Aura
—Acabaste con todo aquello que se interpusiera en tu camino.
Lo vi a través de los barrotes de fierro.
—No sabes las cosas que soy capaz de hacer. Si quieres que el mundo arda te aseguro que no será por ti.
⊷⊶
—Te conseguiremos otra persona que te ayude —habló—. Te casarás.
—¡Me metiste a la boca del lobo!
Grité.
—¡Tú reinado acabó! ¡Entiéndelo de una buena vez!
—¡Eso no me impide tomar decisiones! ¡Tengo más conocimientos que tú! ¡Sé cómo es esto!
—¡No necesito tu ayuda!
—¿Por qué tanto alboroto? —gritó mamá—. Desde afuera se les escucha todo su griterío.
—¡Si tanto quieres dar órdenes, te hubieras quedado en el trono! ¡Deja de estar molestando!
Me señaló queriendo decir algo.
Dio media vuelta y se fue de ahí, cerrando de un portazo la puerta.
—¿Qué-...
Comenzó hablar Yago.
—No digas nada.
Hizo una mueca como si se estuviera cerrando la boca.
⊷⊶
—No entiendo hasta dónde puede llegar la maldad de la gente.
Me senté en el frío pasto, de ese frío lugar con él frente a mí.
—No estoy lista, para tener a cargo a todo un pueblo, tenía toda mi vida planeada y ahora la planean por mí.
» ¿Cómo me hago cargo de algo a lo cual fui obligada a aceptar? Fue parte de mi destino, sabía que nacer parte de la realeza no iba a ser fácil. La palabra olvidar es muy fácil decirlo, pero muy difícil realizarlo. Él dejo un gran vació en nosotros, nadie se dio cuenta cuanto sufría. Me presionaron para tomar la corona, me obligaron a casarme con una persona que no amaba, me desorientaron muchas veces y me hicieron dudar de mis capacidades. Pero ya no más —las lágrimas amenazaban con caer—. Me culpé por cosas de las cuales no tuve la culpa y me dejé manipular por ellos, hicieron de mí lo que querían que ellos haga. Cómo les hago entender que ahora yo haré lo que crea mejor, cómo les hago entender que soy capaz de todo. Espero que tú si creas en mí, espero que tú si te quedes a mi lado, espero que tú si entiendas, espero que tú si me ames. Déjame volar un rato a tus brazos, déjame despedirme por una última vez, déjame tomar tu mano, dime que todo estará bien. Cargo con un peso de toda una nación y la de tu muerte.
Porque sí estaba frente a él, pero a la vez a miles de vidas de distancia.
Dejé las flores ahí.
—Para ti, para mi hermano de sangre y alma.