La Reina Híbrida

13. Coronación

Estaba feliz porque estaba de vuelta en casa y triste por toda la situación que estábamos pasando en estos momentos. Idán nos estaba atacando sin piedad, su deseo por conquistarnos no tenía límites, a duras penas estábamos respondiendo a sus ataques.

¿De dónde había sacado a tantos soldados?

Nuestra suerte era que nuestros soldados eran Sellectium. Solo teníamos una hora de haber llegado y vimos todo invierno encerrado en una gigantesca cúpula que solo permitía entrar a lo de nuestra raza, Deleriux quien iba por todo el camino todo emputado tuvo que esperar a que le permitieran entrar.

Como habíamos supuesto, su familia lo tenía amenazado.

Cuando llego a nosotros tenía un ojo morado, el labio partido y uno al lado de la frente, sus manos algo magulladas y un pequeño corte en el cuello.

No dijimos nada al respecto, su cara de molestia nos decía que no debíamos molestarlo. Mis padres se dieron cuenta y tuvimos que hacerles señas de que no dijeran nada sobre el tema, cuando estuvimos a solas les contamos lo que había pasado. Por supuesto, mi padre estaba indignado por todo y quería hablar con él, pero se lo negué, había que dejarlo tranquilo.

Y hoy por fin era mi coronación, todos los planes que tengo ya se pondrán en marcha, solo falta poco.

Respire hondo cuando las puertas se abrieron para mí.

Lo primero que vi fue a mi padre sentado en el trono que pronto seria mío y a mi madre sentada al lado de el. Después vi a mis hermanos parados a tres metros de mi madre con los brazos atrás de sus espaldas mirándome divertidos.

Pase una rápida mirada entre todos los invitados de esta noche.

Entre ellos diferencie a la familia real Hermont, ignore la mirada de odio de Deleriux. Debía empezar a acostumbrarse a mi presencia y todo lo relacionado a mí, dentro de poco seremos marido y mujer y yo me apoderare de su reino y de su gente debilucha y estúpida.

Camine lentamente por la alfombra negra hacia el padre que me coronaria.

El vestido que tenía puesto era negro con muchas piedras arriba y una capa larga negra con piedras en el cuello. Mi cabello largo y brillante listo para sostener la corona que fue hecha para mí en especial.

Subí hasta el segundo piso y me arrodille mirando al suelo, el padre de inmediato empezó hablar y yo me sumergí en mi mundo ignorando todo su palabrerío, no sé porque hablaban tanta mierda, solo pongan mi corona en mi hermosa y linda cabecita  y así detengo todo el desastre que el hombre ha hecho debido a su avaricia y egoísmo.

Para eso fui creada y enviada hasta este mundo de mierda para hacer lo que mis otros hermanos no pudieron llegar hacer por haber sido asesinados.

Gracias a mis padres que me protegieron y me escondieron durante todos estos años para llevar acabo mi cometido una vez sea coronada como reina de invierno y verano.

Sentí el frio metal en mi cabeza por la corona y sonreí poniéndome de pie tomando la espada que era heredada por cada rey o reina de invierno como símbolo de lucha y libertad por nuestro reino.

Me gire con una sonrisa de satisfacción hacia los nobles del reino y la familia Hermont, ahora solo era cuestión de tiempo volverme soberana de Verano y todo mi plan de libertad se pondría en marcha, mientras tanto, estaría bajo perfil hasta aquel día.

Mi padre me llamo y me gire para verlo, estaba de pie al lado de trono a la izquierda, a la derecha estaban mis hermanos. Camine hasta sentarme en el frio y duro asiento con la punta de la espada en el suelo mi mano descansando en el pomo mirando a todos aplaudirme con la cabeza en alto.

 

~*~

Después de la ceremonia fuimos a los jardines para una pequeña celebración por mi coronación.

La música suave sonaba mientras que los invitados charlaban entre sí, ya había hablado con todos y recibido sus felicitaciones. Tome una copa de champan de unos de los sirvientes, camine hacia donde estaba Dexter, Amionet, Deleriux y otra chica más que desconocía. Hablaban entre ellos muy amenamente a excepción de Deleriux, este tenía su cara de culo como siempre mientras que la chica desconocida tenía su brazo izquierdo entrelazado con el del muy feliz.

 —Buenas noches…—dije sonriendo mirando los rostros de fastidio de cada uno.

—Buenas noches…—respondieron los cuatro de mala cara.

—No te he visto por aquí antes, ¿Cómo te llamas?—pregunte viendo a la chica de cabello castaño y ojos celestes.

Debía de admitir que era linda, no podía negarlo, pero yo era aún más hermosa y eso lo sabían todos.

—Es Andreina Milton, una vieja amiga de la infancia de nosotros…—responde Amionet.

—Ah…—dije mirándola—no recuerdo haberte preguntado a ti…—respondí volviendo a mirar a la chica que parecía una garrapata pegada a Deleriux.

Si eran amigos, a ella se le veía que sus intenciones eran más que ser su simple amiga de la infancia, su expresión me lo decía todo.

—Bueno, soy Andreina. Me vera muy seguido por aquí, soy amiga cercana de Deleriux. No tuve la oportunidad de conocerla cuando estaba en el castillo dado a que no estaba en la ciudad, pero ahora si, un gusto—responde la chica dándome su mano la cual mire.

Termine de un trago la copa de champan y se la pase en vez de darle la mano la cual tomo confundida—mucho gusto Andreina, para mí es un placer conocer a la próxima concubina del rey. Es un acto de buena acción satisfacer los deseos y necesidades de mi prometido. Solo te pediré disculpa en el hecho de que te lo robare por un ratito cuando haya que engendrar al heredero, pero descuida, después de eso será todo tuyo—dije ladeando la cabeza sonriendo falsamente.

Mire con satisfacción como su rostro se ponía rojo por la vergüenza y odio.

 Abrió la boca para hablar, pero me gire viendo a mi amigo Ledi conversando con mi hermano mayor y su prometida—¡Ledi!—exclame abriendo los brazos caminando hacia ellos.




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