejo que yo entrara primero. Con una sonrisa le agradecí y entre con cuidado.

  Era una oficina muy parecida a la que tenia en la empresa pero esta era un poco más rustica y con menos muebles para centrarse pero si con una decoración clásica. En una esquina de la habitacion al lado de una ventana la cual tenia las cortinas un poco entre abiertas hacia un palo muy parecido a un bastón el cual era ocupado por un enorme y blanco búho que me miraba fijamente con sus ojos amarillos.

 - ¿Otra mascota?- Pregunte mientras escuchaba como se cerraba la puerta de madera.

 - La encontré en el bosque al lado del cuerpo de su madre.- Camino hacia el escritorio.



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En el texto hay: armas, romance, mafias

Editado: 06.07.2021

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