La Reina Híbrida

16. Una verdad

~Ledi~

 

Vi el auto de Deleriux e Evie alejándose de nosotros por la oscura calle hacia verano. Suspire dándome la vuelta topándome por un segundo con los ojos de color ámbar de  Mathew.

Trague saliva cuando sonrió guiñándome el ojo. Le devolví la sonrisa dándome la vuelta empezando a caminar hacia la salida suspirando, no tendría que volver al castillo de nuevo hasta dentro de un mes cuando Evie estuviera aquí de nuevo, mientras tanto buscaría la forma de ahorrar dinero y buscar un departamento por lo menos “decente”.

Camine por los grandes autos lujosos hacia la entrada principal tratando de no ser visto por nadie. Al llegar me dirigí hacia los arboles de pino que estaban cerca de la muralla para buscar el destartalado auto de mi buen amigo Patrick.

 Me lo había prestado para que no llegara a la boda bañado en sudor por la larga caminata desde el pueblo hacia el castillo. Quite la lona que lo cubría entrándolo dentro del auto en los asientos de atrás, encendí el auto con un poco de dificultad y me puse en marcha hacia el pueblo del otro lado para no pasar por la calle principal donde los autos lujosos de la gente rica empezaban a pasar.

El camino de este lado es el mar largo, pero valía la pena, no sería detectado por ningunos de ellos y mi identidad como hijo de un gran comerciante de las afueras del reino cuyo hijo escapo de sus grandes barbaridades hacia el reino por protección seguiría intacta. Era un pobre pobretón que vivía en encima de una panadería en un pequeño cuarto alquilado hijo de un… mejor me concentro en conducir y llegar con vida.

El problema de este auto a pesar de estar todo destartalado era que iba muy lento, demasiado diría yo. Si ponían a este auto con una tortuga sin duda la tortuga sería la ganadora.

Después de casi dos horas de camino pude llegar al edificio viejo en donde vivía Patrick, tenía de negocio un bar y arriba estaba su departamento. Lo bueno de la amistad con Patrick era que obtenía bebida gratis en su bar.

Abrí la puerta cerrándola con cuidado de que no se vaya a caer y camine hacia las escaleras en donde daba al segundo nivel, el bar estaba cerrado por lo que supuse que estaría arriba y así fue. Lo encontré sentado en su mueble más dormido que nunca. Me acerque a él sentándome al lado despertándolo.

Se despertó asustado mirando por todas partes hasta que reparo en mi presencia.

—Mierda imbécil me asustaste… —susurra sentándose pasándose una mano por su cabello— ¿Qué haces aquí? Pensé que estarías en la boda de la reina, ¿Qué paso?

Rodé los ojos sacando la llave de mis bolcillos—vine a entregarte la porquería de auto que tienes y las llaves—respondí—ya la celebración termino hace unas horas.

Asiente—que bueno, mañana saldré temprano del pueblo y no sé cuándo venga—dice volviendo acostarse.

— ¿A dónde vas?—pregunte confundido.

—Mi familia, hay una reunión… ya sabes… —responde.

Asentí comprendiéndolo todo.

—Bueno en ese caso, espero que todo salga bien. Ya debo de irme, tengo muchas cosas que hacer a partir de mañana…—dije poniéndome de pie con un suspiro caminando hacia la puerta.

—Buena suerte amigo…—susurra y me gire para verlo como volvía a acomodarse en el mueble quedándose dormido.

No dije nada y salí cerrando la puerta empezando a bajar por los escalones dirigiéndome hacia mi deteriorado departamento.

 

~Mathew~

Mire a mi familia e invitados empezar a despedirse. Aproveche la situación para desparecer una vez más.

Había asistido por obligación, si hubiera sido por mí ni vengo. Aunque también debo de agregar que fue por agradecimiento por mi hermana menor al decidir sacrificarse por los dos. No me veía casado con alguien que no me gustase, para mí el matrimonio si era importante, debía de elegir a alguien adecuado y perfecto para pasar el resto de mi vida y ese alguien no sería cualquiera.

Estar con alguien que no quieres es horrible, Evie tenía mis respectos.

Abrí la puerta de mi auto entrando dirigiéndome hacia la salida a toda velocidad. No tenía idea a donde ir ahora, si al pueblo o a las ruinas. Al final me decidí por ir al pueblo a caminar un rato hasta que me aburriera.

Al llegar deje el auto estacionado a las afueras del pueblo. Aún quedaban algunos transeúntes yendo de un lado a otro por el pueblo.

Caminaba sin un rumbo fijo con la vista fija en el suelo hasta que levante la mirada encontrándome con Ledi saliendo de un edificio viejo. Me sorprendió verlo por aquí a estas altas horas de la noche.

Lo vi doblar al final por la calle, ¿Qué hacía por aquí?, me encogí de hombros siguiéndolo. Hacía mucho tiempo que no nos juntábamos para hablar un rato después de… no Mathew, eso quedo en el pasado ya olvídalo.

Al doblar lo encontré yendo hacia los viejos edificios del pueblo. Esa zona era la más deplorable del todo el pueblo, ahí vivían los más desafortunados. Fruncí el ceño sintiendo más ganas de seguirlo, ahora sí que tenía curiosidad.

Al doblar me adentre por la calle hasta que me detuve viéndolo entrar a un edificio que con solo tocarlo se podría derrumbar. Entre al lobby despacio buscando con la mirada al gerente. Escuche voces en el segundo nivel por lo que me dirigí hacia allá encontrándome con un señor andrajoso y a Ledi de rodillas con una maleta en sus manos vieja con algunos hoyos suplicándole que le diera unos días más.

Al principio no entendía lo que pasaba hasta que el señor le dijo que lo sentía, pero que no podía hacer eso, tenía familia a quien alimentar y necesitaba el dinero de la renta. Me quedé atónito mirando la escena, ¿lo que decía era enserio?, ¿Cómo que él vivía ahí? Era imposible, su padre era un gran comerciante que vivía a las afueras del pueblo, hasta lo conozco.

Abrí los ojos asustado cuando se puso de pie dándose la vuelta ya derrotado por no convencerlo. Salí afuera escondiéndome en el callejón que estaba al lado del edifico. Lo vi pasar por mi lado sentándose al final de la calle en la cera.




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