La resiliencia de Allison Sallow.

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🌙🐺🌙


 

Allie.


 

No fui la primera en despertar, pero tampoco la última.


 

Al despertar Chloé seguía a mi lado viendo una película en mi laptop. La saludé, pero como estaba usando unos audífonos no me escuchó. 


 

Me levanté y ella me miró con una sonrisa.


 

—Deberías arreglarte, en dos horas tenemos clases—Sugirió y recordé que era jueves.—Antes hay un lugar al que debemos ir.


 

La miré desconcertada, pero así era Chloé. 


 

Caminé hasta mi baño y me voltee a mirarla. Como esperaba, ya ella se había cambiado y todo. Aproveché para mirar a Sophie, seguía dormida. ¡Vaya noche que tuvo!


 

Seguí mi camino al baño, tal vez cuando salga Sophie haya despertado. 


 

Tomé una corta ducha y escuché la música que provenía desde afuera, Chloé y Sophie, la cual como dije despertó, cantaban como locas. 


 

Cepillé mis dientes, lavé mi rostro, envolví mi cuerpo con una toalla y mi cabello en otra. Al salir, deposite mi ropa en el cesto de ropa sucia y seguí mi camino hacia el armario, ignorando completamente el concierto en vivo que mis amigas estaban dando. Saque unos jeans altos y claros, un jersey, unas zapatillas negras y voila, terminado el outfit. 


 

Mi cabello lo dejaría suelto, tenía pereza de secarlo y de alguna forma debía hacerlo. Al tener todas las cosas en mano proseguí a cambiarme, sí, frente a las chicas. Primero la ropa interior y luego el resto.


 

Chloé se veía muy bien, llevaba un Short alto blanco, una blusa de tirantes negra y unas zapatillas de tacón bajo. Su cabello estaba medio recogido en una coleta alta.


 

—Bueno, bueno, pero al parecer vamos al Victoria's Secrets y nadie me avisó—Dijo Sophie mirando su vestimenta con una mueca.


 

—De hecho, vamos a tu casa, debes cambiarte, luego de dejarte allí, iremos a hacer unas cosas—Informó—. Luego pasaremos por ti para ir al instituto, fácil.


 

-Me parece perfecto, Chloé.


 

—Si, bueno ¿Nos vamos?—Dije ansiosa. 


 

Ellas hacían planes sin considerar a esta pobre conductora adolorida por el día anterior.


 

Y bien que me gusta conducir.


 

Salimos de mi habitación y ¡Oh, sorpresa! 


 

El olor era exquisito, no sé qué le dio a Tita, la cocinera, pero al parecer hoy andaba de buenas.


 

—Lo siento chicas, pero ustedes no van a quitarme el placer de obtener mi primera comida del día. —Rodaron los ojos.


 

—La verdad es que se me abrió el apetito. Los licántropos debemos comer bien ¿No?—Dijo Sophie y Chloé acordó que fuéramos al comedor. 


 

Cruzamos el ala familiar y luego llegamos hasta el mismo.


 

Tita debe de estar muy contenta hoy, casi nunca se esfuerza en el desayuno.


 

Llegamos al comedor y tras una puerta que daba la cocina, decidí ir a felicitar a la "Chef" por llamar la atención de mi olfato por completo.


 

Pero cuando entré mi sorpresa fue ver a mi abuela junto a todo el personal de la cocina. La del buen humor era otra. 


 

«Que extraño». 


 

Parecía más feliz que de costumbre. 


 

Con lo que ocurrió casi nunca estamos felices...


 

-¡Querida!-Dijo al verme. -me alegro de que hayan despertado.


 

La imagen de mi abuela era un poco graciosa, sostenía un cucharón en sus manos y un salero en la otra, además de que llevaba puesto un delantal. 


 

-Si, ¿A qué se debe tal hallazgo?-pregunté refiriéndome a su actitud.


 

-Pues he considerado comenzar a hacerme cargo de algunas cosas.-Sonrió encogiendo sus hombros-Van a desayunar ¿No?


 

«ok...» asentí.


 

En la gran mesa se encontraban las chicas, nos dispusimos a desayunar los waffles con huevo y tocino que preparó la abuela y un exquisito zumo de naranja.


 

Pregunté por papá y me dijo que estaba en su habitación, gracias a Bárbara, papá no ha tenido que asistir a las juntas o reuniones, ella es algo así como su representante y eso me preocupa, papá necesita salir, no hundirse más. 


 

Por lo que dijeron las brujas.


 

Por el bien de la manada.


 

Por el bien de la familia.


 

Por mí.


 

Luego de desayunar tomé las llaves de mi Porsche y salimos del comedor. Tuvimos que caminar un poco más debido a que el garaje no quedaba muy cerca del comedor.


 

Muchas personas me han preguntado el porqué no tengo un chófer y la verdad es que con un chófer no podría hacer lo que yo quiera, lo tuve, hasta el año pasado, pero el hombre quiso comportarse como mi niñera y mamá lo despidió. 


 

Luego de tres largos minutos subí a mi camioneta y la encendí, poniéndola en marcha rumbo a la casa de Soph.


 

Soph es huérfana y la sra Olsen, su madre adoptiva, movió cielo, mar y tierra para poder cuidar de ella, sin mencionar que la Sra Olsen es una bruja muy poderosa. 


 

Habíamos llegado hace rato y estábamos conversando animadamente de como ocurrió todo, y en repetidas ocasiones se lamentaba por lo de mi madre.


 

—Descuide Sra Olsen, lo superaremos. Gracias al maravilloso aquelarre que logramos encontrar, mi padre no murió... Tenemos una deuda con las brujas, con usted y nunca voy a olvidar eso.


 

—Oh, cariño, a pesar de no pertenecer a ese aquelarre, quiero que sepas que mi lealtad está con tu familia, y es un honor ser una bruja y servir más que a tu padre, a ti, mi luna. 




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