Después de despertar en la cama de Seth, Mayda se sintió un poco confundida, pero también feliz de estar con él. Se acurrucó contra él y se besaron suavemente.
- ¿Qué hora es?, preguntó Mayda.
- Temprano, respondió Seth. Todavía es mañana.
Mayda se estiró y se sentó en la cama.
- Tengo hambre, dijo.
Seth se rió.
- Vamos a desayunar, dijo.
Bajaron a la cocina y prepararon un desayuno juntos. Mientras comían, hablaron sobre sus planes para el día.
- Recuerda que hoy vamos a la playa, dijo Elin, que había entrado en la cocina.
- ¡Genial!, exclamó Mayda. Estoy emocionada.
Después de desayunar, se prepararon para ir a la playa. Seth y Mayda se sentían felices de pasar el día juntos, disfrutando del sol y el mar.
La mañana en la playa fue perfecta. El sol brillaba en el cielo azul, y el mar estaba calmado y cristalino. Seth y Mayda se instalaron en una sombrilla, con toallas y crema solar.
Elin, Abadon, Orfeo y Eyra se unieron a ellos, y pronto estaban todos riendo y divirtiéndose. Jugaron juegos en la arena, como construir castillos y hacer túneles. Luego, se fueron al agua a nadar y a jugar en las olas.
Seth y Mayda se mantuvieron juntos, disfrutando de la compañía mutua. Se nadaron juntos, se besaron en el agua y se rieron con los demás.
Después de un rato, decidieron tomar un descanso y se sentaron en la arena, mirando el mar. Seth puso su brazo alrededor de Mayda y la acercó a él.
- Me encanta estar aquí contigo, dijo Seth.
- Yo también, respondió Mayda. Es perfecto.
Se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la tranquilidad del mar. Luego, Elin gritó desde el agua
- ¡Vamos a jugar un partido de voleibol!
Todos se rieron y se unieron al juego. La mañana pasó volando, llena de diversión y risas.
Después del partido de voleibol, decidieron tomar un descanso y comer algo. Se sentaron en una mesa cerca de la playa y pidieron unos sándwiches y bebidas.
Mientras comían, hablaron sobre sus planes para el resto del día.
- ¿Qué queréis hacer después de comer?, preguntó Orfeo.
- Podríamos ir a dar un paseo por la playa, sugirió Eyra.
- O podríamos ir a buscar conchas y piedras, dijo Abadon.
Seth y Mayda se miraron y sonrieron.
- ¿Qué te parece si vamos a dar un paseo solos?, le preguntó Seth a Mayda.
Mayda asintió y sonrió.
- Me parece perfecto.
Así que, después de comer, Seth y Mayda se fueron a dar un paseo por la playa, mientras los demás se quedaron a buscar conchas y piedras.
Caminaron en silencio, disfrutando del paisaje y de la compañía mutua. Se detuvieron en un lugar tranquilo y se sentaron en la arena, mirando el mar.
Seth tomó la mano de Mayda y se la besó.
- Te quiero, dijo.
Mayda sonrió y se acurrucó contra él.
- Yo también te quiero.
Se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la tranquilidad del mar. Luego, Seth se levantó y se acercó al agua.
- Ven, dijo, llamando a Mayda.
Mayda se levantó y se acercó a él. Seth la tomó de la mano y la llevó al agua.
Seth y Mayda se adentraron en el agua, sintiendo la suavidad de las olas en sus pies. El sol brillaba en el cielo, y el mar estaba calmado y cristalino.
De repente, Seth se detuvo y se volvió hacia Mayda.
- Quiero mostrarte algo, dijo, sonriendo.
Mayda se acercó a él, curiosa. Seth se sumergió en el agua y sacó una concha de mar.
- Mira, dijo, mostrándosela a Mayda.
Mayda se sorprendió al ver la concha. Era hermosa, con colores brillantes y formas intrincadas.
- Es preciosa, dijo, sonriendo.
Seth sonrió también.
- La encontré especialmente para ti, dijo.
Mayda se sintió conmovida por el gesto de Seth. Se acercó a él y lo besó.
- Gracias, dijo, sonriendo.
Seth se rió y la abrazó.
- Me alegra que te guste, dijo.
Se quedaron en el agua, abrazados y besándose, mientras las olas se movían suavemente a su alrededor.
De repente, escucharon un grito.
- ¡Seth! ¡Mayda!, gritó Elin.
Se volvieron hacia la orilla y vieron a Elin y a los demás corriendo hacia ellos.
- ¿Qué pasa?, gritó Seth.
- ¡Vamos a hacer una fogata!, gritó Elin. ¡Venid a ayudarnos!
Seth y Mayda se miraron y sonrieron.
- Vamos, dijo Seth.
Salieron del agua y se unieron a los demás en la orilla. Juntos, construyeron una fogata y se sentaron alrededor, disfrutando de la compañía mutua y del calor del fuego.
La fogata crepitaba y lanzaba llamas hacia el cielo. Seth y Mayda se sentaron juntos, mirando el fuego y disfrutando del calor.
Elin y Abadon estaban preparando s'mores, mientras Orfeo y Eyra contaban historias de terror.
De repente, Seth se volvió hacia Mayda y le dijo
- Quiero decirte algo.
Mayda se acercó a él, curiosa.
- ¿Qué es?, preguntó.
Seth se tomó un momento antes de hablar.
- Quiero que sepas que estoy muy feliz de estar contigo, dijo. Eres la persona más importante para mí.
Mayda se sintió conmovida por las palabras de Seth. Se acercó a él y lo besó.
- Yo también estoy feliz de estar contigo, dijo. Te quiero.
Seth sonrió y la abrazó.
- Te quiero también, dijo.
Los demás se dieron cuenta de la escena y se callaron, sonriendo. La fogata crepitaba y el mar estaba calmado, mientras Seth y Mayda se abrazaban y se besaban.
De repente, Orfeo dijo
- ¡Vamos a cantar una canción!
Y comenzaron a cantar, con voces armoniosas y risas. La noche era perfecta, llena de amor y amistad.