17. Pasta

~Evie~

Desperté mirando la puerta cerrada sintiendo la respiración de Deleriux en mi cuello. Baje la mirada encontrándome con su brazo alrededor de mi cintura las venas marcándosele en el brazo. Eso se veía algo atractivo.

Retire su mano lentamente agarrando la sabana levantándome de la cama con algo de dificultad, me dolía mi entre pierna. Camine despacio hacia el baño con las patas abierta, aparte de dolerme sentía incomodidad.

Abrí la puerta encontrándome con una tina en frente con una ventana con vista al jardín en donde se podía ver el camino empedrado que vi anoche. De un lado estaba una ducha y del otro lado una gran espejo con un lava manos, al lado de mi había una entrada hacia un armario grande vacío.

Suspire, un baño con agua caliente me ayudaría a relajar los músculos y sentirme bastante bien. Abrí la llave un chorro de agua caliente saliendo de ella empezando a llenar la tina, eche un jabón que estaba en la esquina con olor a miel y me senté en una orilla a esperar mirando al frente viendo la cama y al estúpido en la misma posición que lo deje.

La sabana blanca solo cubría la parte baja dejando al descubierto su espalda bien trabajada y los arañazos que había hecho anoche. Trague en seco nerviosa. Me puse de pie caminando como un pato cerrando la puerta.

Volví de nuevo a la bañera, ya estaba casi llegando a la mitad por lo que retire la sabana encontrándome con mi entrepierna con sangre seca y algo blanco desconocido. Antes de entrar ahí tenía que enjuagarme ahí abajo para quitar todo eso.

Camine hacia la ducha abriendo la llave el agua fría saliendo a montones, tome el jabón empezando a lavarme ahí, una vez listo salí entrando en la tina sintiendo la grandiosa agua caliente en la parte baja de mi cuerpo sintiéndome de maravillas.

Cuando el agua me llego hasta los hombros cerré la llave acomodándome en la tina cerrando los ojos quedándome un buen rato ahí hasta que escuche la llave de la ducha abierta abriendo los ojos de inmediato encontrándome de lleno con el pene de Deleriux, me tape la cara hundiéndome en el agua sin poder sacar esa imagen de mi mente.

Dios mío… esas cosas si eran grandes… parecía a la de un caballo. ¿Cómo eso entro en mí? Era increíble y extraño a la vez…

Volví a salir del agua por la falte de oxígeno. Lo mire, pero esta vez arriba viéndolo lavarse el cabello tranquilamente. Suspire saliendo de la tina quitando el tapón yendo rápidamente al armario para encontrar una toalla con que cubrirme.

Todo estaba vacío cosa que empezó a asustarme más. Me encontré con una puerta corrediza al fondo, fui directamente hacia ella encontrándome con muchas toallas, sabanas y batas de baño. Tome una bata de baño de inmediato cubriéndome con ella, salí de ahí evitando ver su trasero saliendo del baño empezando a entrar mis maletas dejándola del lado derecho abriéndola encontrándome con muchos vestidos, ropa interior demasiado sexi al igual que las pijamas.

Tome un sostén viendo la tela de encaje con sorpresa, nunca en la vida había usado sostenes de esa manera, siempre eran cómodos al igual que los pantis los cuales ni siquiera me taparía el culo, apenas si mi vagina, ¿pero qué coño le pasaba a mi madre por la cabeza para mandar a empacar estas cosas?

No tenía más opción que ponerme esas cosas. Al hacerlo no volví a escuchar la llave de la ducha por lo que tome de inmediato la bata de baño cubriéndome de nuevo. Me puse de rodillas viendo cual vestido me pondrían.

Por el rabillo del ojo lo vi entrar totalmente desnudo caminando hacia donde estaban las toallas. Me concentre en buscar un vestido largo entre los tanto que tenía, pero solo encontraba cortos y muy cortos.

Suspire decidiéndome por uno azul de mangas largas y transparentes con lazos azules al final dejando al descubierto los hombros. Aproveche cuando el idiota salió de nuevo con una toalla en su cintura y una en la cabeza secando su cabello. Me lo puse subiendo el zipper que estaba a un lado.

Me llegaba muy por encima de las rodillas mostrando mis muslos y piernas pálidas y blancas. Solté un resoplido echando mi cabello hacia atrás arreglando las mangas bajándolo mostrando mis hombros pálidos.

Volvió a entrar con su maleta dejándola en el suelo abriéndola.

Tome mi cabello sin saber qué hacer con él. Si dejarlo suelto y que se secara al aire libre o recogerlo en una coleta, hacerme unas trenzas… creo que lo dejare que se seque al aire libre.

Mire mi maleta viendo que zapatos podría ponerme. Vi unos con tacón alto y gruesos blancos con un pequeño lazo azul delante. Me senté poniéndomelos.

Me puse de pie sintiéndome más alta. Mire al frente mirando al idiota entrando su camisa blanca por sus pantalones negros con una correa del mismo color. Pase por su lado saliendo del baño hacia la habitación yendo hacia la entrada abriéndola salí al pasillo caminando hacia las escaleras.

Más allá de ellas había un pasillo que llevaría a no sé dónde. Más tarde investigaría, primero comería algo, me estaba dando hambre.

Baje al primer nivel caminando hacia la cocina abriendo la nevera encontrándome con muchas cosas. Tome el cartón de jugo de naranja cerrando la nevera tomando un vaso, fui a la alacena tome galletas de chispas de chocolate. Camine hacia el comedor sentándome con mi vaso de jugo abriendo la cajita empezando a comer mirando hacia afuera.

No sabía cocinar por lo que comería galletas, pan y jugo. Si el idiota no sabía tampoco pues el resto de la comida que necesitaba cocción se podriría.

Por el rabillo del ojo lo vi entrar a la cocina con el cabello húmedo desparramado por su frente con el parche remangándose la camisa. Empezó a cocinar algo desconocido para mí, tomo su plato caminando hacia el comedor sentándose alejado de mí empezando a comer.

Era huevo con pan tostado y jugo de naranja. Al menor alguien de los dos sabía cocinar. Tome mi vaso vacío con la caja de galletas vacías tirándola en la basura, enjuague el vaso saliendo de la cocina hacia la sala.