Canciones:
The Godfather Rap Beat - Hip Hop Instrumental
Las enormes puerta se abrieron y no pude evitar que todo mi cuerpo se tensara y que lentamente perdía la calidez que me aportaba la sangre que circulaba en mi sistema.
Enzo sonreía ansioso y yo trataba de ocultar el terror que sentía.
Una mujer de melena rubia y de buen parecido abrió la puerta con una sonrisa cálida y la felicidad rebalsando de sus ojos grises que brillaban haciéndolos ver muy hermosos y exóticos.
- Enzo. Cariño, cuanto tiempo.- Dijo ella envolviendo a Enzo con sus delgados y algo coloridos brazos.
Enzo le devolvió el abrazo con la misma felicidad que poseía la mujer. Observe la diferencia de tamaño y la mujer parecía más pequeña y delicada junto a Enzo. Lentamente la mujer se alejo de Enzo para mirarme con la misma sonrisa que le había dedicado a mi novio.
- Tu debes ser la novia de Enzo.- Dijo con amabilidad.
- Un gusto, Martina.- Le dije extendiendo una de mis manos en forma de saludo.
La mujer me sonrió y tomo mi mano para luego tirar de ella y envolverme en sus brazos.
- Soy la tía de Enzo, Brina. Es un placer conocerte.- Hablo sin despejarse de mi cuerpo.
Aquel abrazo me dejo congelada al igual que el frió de la cuidad turística pero poco a poco la calidez y seguridad que emanaba de ella envolvió mi cuerpo como sus brazo y me sentí en los brazos de una madre muy cariñosa.
Ella nos separa y me sonrió por ultima vez con la emoción brillando en sus ojos.
- Pasen, estábamos esperándolos.- Brina nos sostuvo la puerta y una vez que ambos la cruzamos ella la cerro.
Rápidamente me acerque a Enzo y entrelace nuestros dedos. El bajo la vista y me dedico una sonrisa de aquellas que te dicen que todo saldrá más que bien, le devolví la sonrisa algo tensa y luego seguimos a Brina. La entrada de la casa era hermosa, era como un castillo de mármol, de lo que parecía estar hecha casi toda la casa. Había escaleras a ambos lados de un balcón interior que dejaba a la vista una parte del segundo piso, y debajo del balcón había una enorme puerta algo redonda de cristal y madera.
El silencio que había en la casa era tenebroso y frió pero una vez que atravesamos la puerta algo redonda ese silencio se fue de viaje para que una voz femenina se escuchara por todo el lugar.
- No quiero conocer a otro de ustedes, de seguro es un demente y imbécil como ustedes. Esto es una mierda, yo tendría que estar con mis amigos en el parque de skaters no aquí sentada esperando que un pijo se presente con modales.- Una voz parlanchina y enfurecida nos hizo detenernos en el umbral y observar hacia un juego de sillones de un tono blanco con un toque de gris.
Una chica de cabello negro más largo que el mio hacia mover su melena mientras expresaba lo cual enojada estaba al hablar con unos tres chicos con apariencia de ser modelos. Sus ojos dejaron de mirar a uno de ellos que parecía ser el más grande y el más serio de todos, y aterrizaron sobre nosotros.
- Es un pijo lleno de tinta con su novia la pija ropa de oficinista.- Ella cruzo los brazos, tiro su espalda contra el sofá y nos miro con el ceño fruncido.
Supe que Enzo le quería arrancar la cabeza por como su mano se puso rigida.
La tía de Enzo se acerco a el y le susurro algo al oído, su tía se alejo y luego me hablo a mi al oído.
- La gritona de ahí no sabe nada de que mi familia esta en la mafia, así que no hablaremos de esos asuntos a no ser que ella no este cerca.- Enzo me hablo con firmeza y comprendí que aquello era un tema serio de tratar.
Yo asentí con la cabeza y el me dedico una sonrisa. Este hombre no se cansa de sonreírme, y la verdad, no me quejo.
Brina nos guió hasta donde estaban todos. Un hombre canoso con unos años más que la tia de Enzo se levando de un sillón y supe que aquel hombre imponente y que te hace querer convertirte en humo para desaparecer de su mira rápidamente.
Aquel hombre se acerco a nosotros y estrecho la mano de Enzo y coloco su otra mano libre sobre el hombro de mi novio para darle un apretón amistoso.
- Me alegra verte de nuevo hijo.- La voz del hombre encajaba a la perfección con su estilo, era potente, profunda, pesada y autoritaria.
Mierda, creo que se me erizo todo el cabello como una pequeña gatita asustada.
- Lo mismo digo tío.- Enzo no le dedico una sonrisa como a su tía pero su elevo la mano de el y beso los nudillos de su tío para luego llevárselos a la frente de su rostro.
El hombre canoso sonrió levemente y asintió en forma de aprobación al gesto de su sobrino, sus ojos estaban sobre los de Enzo pero de una forma tenebroso esos ojos cayeron sobre los míos y nunca en mi vida sentí tanto miedo por mi vida.
- Tu debes ser la novia de Enzo, Martina ¿Cierta?- El hombre me pregunto con una leve sonrisa en sus labios que lograba que se notara alguna arruga alrededor de sus ojos marrones y en las comisuras de sus labios.
- Si, señor Abagnato.- Dije con educación y una voz suave teniendo miedo de elevar mi tono de voz a un punto irritante para el hombre.
Editado: 06.07.2021