La Reina Híbrida

14. Verdad o reto

—Ah—suspira—que bueno que nos acompañan, seria buen momento para empezar hablar sobre la boda…—dice la señora Hermont.

No dije nada y seguí concentrada en terminar de devorar el pedazo de carne que había en mi plato servido.

 — ¿No es eso muy pronto todavía?—responde mi madre por mí—apenas Evie fue coronada reina, ahora es el turno del joven Deleriux ya ahí empezamos a organizar la boda.

—Lose—contesta ella asintiendo dejando la taza de té en la mesa—pero debemos de ir pensando en los preparativos, así no se nos junta todo y dejar todo a última hora. Podemos ir eligiendo el vestido de la novia por ejemplo…—dice mirándome sonriente.

— ¡Oh sí!—exclama Amionet—es una buena idea, podemos ir a la tienda que está en la calle boglaguet, ahí vende los mejores vestidos para novias, ahí fue donde Estela compro el suyo, divino.

—Oh si, lo recuerdo—concuerda Andreina asintiendo—era hermoso.

—En ese caso, elegir vestidos para Evie tendrían que hablar conmigo, soy la que elige la mayoría de sus vestidos—responde mi madre mirándolas.

—Oh…—contesta Irish mirándome algo sorprendida—bueno, supongo que no te molestaría elegir el vestido que quieres usar esta vez ¿no?

—Es tu boda…—continua Amionet la novia siempre elige el vestido que es perfecto para ella, como también las flores, la mesa, las damas de honor y sus vestidos…

—Todo eso suena muy complicado…—dije terminando de beber agua. Me había, prácticamente, tragado toda la comida servida en mi plato—pero, para eso está mi hermosa madre que se encargara de todo eso, así que todo lo que tenga en mente por favor, hablarlo con ella.    

Andreina iba a responder, pero se vio interrumpida por el sonido del general Bróker quien guiaba a los soldados que irían de espionaje.

— ¿Qué está pasando?—Pregunta confundida la reina Irish— ¿A dónde van tan armados? 

—A espiar al enemigo—conteste poniéndome de pie caminando hacia ellos. Al llegar salude al general quien me devolvió el saludo, los veinte hombres que irían estaban perfectamente alineados enfrente de nosotros listos para partir—si surge algún problema en el camino no olvides enviar la señal de ayuda.

—Si mi señora, no se preocupe, seremos muy cuidadoso—responde haciendo una reverencia.

Asentí y los vi montarse en sus caballos y cabalgar hacia afuera del castillo de camino hacia el peligro con valentía.

Suspire dándome la vuelta, ya había comido ahora tenía que seguir con mi deber como reina ahora.

 ~*~

Estaba cansada, me dolían los pies de tanto estar de un lado a otro con estos tacones tan finos y altos.

Eran cómodos, pero cuando durabas demasiado tiempo de pie y caminar mucho te hacías ampolla, me senté en el borde de la fuente congelada cerca del camino que llevaba a la montaña Hellum.

Mire al cielo estrellado suspirando, la noche era hermosa. La luna brillaba y las pequeñas estrellas acompañándolas. Si en algún momento moría, quería convertirme en una de esas estrellas y brillar hasta que el mundo ya no siguiera existiendo.

Escuche pasos detrás de mí por lo que gire la cabeza encontrándome con la mirada fría de Deleriux, venia del camino que llevaba a la montaña con un cigarrillo a medio terminar y sin su capa cosa que me sorprendió, siempre llevaba esa capa como si fuera una garrapata pegada a su espalda.

Siguió su andar hacia el castillo ignorándome como siempre.

— ¿Qué hacías ahí a estas altas horas de la noche?—Pregunte—y, ¿desde cuándo fumas?

—Que te importa…—responde mirándome soltando el humo en círculo—desde siempre…—susurra.

—No es bueno salir al bosque…las bestias que ahí habitan les gusta cazar a estas horas...—dije recordando que todo el que entraba ahí podía salir gravemente herido por los grandes lobos—podrías morir.

— ¿Qué? ¿La pequeña princesita está preocupada porque pueda morir?—dice deteniéndose mirándome con una ceja alzada.

Me detuve a responder viendo a Andreina detenerse asustada delante de nosotros, venia del mismo lugar que Deleriux.

Sonreí entendiendo todo el asunto.

Volví la mirada al frente viendo a Deleriux—para nada, solo me aseguro de que mi boleto a mi victoria no muera antes de tiempo y no pueda lograr mi objetivo…—respondí pasando por su lado.

Seguí de largo hacia el castillo directo a mi habitación para bañarme y descansar.

Me detuve en el pasillo agarrándome de la pared para quitarme los zapatos, enserio ya nos los aguantaba ni un segundo más.

Mi mama me los hacia poner dado a que era muy bajita, tenerlos puesto me hacía ver un poco más alta, y era muy bien dado a que la gente solo se enfocaba en lo bajita que era.

Eche la cabeza hacia atrás respirando profundamente disfrutando del frio suelo, ahora me sentía más cómoda.

Seguí con mí andar hasta mi habitación, al entrar las luces estaban apagadas con las puertas que daban al barcón abierto el aire frio colándose. Camine hacia el baño para darme una ducha y luego a dormir.  

No dure mucho, me puse mi bata y al salir escuche como alguien tocaba a la puerta, ¿Quién será ahora? Me acerque abriendo la puerta sin encontrarme a nadie.

Eso me confundió, salí para ver si me encontraba con alguien y lo hice.

Me encontré a Deleriux en el pasillo quien se detuvo soltando el humo de su cigarrillo caminando a su habitación la cual estaba al fondo de este mismo pasillo, me miro de arriba abajo confundido al igual que yo.

Abrí la boca para decir algo, pero algo me tomo de la cintura jalándome hacia el interior de la habitación cerrando la puerta fuertemente con seguro.

Solo logre divisar una figura que era el doble de alta que yo, puso una mano en mi boca, una soga Light se enrosco en mi cintura prohibiendo que hiciera algún movimiento.

Odiaba estas malditas sogas, eran mágica.

Sellaba tu poder e impedía hacer algún movimiento a quien estuviera atrapado en ella.




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