Caciones:
Becky G, Paulo Londra- Cuando te bese.
Una mano traviesa se elevo más por uno de mis muslos haciéndome sonreír contra la piel de la mandíbula del hombre que me hacían sentir cosas que nunca antes había experimentado. Uní por unos segundos nuestros labios y el me sonrió de lado mirando la carretera la cual cada vez se llenaba de más autos.
- Creo que esto lo tendremos que seguir luego.- Dije apartando mi rostro del suyo.
Enzo elevo una de sus cejas y me miro de reojo.
- ¿Seguiremos con esto luego?- Pregunto curioso con una sonrisa juguetona.
Acaricie su cabellera mientras miraba fijamente su perfil.
- Si no quieres...- Enzo me interrumpió algo ofendido por mis palabras.
- Amor.- Sus ojos chocaron con los míos cuando dejo de ver la carretera.- Créeme que yo quiero hacer muchas cosas contigo y porque te respeto y te amo quiero que esto valla al ritmo que tu quieras. No quiero que te sientas incomoda ni nada por el estilo.- Tomo una de mis manos entre las suyas y la coloco sobre su pecho dejándome sentir el ritmo cardíaco de su corazón.
La felicidad baño por completo mi cuerpo. No podía amar tanto a este hombre de tinta. Sabia que Enzo era único y diferente conmigo por las historias que escuche en la empresa apenas había comenzado a trabajar con el correo del área de diseño, ademas que había oído los casos de "chicos" de las chicas que rondaban mi edad de el orfanato y si que ellas los hacían ver a los hombre como unos perfectos imbéciles que solo las querían para tener relaciones sexuales sin importarles los que ellas querían o lo que sentían.
- Si sigues diciéndome esas cosas no me alejare mas de ti.- Mi mano dejo de tocar su cabello para acariciar su mejilla.
- Entonces te diré "Te amo" para tenerte solo para mi toda mi vida.- Sus labios me robaron un beso rápido y dejaron una sonrisa en mis labios de total felicidad.- Mi reina.- Sus ojos me miraban con cariño y con un brillo tierno que me daban ganas de verlos por toda la eternidad.
Sonreí de lado con algo de malicia al asomar la cabeza fuera de nuestra burbuja de amor puro.
- Eres un mal conductor, Enzo.- Dije, para luego darle un beso en la mejilla.
- Mierda.- La mala palabra que Enzo tiro al aire me hizo reír ya que sus ojos miraban asombrados la carretera con una mezcla de miedo y adrenalina.- Me había olvidado que estaba conduciendo.- Negó con la cabeza por su mala memoria.
Deje un beso en su cuello y me acomode en el asiento del copiloto para luego colocarme el cinturón de seguridad.
- Tendrás muchas multas por esto, cariño.- Hable mientras colocaba mis ojos sobre la carretera.
- Pero valió la pena romper las reglas.- Dijo algo irónico.
Entrelace mis dedos con los suyos y acaricie su mano con mi pulgar. Enzo llevo nuestras manos a sus labios y beso cada uno de mis nudillos y esta vez sin apartar la mirada de la carretera.
Sopportare nos recibió a ambos en el jardín delantero con ladridos de un perro feliz de que sus dueños hayan vuelto. Enzo llamo a su mascota cuando entrabamos a la casa y este paso como un misil entre nosotros dos logrando de que casi me caiga para un costado. El olor a comida recién hecha hizo que mi estomago rugiera con furia y doliera hasta tal punto de poder llegar a retorcerme del dolor. Una vez en la sala de estar fusionada con el comedor Enzo me rodeo con sus brazos por la cintura mientras sus hombres miraban hacia todos lados menos a nosotros. Con una sonrisa cariñosa en mis labios rodee su cuello y entrelace mis dedos.
- Tengo que solucionar unos problemas en mi despacho así que come sin mi.- Dijo mirándome a los ojos con esas hermosas gemas azules que poseía.
- Te espero. No tengo mucha hambre.- Conteste con el anhelo de que el aceptara mi propuesta.
No quiero volver a cenar sola a pesar de saber que Enzo estaba en el mismo lugar en el que yo estaba. Me había encariñado tanto con esto de estar siempre juntos que me parecía una tortura cenar sola.
Enzo elevo una ceja. El sabia que me estaba muriendo del hambre. Sus grandes manos dejaron mi cintura para rodear mi rostro asiéndome sentir cómoda con el contacto de nuestras pieles.
- Comienza sin mi, no tardare mucho.- Sus labios aterrizaron sobre los míos.
Creo que Enzo tampoco quería alejarse de mi por la forma en que sus labios sostenían los míos.
Lentamente separe nuestros labios sin ganas de hacerlo.
- Esta bien.- Dije para luego suspirar derrotada.
Algunos dirán que soy exagerada pero luego de pasar toda mi vida en soledad ,a pesar de tener a Milo y a Carol los cuales no sabían como me sentía exactamente o lo que pensaba al respecto de algo en concreto, y haber encontrado a alguien que me quería a su lado por toda su vida hace que ya no me sienta sola, que la soledad en la que vivía fuera solo una etapa superada de esta. Ademas parecía que me leía la maldita mente.
Las manos de Enzo se alegaron de mis mejillas con una suave caricias y sus labios dejaron un cálido beso en mi frente asiendo que en mi rostro se marcara una sonrisa. Enzo se dio media vuelta y se encamino hacia su despacho con Jonh a su lado y dos de sus hombres tras el.
Editado: 06.07.2021