La Reina Del Mafioso

Capitulo 54

Canciones:

Night Lovell - Trees Of The Valley

The Shanghai Vampire - Bite  

 

Tome con fuerza la mano de Enzo cuando el avión privado comenzó a despegarse de la pista guardando sus ruedas y elevándose gracias a su motor y turbinas hacia el cielo.

  Era la primera vez que subía a uno de estos transportes aéreos y era emocionante como al mismo tiempo tenebroso ya que las noticias de incidentes aéreos que pasaban por diferentes noticieros te hacían pensar que en cualquier momento aquellas aves metálicas con diferentes diseños y colores podrían caerse como un globo lleno de aire empujado hacia arriba por un niño pequeño.

  Mi cuerpo se relajo cuando la turbulencia del despegue se detuvo. Mire la mano que envolvía la mía y me avergoncé al ver como mis uñas se enterraron en su carne llena de tinta negra y dorada.

 - Lo siento.- Le dije a Enzo encogiéndome de hombros mientras lentamente desenterraba mis uñas de su mano.

 - No te preocupes, mi pequeña valiente.- Enzo me sonrió con calma.

  El apodo que me había colocado hace un tiempo me resulto muy tierno cuando lo dijo por el acto recién vivido. Sonreí totalmente enamorada del hombre que no dejaba de sostener mi mano y me incline hacia el para dejarle un corto beso en sus labios agradecida de que entendiera mi miedo en el despegue y feliz por seguir siendo valiente para sus ojos.

  Una de las azafatas se acerco con amabilidad hacia nosotros logrando que los guarda espaldas de Enzo no la dejaran de estudiar con expresiones serias. Con cortesía me entrego un menú y sorprendida por el servicio tome el menú con una sonrisa educada dirigida a la azafata y la abrí para revisar que tipos de alimentos y bebidas ofrecía la aerolínea.

 - Don.- Enzo llamo a uno de sus hombres mientras yo revisaba el menú.

  Mire de reojo el hombre que se acercaba con una maleta plateada con apariencia de ser igual que una caja fuerte pero esta era fácil de mover. Dejo el maletín en la mesa de café algo alta adherida al piso que había frente nuestras asientos de cuero beige y marrón oscuro, con elegancia lo giro y dejo a la vista un candado táctil adherido al maletín. Enzo se coloco mejor en su asiento y se desabrocho el cinturón, coloco su dedo pulgar en la pantalla y con un chasquido la maleta dejo saber que ya estaba abierta.

 - Dos cafés negros, unos wafles con miel y cinco tostadas con manteca aparte.- Cerre el menú y se lo tendí a la mujer orgullosa de saber los gustos alimenticios de Enzo.

  La mujer se fue luego de una palabra educada y mire a Enzo el cual me observaba como si fuera lo más divertido del mundo que allá pedido lo que el comería.

 - Ninguno de los dos desayuno adecuadamente.- Dije encogiendome de hombros.

  El negó con la cabeza divertido y termino de retirar unas carpetas de cuero negro del maletín. Mire las carpetas con interés y me di cuenta que se parecían mucho a las que se usaban en la empresa con papeles importantes que se debían presentar a los altos ejecutivos pero estos no tenían el logo de la empresa de arquitectura muy reconocida por sus espectaculares diseños de todo tipo de propiedades. Enzo saco una pluma de dentro del maletín y comenzó a leer los papeles que había dentro de las carpetas. Sonreí como una chica adolescente enamorada de uno de los tantos posters que tenia de su ídolo musical pegados en su habitacion al ver como el hombre de tinta movía de un lado a otro el metal plateado que colgaba de su nariz mientras que un corto mechón de su cabello pelirrojo caía por su frente.

  Desabroche mi cinturón de seguridad y me relaje en mi asiento. Mis ojos viajaron de Enzo al televisor para luego recaer en los ojos negros de Milo. El estaba relajado el uno de los asientos cerca de la cabina de las azafatas sin inmutarse de que los hombres de Enzo lo miraban como si fuera un alienigena de aspecto asqueroso el cual en cualquier momento podría sacar una metralleta de dios sabrá donde y nos mataría a todos en un abrir y cerrar de ojos pero yo sabia que Milo no pretendía nada malo contra su "nuevo equipo de trabajo" con tan solo mirar aquellos ojos que ahora me parecían los de un extraño los cuales me molestaban hasta tal punto de ser capas de sacarcelos con un pica hielo de un pinchazo y luego de un tirón.

  Sabia que tenia que contarle a Enzo sobre lo que significo aquel ser de cara marcada por una cicatriz para mi antigua yo pero no era buen momento ya que si le digiera todo ahora seria capas de asentarle un tiro entre sus cejas, aunque dentro mio sabia que no tenia porque enfadarse ya que Milo era pasado a pesar de estar ahora en mi presente ya que al hombre que amaba en el presente era el, Enzo me traía muy enamorada y loca por el.

  Los alimentos llegaron y obligue a Enzo a que comiera dos tostadas con manteca pero lo que menos le costo trabajo fue tomar su café negro amargo. Los platos y las tazas vacías y manchadas fueron retiradas por la azafata. Aun faltaban unos veinte minutos para aterrizar pero el sueño me estaba dando unos golpes mentales para dejarme nocaut. Tome el brazo derecho de Enzo y como si se tratara de un peluche, abrase su extremidad y apoye mi cabeza contra su musculoso brazo, me termine de acurrucar y en unos segundos ya estaba en un viaje por el espacio de los sueños.



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En el texto hay: armas, romance, mafias

Editado: 06.07.2021

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