Mayda y su familia habían ganado la guerra contra el rey de los demonios. Estaban exhaustos pero victoriosos.
Lor Lucifer se acercó a Mayda y la miró con orgullo.
- Eres una verdadera reina, Mayda, dijo. Has demostrado ser fuerte y valiente en la batalla.
Mayda sonrió, sintiendo un poco de orgullo.
- Gracias, Lor Lucifer, dijo. No podría haberlo hecho sin tu ayuda y la de mi familia.
Astrid se acercó a ella y la abrazó.
- Estamos orgullosos de ti, Mayda, dijo. Eres una verdadera heroína.
Kieran y Lisha también se acercaron a ella, sonriendo.
- Eres la mejor hermana del mundo, dijo Kieran.
Lisha asintió.
- Sí, Mayda. Eres increíble.
Mayda se sintió feliz de tener a su familia y a Lor Lucifer a su lado. Sabía que siempre la apoyarían y la protegerían.
Pero justo cuando estaban a punto de celebrar su victoria, escucharon un ruido detrás de ellos. Se dieron la vuelta y vieron a un hombre alto y oscuro de pie en la puerta.
- ¿Quién eres?, preguntó Mayda, sintiendo un poco de miedo.
El hombre se acercó a ellos, sonriendo.
- Soy el emperador de los ángeles, dijo. Y he venido a ofrecerte un trato, Mayda.
Mayda se sintió sorprendida.
- ¿Qué tipo de trato?, preguntó.
El emperador de los ángeles se acercó a ella.
- Te ofrezco el poder de los ángeles, dijo. Puedes ser la reina de los ángeles y gobernar conmigo.
Mayda se sintió tentada. Ser la reina de los ángeles sería un gran honor y poder.
Mayda se sintió tentada por la oferta del emperador de los ángeles, pero luego recordó su verdadero sueño.
- No, gracias, dijo finalmente. Mi sueño es ser la reina de la maldad, no la reina de los ángeles.
El emperador de los ángeles se sorprendió.
- ¿Por qué quieres ser la reina de la maldad?, preguntó.
Mayda sonrió.
- Porque quiero tener el poder de hacer lo que quiera, sin tener que seguir las reglas de los ángeles o de los demonios, dijo. Quiero ser libre de hacer mi propia voluntad.
El emperador de los ángeles se rio.
- Eres una mujer ambiciosa, Mayda, dijo. Pero ten cuidado, el poder de la maldad es peligroso y puede consumirte.
Mayda se encogió de hombros.
- Estoy dispuesta a correr ese riesgo, dijo. Gracias por la oferta, pero voy a seguir mi propio camino.
El emperador de los ángeles asintió.
- Entiendo, dijo. Pero recuerda, Mayda, que siempre tendrás enemigos en ambos lados. Los ángeles y los demonios no te perdonarán por rechazar nuestra oferta.
Mayda sonrió.
- No me importa, dijo. Estoy lista para enfrentar cualquier desafío que se me presente".
Y con eso, Mayda se despidió del emperador de los ángeles y siguió su camino hacia el trono de la maldad.
Después de rechazar la oferta del emperador de los ángeles, Mayda se sintió aliviada de que todo volviera a la normalidad. Volvió a asistir a clases con regularidad y se enfocó en sus estudios.
En el colegio, Mayda se hizo amiga de Kael, que compartía sus intereses. Juntos, estudiaban y aprendían nuevas cosas.
Por las tardes, Mayda decidió visitar a Lor Lucifer, su sabio mentor. Lor Lucifer la recibió con una sonrisa y le ofreció consejos y orientación.
- Mayda, eres una joven con un gran potencial, dijo Lor Lucifer. No te rindas nunca y sigue adelante.
Mayda se sentía agradecida de tener a Lor Lucifer en su vida.
- Gracias por creer en mí, Lor Lucifer, dijo.
Lor Lucifer sonrió.
- Siempre creeré en ti, Mayda. Eres una joven especial.
Y así, Mayda continuó su rutina diaria, asistiendo a clases por la mañana, pasando tiempo con Kael y visitando a Lor Lucifer por las tardes.
Mayda se sentía cada vez más cómoda en su rutina diaria. Disfrutaba de las clases en el colegio y de la compañía de Kael. También apreciaba los consejos y la orientación de Lor Lucifer.
Un día, mientras visitaba a Lor Lucifer, Mayda le preguntó sobre su futuro. "
- Lor Lucifer, ¿qué puedo esperar de mi futuro?, preguntó.
Lor Lucifer sonrió.
- Mayda, tu futuro es brillante. Tienes un gran potencial y puedes lograr grandes cosas. Pero debes ser cuidadosa y no dejar que el poder te corrompa.
Mayda asintió.
- Lo recordaré, Lor Lucifer. Gracias por tu consejo.
Lor Lucifer se levantó de su silla. Mayda, es hora de que comiences tu entrenamiento. Debes aprender a controlar tus poderes y a usarlos para el mal.
Mayda se sintió emocionada.