Gire la cabeza hacia un lado y luego al otro lentamente como si fuera una loca, aunque en ese momento parecía una. Los amarillentos ojos estaba fijos en el cobre de los míos. La risa suave de Enzo se escucho de fondo y me hizo sonreír.
- Creo que le agradas mucho a Noche.- Hablo desde donde estaba.
Lo mire de reojo y no pude evitar enamorarme nuevamente. Estaba apoyando sus caderas contra el borde de su escritorio y tenia sus palmas sobre la madera oscura dejando que sus dedos cuelguen en el aire por la falta de apoyo. El me miraba donde yo estaba, en el centro de la habitacion. Mire nuevamente los ojos del búho curioso y este comenzó a aletear. Sus garras estaba incrustadas en el guarde de cuero que cubría mi mano izquierda. Es un animal pesado pero tampoco es un peso que mi brazo no pueda soportal. Camine con cautela para no asustarlo y sentí los ojos de su dueño sobre mi cuerpo. Sonreí de lado sin deja de caminar y observar por donde pisaba. El ave voló de mi mano cubierta hasta el palo en donde estaba.
- ¿Siempre esta aquí?- Pregunte tocando las plumas del espécimen con el nudillo de uno de mis dedos.
Noche cerro los ojos mientras le hacia caricias.
- No, normalmente esta por toda la casa, el solo duerme aquí y luego se va.- Me explico mientras se me acercaba por detrás.
Enzo comenzó a hacerle caricias a su mascota exótica.
- ¿Y como hace para salir de una habitacion cerrada?- Gire la cabeza y mire su rostro concentrado en el animal.
El sonrió.
- Antes de acostarme lo dejo salir.- Asentí con la cabeza.
Alguien golpeo la puerta del despacho y ambos la miramos. Enzo se alejo para abrir la puerta y una voz femenina dijo algo. Curiosa me aleje del animal sin antes darle una larga caricia. El cerro la puerta.
- La comida ya esta lista.- Cuando estuve cerca suyo me rodeo la cintura con su brazo y me beso con delicadeza.
Le respondí al beso.
- Entonces vamos.- Hable una ves que nuestros labios se separaron.- Me moría de hambre.- Le di un beso en la mejilla y el me miro con cariño.
Abrí la puerta y la deja abierta para que ambos pudiéramos salir al pasillo. Dimos unos pasos y salimos de la sobra que nos daba la pared del pasillo para comenzar a quemarnos con el fuerte sol que se colaba por los grandes ventanales que arrancaban desde el suelo de la planta baja hasta el techo de la planta alta. Pude ver la vida verde que inundaba el jardín trasero al mismo tiempo que una gran piscina llena de agua limpia. Baje las escaleras con Enzo pisándome los talones. Mientras bajamos pude ver como una mujer con un delantal blanco y de ropa negra dejaba dos platos rebosando de comida humeante en la mesa preparada con los cubiertos plateados, servilletas negras, dos copas llenas de agua, una jarra de vidrio con agua y manteles individuales blancos.
- Espero que te guste el pollo salteado con verduras.- Dijo Enzo mientras nos encaminamos a la mesa.
- Prefiero más el pollo que otros tipos de carnes.- El hombre de tinta se sentó en la punta de la mesa y yo a su lado.
Esto me hace recordar cuando estamos en una junta. Hay una mesa larga con muchas sillas ocupadas y cuando nosotros entramos para que inicie a hablar del tema hay dos sillas desocupadas. La de la punta y una a su lado la cual normalmente era la de la mano derecha.
Comenzamos a comer y mientras tomaba algo del agua que había en mi copa mire a través del alto ventanal de cuatro metros y me ahogue al ver lo que sucedía fuera. Enzo reacciono rápido y me dio una palmaditas en la espalda logrando que mi risa oprimida por el agua saliera feliz de la vida por ver algo tan cómico que no sea en los vídeos que algunas veces reproducía en mi celular. Mi novio se giro en su silla para mirara lo que yo estaba viendo en el exterior y trato de mantener su postura seria pasando su mano por sus labios.
El peludo perro que antes me recibió con hostilidad ahora corría por el enorme jardín con dos grandes hombres de trajes negros corriendo detrás de el ya que en su boca el can llevaba un almohadón de color marrón claro. El animal se burlaba de ellos cuando estos pensaban que ya tenían la pelea ganada.
Una nueva pregunta llego a mi mente.
- ¿Como era que se llamaba tu perro? Cariño.- Tome el tenedor y pique unas verduras para luego llevármelas a la boca.
- Sopportare.- Dijo enderezándose en su silla.
- Sopportare.- Trate de imitar su acento italiano pero creo que fue un fracaso cuando el se rió sin ser cruel.- ¿Que significa ese nombre?- El dejo de reírse para contestar a mi nueva pregunta.
- Oso en italiano.- Contesto con una sonrisa para luego tomar un trago del liquido transparente y fresco que había en su copa.
- Es algo irónico ¿No crees?- Eleve una ceja mientras lo miraba divertida.
Se encogió de hombros.
- No tengo muy buena imaginacion para los nombres.- Se defendio.
- Creo que le queda bien Sopportare al peludito.- En verdad le quedaba a la perfección aquel nombre porque parecía un enorme oso peludo.
- ¿Peludito?- Copio mi expresión facial de antes haciendo que el metal de su ceja el cual atravesaba su piel de lado a lado brillara por el sol.
- ¿Que? Es muy peludo.- Me encogí de hombros y seguí degustando la comida de mi plato.
Editado: 06.07.2021