La Reina Híbrida

11. Ratoncito

Lo vi arrodillado viendo al grupo que lo rodeaba asustado, los mechones de su cabello negro cubrían su frente y partes de su ojo, de inmediato se puso de pie  y corrió hacia la enorme pared de hielo golpeándola mientras gritaba algo que eventualmente no entenderíamos.

—Míralo…—habla mi hermano con una sonrisa divertida—parece un ratoncito enjaulado junto a grandes leones.

Me reí señalando hacia donde un grupo de seis se acercaban por la izquierda para atacarnos—mira, más ratoncitos.

Volvió puño sus manos y los encero en un círculo de hielo aplastándolos, volví la mirada al frente viendo como Deleriux se daba vuelta mirando bien asustado a sus leones—A ver como sales de esta…—susurre cruzándome de brazos ansiosa por el espectáculo que me esperaba.

De la tierra empezó a crecer unas grandes llamas entre rojas y naranja rodeando al enemigo, levante una ceja al ver como Deleriux estaba en su forma natural de un verano. Las llamas salían de su cuerpo y lo rodeaba, podía ver en forma de mímica por así decirlo, sus gritos de agonía, no podía escucharlos—una lástima en verdad…— Deleriux se elevó, con sus manos cubrió todo el pequeño lugar de fuego incinerando desde arriba a los “leones”.

Las paredes de hielo empezaron a derretirse rápidamente y pude escuchar los últimos gritos de auxilio de aquellos soldados con un final feliz.

—Como lo imaginaba…—musita mi hermano parándose de su trono de hielo el cual había creado para ver con más fascinación la pelea—es un Sellectium, no resulto ser una desgracia como su hermano mayor.

—En efecto mí querido hermano...—respondí parándome al lado de él viendo como el chico caminaba hacia nosotros muy furioso.

—Creo que…

No logro terminar la palabra debido a que Deleriux le lanzo una enorme bola de fuego mandándolo a volar lejos, pero como es mi hermano mayor, la detuvo antes de que lo aplastase contra el muro el cual había sido una vez una torre.

Vi como la bola se esfumo para después ver a mi hermano elevado en el aire en su forma invernal.

Nosotros a diferencia de los veranos nos rodea una capa de humo blanco, nuestros ojos cambiaban de color, pasaban de azul a blanco y un copo de nieve aparecía en la frente, para los veranos el fuego, los de primavera una flor rosada y los de otoño una rama seca.

Le lanzo una bola de hielo a Deleriux y así empezó la pelea entre mi hermano y el.

Me senté en el trono que había creado mi hermano a mirar el enfrentamiento aburrida, hombres...

Pasaron un buen rato así, peleando entre ellos. Debo decir que Deleriux no era quien decía que era, no es un debilucho bueno para nada, durante todo este rato le ha dado una buena pelea a mi hermano quien sonreía feliz con cada golpe que le lanzaba y este le respondía el golpe más fuerte no sé porque decían tales cosas de él.

Deleriux era un soldado de elite, era uno de nosotros.

Suspire poniéndome de pie, alguien debía de detener esto, evidentemente ellos no lo harían. Me eleve en el aire poniéndome entre ellos deteniéndolos con mis manos en sus pechos agitados—ya, quedo claro que los dos son machos alfas—dije mirando la cara de enojo de Deleriux, mire a mi hermano—ya te divertiste hay que volver a la pelea para ayudar a los demás.

—Ustedes dos son unos imbéciles—dice entre dientes Deleriux—¿Qué hubieran hecho si moría allí?

—Te llevaría flores todos los días a tu tumba—respondí—haría que tu lapida fuera negra con las letras blancas y dijera que fuiste un héroe que murió valientemente en batalla.

Me mira con ambas cejas alzadas y luego a mi hermano quien asentía—gracias, muchas gracias por su lindo detalle—responde sarcásticamente.

—De nada—respondí con una sonrisa.

El rodo los ojos y descendió al igual que nosotros.

Empezó a caminar en dirección contraria de la pelea por lo que lo llame—¿A dónde vas? La pelea es por allá—señale por donde venía el gran humo negro y los gritos de batalla.

—Por mí que se mueran todos, no me interesa—respondió fríamente.

Alce ambas cejas sorprendida por su respuesta—¿seguro que eres verano?—  pregunte—pareces un otoño…

Al decir eso giro su cabeza mirándome con odio, sus ojos cambiaron a rojo por un milisegundo para volver a los comunes.

—Si fuera mitad otoño y verano…—habla mi hermano silbando—seria alguien sumamente increíble…. Y peligroso.

 

~*~

Estábamos todos en el gran comedor cenando tranquilamente hasta que el rey hablo.

—Ya falta poco para que elija a quien quiere de mis hijos a su lado…—dice dejando su copa de vino en la mesa mirándome.

—Así es…—respondí llevándome un pedazo de carne a la boca.

—Supongo que ya a estas alturas tienes a un elegido ¿no?

—En efecto…—respondí tragando la carne masticada bebiendo algo de vino blanco— pero…

—¿Pero?

—¿Quiero saber la razón por la que solamente Dexter hizo lo que precisamente mi padre y yo pedimos?—dije e inmediatamente todos dejaron de comer para mirarme. Por suerte Deleriux estaba cenando con nosotros. Después de la batalla de hace seis días el castillo quedo algo destruido y nos tuvimos que mudar al ala sur donde aún sus muros seguían de pies—Deleriux estuvo ignorándome todo el tiempo, casi ni lo vi...

Vi su expresión de enfado y sonreí inocentemente.

—Bueno, creo que quedo bastante claro que mi hijo no desea ser parte de esto princesa—responde el rey.

—¿Por qué?—Pregunte a Deleriux—eres un príncipe de elite, ¿Por qué ocultar tales habilidades al mundo? ¿Qué te detiene?

Su expresión de enfado pasó hacer una de pánico absoluto, trago saliva y escondió sus manos temblorosas mientras miraba de reojo a su padre quien se le notaba ya la vena en la frente al igual que Dexter.

Era más que evidente que estaban enojados, pero no entendía el porqué de su enfado y el nerviosismo de Deleriux.

—Es cierto...—concuerda mi hermano dejando la copa de vino que tenía en sus manos en la mesa—eres uno de nosotros, un príncipe de elite. Peleaste valientemente y con honor el otro día y te enfrentaste a mi dándome una buena pelea, sin duda eres alguien a quien le debo mi respecto y lealtad y eso no es a cualquiera. Pero al igual que mi hermana… no entiendo porque te ocultas en la sombra, en una máscara de mentiras.




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