Capítulo 1

La luz del atardecer se filtra a través de las ventanas del balcón, acompañada de la cálida brisa que agita las cortinas lentamente, tiñendo de dorado la habitación y las paginas del cuaderno abierto que sostiene la princesa Azaelia entre sus manos a la vez que camina alrededor mientras lee uno de los poemas que ha escrito esta mañana a sus damas de compañía que están sentadas en el suelo y en silencio prestando atención.

—En medio de la noche oscura, cuando no tenga fuerzas para seguir, perdida entre la nada, en el susurro del viento, tu voz desconocida para mi hasta entonces, me guiará hacia el camino de mi destino— recita con voz calmada y en tono soñador —. Y así en el silencio de mi alma que anhela la compañía de alguien que la entienda sin la necesidad de caos ni ruido, encontraré aquello que mi corazón buscaba sin saberlo.

Cuando esta apunto de continuar unos golpes suaves en la puerta interrumpen la armonía, levanta la vista del cuaderno, y camina hacia la puerta al abrirla se encuentra con su tía Matilde que sonríe nerviosamente, observa que sostiene una carta en las manos que rápidamente intenta esconder detrás de su espalda.

—¿Tía, esta todo bien?— pregunta con un tono de preocupación. —Si, pero quiero hablar contigo — dice mientras entra a la habitación. —Chicas debo pedirles que me dejen a solas con mi sobrina— continua con voz serena, aunque firme.

Ellas se levantan y salen de la habitación, no sin antes darle miradas discretas de curiosidad dejándolas a solas. La puerta se cierra con un leve clic, y el silencio llena la habitación, casi palpable. Su cara de preocupación empieza a ponerla nerviosa.

—No sabia como decírtelo pero hace una semana recibí una carta de tu madre —comienza a hablar mientras se sienta en uno de los sillones cerca de la ventana—. Ella cree que ya es hora de que regreses a casa. Después de la boda de tu hermana te quedaras en la corte.

Una leve sensación de inquietud se apodera de ella, se sienta a su lado intentando procesar la noticia.

—¿crees que exista alguna razón para esta decisión? —pregunta, tratando de mantener la calma—. Se supone que estaría aquí hasta cumplir la mayoría de edad. ¿Mi padre esta de acuerdo?.

—No lo se cariño, pero si ella lo decidió y tiene alguna motivo oculto, sabes que lograra su objetivo. Si tu padre también esta de acuerdo — responde jugando con la carta en sus manos—. Tu hermano Izan llegará en unos días para acompañarte en el viaje. Tienes que prepararte para entonces. Ya sabes que al menos por ahora no podre acompañarte.

—No quiero dejarte sola—murmura en voz baja.

—No tienes porque preocuparte por mi. Iré a la capital tan pronto como pueda.

—No tiene porque ser una mala decisión. Estoy segura que seras igual de feliz que aquí—reflexiona, Matilde intentando darle ánimos.

Azaelia baja la mirada hacia sus manos, aun sosteniendo el cuaderno. El poema que recitaba hacia unos momentos llenando la habitación de música, ahora solo es un ruido lejano.

—Entiendo, supongo que no puedo negarme, —susurra con tristeza finalmente dejando caer el cuaderno sobre la pequeña mesa que esta enfrente—.

Matilde toma sus manos entre las suyas y le ofrece una mirada reconfortante, aunque no logra ocultar la tristeza, su voz es firme en las palabras que expresa con seguridad.

—No tienes porque preocuparte, mi querida sobrina, las chicas estarán contigo para lo que necesites como siempre. También estoy segura de que todos te extrañan y aunque mi hermana no lo demuestre demasiado estoy segura de que también te extraña mucho.

Brianna, Leila y Deyra son las damas de compañía que su madre eligió para ella desde que eran niñas y con el tiempo se volvieron familia cuando se mudo a vivir con su tía Matilde cuando tenia 9 años ellas también la acompañaron por mandato de la corte.

Brianna es la mayor con 20 años hija de el conde de Rethvall y es la sensata de el grupo, posee una calma casi inquebrantable. Siempre lleva el cabello castaño atado en un moño impecable y se expresa con la exactitud de alguien que ha acumulado muchas experiencias para su juventud. Frecuentemente le recuerda a la princesa Azaelia lo apropiado e inapropiado y como debe comportarse y aunque a ratos la irrita, reconoce que lo hace por su bienestar.

Deyra en cambio hija del barón Rhovane , es de su edad y posee una vitalidad que no puede evitar brillar en cualquier lugar. Ama llevar su cabello castaño suelto, y aunque la tía Matilde menciona que es demasiado ''impredecible'', Azaelia cree que es el corazón del equipo.

Leila es hija del Duque de Novassir, es la menor de todas con 16 años es un poco tímida, aunque es muy curiosa, también muy tranquila y dulce. Siempre esta ahí para la princesa y ambas saben que sin importar lo que pase siempre serán su apoyo incondicional.

—Tienes razón tía —murmura dándole la razón—.

—Eres muy inteligente se que estarás bien... pero nunca olvides lo que has aprendido aquí, ni quien eres. No permitas que alguien te haga dudar de tu propia esencia y valor. Pero sobre todo recuerda no sacrifiques tu felicidad por la comodidad de alguien que no lo merezca.

—Quiero que recuerdes que aquí en Cresttvell siempre tendrás un hogar y yo siempre estaré para ti—dice dándole un abrazo e intentando contener la emoción del momento—.

—Gracias tía. Te aseguro que nunca olvidare todo lo que me has enseñado—susurra tratando de no derramar ninguna lagrima,mientras se separa de su lado—.

El silencio vuelve a envolver la habitación. Se despiden, mientras Azaelia la observa salir de la habitación dejándola a solas, con la luz del atardecer iluminando su rostro mientras ecos del poema parecen acompañarla hacia el nuevo destino que se avecina en el horizonte con nuevos caminos inciertos y llenos de posibilidades.