La resiliencia de Allison Sallow.

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•Consequences•

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Llegamos al heraldo, un bar situado en el territorio de los Armstrong, anteriormente habíamos venido con Allie, pero por como están las cosas entre ella y Joseph dudo mucho que aceptara venir. Al entrar al bar cruzamos entre la muchedumbre hasta llegar a una puerta que daba a unas escaleras, las subimos y una especie de sala privada nos dio la bienvenida, en una de las mesas se encontraban Sophie y algunos integrantes de la manada Armstrong. ¿Cómo salió Sophie de la mansión? No lo sé. La sala tenía poca iluminación, luces de colores por todo el lugar, muchas criaturas bailando y consumiendo en el lugar. Nada fuera de lo común


 

No sé si mi acto de rebeldía fue imprudente, no sé qué me esperará al volver a casa, no sé qué pasará ahora. Hay personas por las que vale la pena perder la cabeza y sé que Joseph es la mía.


 

Sophie nos hizo señas para acercarnos a la mesa y ambos nos sentamos en la misma, estábamos alrededor de séis personas en esa mesa; al vernos a Josh y a mi pararon de reír. Luego de la graduación Josh debe hacerse cargo de algunas cosas en su manada, si bien él no es el beta, pero cumple un papel fundamental para su tío, por ello es considerado de mucha importancia en este lugar.


 

—Oye Chloé, ¿llevas un perfume diferente esta noche?—Bromea Sophie conteniendo una risita.


 

—Si, una edición del Victoria Secrets para chuchos, deberías probar seguro tienen una fragancia de perra para ti—Le di un guiño y ambas reímos con complicidad.


 

—¿Dónde está Allie?—Pregunta y los presentes demás a excepción de Josh bufan con amargura.


 

—Como si esa Sallow fuera a venir, nos detesta ¿vale, a todos los que vivimos en este territorio?—Habla uno de los chicos.


 

—Sabes igual no vendría.—Dice Josh con un poco de tristeza.


 

—Bien, viejo. Nosotros jugaremos ¿vienes?—Pregunta el otro a Josh señalando la mesa de billar situada a tres espacios de distancia con nosotros..


 

—No, adelántense.


 

Ellos asienten sin importancia y se levantan, luego caminan hasta la mesa de billar y comienzan su juego.


 

—Bueno, ¿quieren explicarme qué ocurrió?—Pregunta con sorpresa—. ¿No esperarían hasta solucionar las cosas entre las manadas para comerse los cuellos?


 

—Era el plan—Concuerdo—. Tiempo pasado.


 

—Entonces te rebelaste contra tu familia. ¿No planeas seguir soportando que opriman tu amor?—A veces pienso que Sophie es un poco cursi.


 

—Algo así—Rasco mi nuca un poco incomoda—. La cosa es... Ahora tengo que hacer frente a todo esto, era nuestra ultima carta y no me iba a abstener de usarla, ahora deben aceptar todo esto.


 

—Y yo no te dejaré sola.—Comenta Josh, toma mi mano por encima de la mesa y besa mi frente.


 

—Ohhhhw—Chilla de emoción—. Casi me da un golpe de azúcar y lo peor es que eso no es posible.


 

—Bueno no es como si fuera una niña, después de todo ya casi cumpliré la mayoría de edad.


 

—Lo que me preocupa es Allie—Dice Josh con pesar—. Está muy enferma de odio y rencor, no quería que me odiara más, pero tampoco estaba dispuesta a apoyarnos.


 

—Sí, pero las cosas ahora son así y deben aceptarlas.—Digo decidida y segura.


 

Seguridad que me duró muy poco tiempo.


 

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Allie.


 

—Luego de eso, haremos esto—Informo a Aidan—; Entrarás minutos después de mi. ¿Vale?


 

Asiente inseguro desde mi motocicleta. Nos encontrábamos frente al Heraldo, yo había bajado de mi vehículo y Aidan seguía allí en desacuerdo con mi idea. La luces neón del lugar eran por costumbre muy brillantes, este era un lugar habitual para demonios y criaturas oscuras, sin embargo en tiempos anteriores lo frecuentamos, ya que se disfruta de un buen ambiente, bebidas, bailes, juegos y música en vivo. Casi como el pandemónium de Shadow Hunters.


 

—Y dime cuál es la parte dónde no salimos heridos en tu idea. Porque estás actuando como si tu fueras la adulta aquí—Reclama bajando.


 

—Bueno, hemos sobrevivido cinco años de aventuras nosotras dos ¡Y sorpresa! estamos completas—Respondo con amargura, Aidan estaba comenzando a enojarme hasta con respirar; nuestra relación estaba normalizándose, sí.


 

—Pues lamento...


 

—Aidan, no—Interrumpo sus ganas de iniciar una discusión—, lo haremos a mi modo, conozco perfectamente este lugar y puedo asegurarte que están en el segundo piso.


 

—Bien—Accede resignado.


 

—Recuerda, después de mi.


 

Comencé a caminar con pasos seguros hasta entrar en el Heraldo. El lugar estaba a reventar desde lycan's, a demonios súcubos. Al entrar nadie me observaba, todos estaban concentrados en disfrutar de la música, las bebidas y el consumo de sus algas verdes ilegales, pero mi objetivo no es detener todo esto, mi objetivo es encontrar a Chloé y obtener explicaciones, solo me preocupa que algo malo le pase.


 

Con dificultad–debido a todas las personas bailando–logro llegar a la puerta de las escaleras y cuando estoy por entrar—; ¿Disculpa?


 

Una ronca voz masculina interrumpe mi misión. Cierro mis ojos con fuerza antes de girarme.


 

—¿Disculpa?—vuelve a hablar.


 

Me doy vuelta con una sonrisa intentando con todas mis fuerzas contener los nervios.




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