Mayda se sintió emocionada por el desafío que le había presentado Lor Lucifer. Sabía que era una oportunidad para demostrar sus habilidades y probarse a sí misma.
Decidió que su objetivo sería Kael, su amigo del colegio. Mayda sabía que Kael era una persona honesta y recta, y que no haría algo que fuera en contra de sus principios.
Pero Mayda estaba decidida a convencerlo. Usó todos los trucos y técnicas que había aprendido con Lor Lucifer para manipular a Kael y hacer que hiciera lo que ella quería.
Al principio, Kael se resistió a las sugerencias de Mayda. Pero ella siguió insistiendo, usando su encanto y su persuasión para debilitar su resistencia.
Finalmente, Kael accedió a hacer lo que Mayda quería. Mayda se sintió triunfante, sabiendo que había pasado el desafío.
Pero al mismo tiempo, se sentía un poco culpable. Sabía que había manipulado a Kael y que no había sido justo con él.
Lor Lucifer se acercó a ella y sonrió.
- Bien hecho, Mayda, dijo. Has demostrado que tienes el poder de convencer a los demás. Pero recuerda, la maldad es un camino peligroso. No te dejes consumir por ella.
Mayda asintió, sabiendo que Lor Lucifer tenía razón.
Mayda se sintió confundida por las palabras de Lor Lucifer. Por un lado, se sentía orgullosa de haber pasado el desafío y demostrado sus habilidades. Pero, por otro lado, se sentía culpable por haber manipulado a Kael y se preguntaba si realmente quería seguir por el camino de la maldad.
Lor Lucifer pareció leer sus pensamientos.
- Mayda, no te preocupes por Kael, dijo. Él no se da cuenta de lo que ha pasado y no sufrirá daños permanentes. Pero debes recordar que la maldad es un camino que no tiene vuelta atrás. Una vez que comienzas, es difícil parar.
Mayda asintió, sabiendo que Lor Lucifer tenía razón. Pero todavía se sentía confundida. ¿Quería realmente convertirse en la Reina de la Maldad? ¿O había otra opción para ella?
De repente, escuchó una voz en su cabeza.
- Mayda, no te dejes engañar por Lor Lucifer. Hay otra manera de obtener poder sin tener que recurrir a la maldad.
Mayda se sorprendió. ¿Quién era la voz en su cabeza? ¿Y qué quería decir con "otra manera”?
Mayda se sintió tentada por la voz en su cabeza, pero finalmente decidió ignorarla. Sabía que el camino de la maldad era peligroso, pero también sabía que era el único que la llevaría a obtener el poder que deseaba.
- Lo siento, voz, dijo Mayda en silencio. Pero he tomado mi decisión. Voy a elegir el camino de la maldad.
La voz en su cabeza se calló, y Mayda sintió una sensación de determinación. Sabía que no había vuelta atrás, y que debía seguir adelante con su plan.
Lor Lucifer sonrió al ver la determinación en los ojos de Mayda.
- Excelente elección, Mayda, dijo. Ahora, debes prepararte para el próximo desafío. Debes demostrar que eres capaz de hacer lo que sea necesario para obtener el poder.
Mayda asintió, sabiendo que el próximo desafío sería aún más difícil que el anterior. Pero estaba lista. Estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para convertirse en la Reina de la Maldad.
Y con eso, Mayda se sumergió aún más en el camino de la maldad, dispuesta a hacer lo que fuera necesario para obtener el poder que deseaba.
Mayda se sumergió en un mundo de oscuridad y maldad, dispuesta a hacer lo que fuera necesario para obtener el poder. Lor Lucifer la guio a través de rituales y sacrificios, enseñándole a canalizar su energía para lograr sus objetivos.
El entrenamiento fue intenso y agotador. Mayda se pasaba horas practicando hechizos y encantamientos, estudiando libros de magia negra y aprendiendo a controlar sus emociones. Lor Lucifer la sometió a pruebas y desafíos, empujándola a sus límites para ver si estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para obtener el poder.
A medida que avanzaba en su entrenamiento, Mayda se sintió cada vez más poderosa. Su magia se hizo más fuerte, y su determinación se convirtió en una obsesión. Comenzó a ver el mundo de una manera diferente, como un lugar donde solo los más fuertes sobrevivían.
Pero a medida que se acercaba a su objetivo, Mayda comenzó a perder su humanidad. Su corazón se endureció, y su alma se oscureció. Sus amigos y familiares se alejaron de ella, asustados por la persona en que se estaba convirtiendo.
Kael, su amigo del colegio fue el último en tratar de detenerla. Se enfrentó a Mayda en un intento desesperado por hacerla entrar en razón.
- Mayda, por favor, no sigas por este camino, le suplicó. Estás perdiendo tu alma. Estás perdiendo todo lo que te hace humana.
Pero Mayda no escuchó. Estaba demasiado consumida por su ambición.
- No te metas en esto, Kael, le dijo con frialdad. No entiendes lo que estoy tratando de lograr. No entiendes lo que estoy dispuesta a hacer para obtener el poder.
Kael se sintió impotente. Sabía que Mayda estaba más allá de la razón, que estaba demasiado consumida por su obsesión. Así que se alejó de ella, sabiendo que no podía hacer nada para detenerla.