La Reina entre las sombras y el destino

Prólogo

Hace mil años, los nómadas del valle habitaron el continente de Marenya, aprendieron a cosechar y extraer recursos minerales que este paraíso tenia para ofrecer. Pero su forma de vida se vio interrumpida por exploradores del continente de Lynavey, específicamente de los reinos de Hartvan y Daernelle, quienes buscaban establecer un imperio y dominar los recursos naturales.

Esta invasión provocó una guerra, ya que los nómadas se resistieron a renunciar a sus costumbres. Tras dos años de lucha sin avances las rutas marítimas se volvieron peligrosas: tormentas inusuales azotaron el mar entre los continentes, algunos creyeron que era castigo por la avaricia de los reinos. Así que no tuvieron otra opción que buscar una solución, por presión de sus pueblos quienes ya estaban cansados. después de meses finalmente firmaron un tratado que incluyó la exportación de piedras preciosas, aunque este tratado fue temporal.

Con el tiempo, los pueblos se separaron en el norte situado en el valle de Daevarr, un gran corredor natural entre las montañas y las cumbres grises surgió kethverne formado por clanes que se unieron bajo un solo estandarte para controlar las montañas. en el sur las tribus comerciantes se establecieron en valles fértiles, fundando Kiethaven y antes de que las tensiones comenzaran a surgir entre ambos firmaron un acuerdo ahora olvidado que reconocía el derecho las dos casas reales a heredar el trono si la linea principal se extinguía lo que en futuro se convertiría en un arma de doble filo para ambos reinos, un acuerdo que en ese momento era forma de asegurar el equilibrio seria el mismo que acabaría con este mismo siglos después.

Ambos prosperaron hasta que descubrieron la Veta de las estrellas, un sistema de minas en su frontera, rico en gemas azules y oro puro. Codiciada por ambos; la frontera se convirtió en una vía comercial vital para los dos reinos creando mas tensión. El conflicto territorial por la frontera minera se volvió una tensión constante. Los dos reinos continúan con dependencia mutua y resentimiento incluso en el presente ya que Kethverne necesita los alimentos y medicinas de Kiethaven y este depende de las armas y hierro de el otro. Esto crea un equilibrio frágil, donde ambos se sienten superiores. Así que se estableció una frontera pactada, marcada por torres gemelas llamadas las estrellas de piedra, símbolo de paz entre ambos reinos.

kethverne y Daernelle forjaron una alianza sólida a lo largo de los siglos, compartiendo religión y costumbres, mientras que Kiethaven adoptó una creencia monoteísta en Vaeliss, la deidad absoluta con un poder sin límites. Esto creó más hostilidad y añadió otra razón entre los reinos cercanos para desconfiar entre sí mismos. Hartvan, por su parte, un reino más lejano y que con el tiempo se volvió más pacífico, evita el conflicto y procura el bienestar y la tranquilidad de su pueblo y su tierra por sobre todo, honra a deidades duales como Lunaia y Tahmir, reflejando el día y la noche, la tensión y el equilibrio entre estos, que simboliza una coexistencia de opuestos en su cosmovisión.

Y aunque todo aquello ocurrió hace siglos, las consecuencias de las acciones y promesas rotas de los antepasados aún siguen respirando a través de las grietas de las murallas de cada castillo de cada reino, repercutiendo de manera silenciosa en la vida de quienes no pidieron nacer con el peso de una corona y un destino ya escrito.



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En el texto hay: azaelia

Editado: 31.12.2025

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