Capitulo 1:
El avión aterrizó a las 5 de la mañana. Estábamos ahora en otra ciudad. Fuimos directo a
un hotel, nos hospedamos y luego comenzamos a buscar trabajo, yo comenzó a trabajar y
ella empezó a estudiar psicología. Las cosas marchaban bien.
Ese primer año fue el más bello, fue alegre. Aunque hubo momentos en que extrañamos a
la familias, y el lugar donde crecimos. Pero esa ciudad era tan diferente, era tan grande y
poblada que nos sorprendió.
Un año después alquilamos un pequeño departamento. Era chico pero estaba bien para
nosotros dos.
Cuando dos años después estábamos instalados conseguí un puesto mejor y ambos
estábamos ya acostumbrados al otro. Hacía cuatro que vivíamos juntos y lo festejamos
saliendo a comer.
Camila tardo cinco años en recibirse, entonces nos comprometimos. Queríamos formalizar
la relación. Y para eso debíamos volver a nuestra ciudad. Nuestras familias ya aceptaban
la relación al menos por resignación o cansancio, no se oponían más.
Pero la verdad ya no era todo como antes. Las cosas comenzaron a cambiar luego de esa
noche, del compromiso. Esa cena fue la última velada dulce y tranquila que tuvimos.
El amor seguía, pero ella estaba con la cabeza en algo más. No imagine nunca lo que
sucedería. No esperaba eso. No de ella.
Cuando regresamos a nuestra ciudad natal les costó adaptarse. Estábamos tan
acostumbrados a ser solo dos. Pero desde allí todo cambio. Ahora no éramos más dos.
Ella volvió a ver a sus amigas, a su familia. Se alejo un poco de mi. Ya no estábamos tan
pegados como antes. Hacia finales de año la secundaria donde ella había estudiado
organizo una reunión de ex alumnos. Camilla decidió ir. Yo me quede en casa, la
acabábamos de comprar.
A la mañana siguiente despertó muy tarde. Eran las 15 horas cuando logre que se
levantara de la cama. Me dijo que la había pasado genial, que extrañaba tanto las
desveladas. La mire extrañado. No reconocía a mi Camila en aquella mujer que le veía. No
sabía aun que la había perdido.
Tres meses después leyendo el diario vi una foto en la sección de sociales, la nota hablaba
de una fiesta organizada por una gran empresa. La misma donde Camila trabajaba desde
hacía una semana. Esa misma noche había sido el comienzo de todos mis desastres. La
primera tragedia de muchas que vendrían.
La fiesta había sido un éxito, hasta el presidente de la empresa había estado presente.
Pero en una de las fotografías la vi. Vi a Camila bailando con alguien. Yo ni siquiera sabía
que ella había ido al evento.
Me extraño verla siempre con el mismo en las fotografías. Le comente que era extraño
verla con otro. Ella me dijo que ese hombre era el presidente de la compañía y que le
había caído simpático. Le creí. No le reproche nada. Pero yo en ese entonces era un iluso
aun creía en ella, una parte de mi me decía que me amaba con locura. Pero otra, mi otro
yo decía que mentía. Jamás antes había oído hablar de ese hombre y menos visto su foto.
Tal vez de haberlo hecho no habría sufrido tanto y me hubiera ahorrado uno y mil dolores
de cabeza.
En ese entonces aún quedaba algo del Carlo feliz, amable, descocado y apasionado que un
día llegue a ser gracias a ella. Pero de apoco me fui apagando. Lentamente me convertí en
un ermitaño, en un ser distante y frio. Solo vivía para pensar en ella, para tratar de armar
el rompecabezas de esto que me pasaba.
Dos semanas después de la primera nota escucho la primicia que su jefe estaba
enamorado perdidamente de una mujer que deseaba como esposa. Hasta ahí nada me
pareció extraño. Hasta debo reconocer me alegre. Me dije: “si el planea casarse es mejor
que sea cierto. Así no se figaría en mi Camilla”. Pero fui un iluso. ¿Cómo iba a imaginar
que de quien él estaba enamorado era precisamente de mi prometida?
Cuando la foto de los dos salió en los medios me paralice, me idiotice.
Me pareció irreal, un sueño, o más bien una pesadilla. Camila, mi linda y amaba Camila se
comprometía con ese hombre. Al que acababa de conocer.