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•El anillo•
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Allie.
—¿Qué haremos con los entrenamientos?—Pregunta Kian con preocupación. Nos encontrábamos en el patio trasero entrenando desde hace algunas horas, la transpiración y cansancio eran más que evidentes. Estábamos en el suelo, sentados frente al otro en una posición infantil. Comprendía la preocupación de Kian; pues como guerreros nuestros entrenamiento es obligatorio.
Sé manipular con perfección un arco y realizar otras labores, más sin embargo yo busco la perfección absoluta. La conversación tomo inicio luego de contarle lo ocurrido con Alexander Armstrong.
—Los entrenamientos seguirán al pie de la letra—Respondo—. Lo prometo.
—¿Segura?—Pregunta inseguro.—; Escucha, no conozco a los Armstrong del todo, pero Alexander es un buen tipo, hemos coincidido en la adolescencia y actualmente en algunas reuniones lejanas al Ministerio. Tú solo no te fíes mucho, pero tampoco seas tan paranoica.
—No le llames paranoia al no querer terminar como mi madre—Me riñe con la mirada y suelto un suspiro agotado—, ya te dije qué intenciones tengo, Kian.
—Y las entiendo, pero no por eso puedes abstenerte de vivir, Allie.
—Y yo no conocía este lado blando tuyo—Me pongo de pie tras mencionar esas palabras y le extiendo la mano—¿Te apetece pastel de Manzana?
—La Ascensión es en un par de semanas—Me recuerda—, no engordemos tanto.
Toma mi mano con diversión y le ayudo a levantarse, ambos caminamos hasta la cocina para degustar un trozo de pastel.
—¿Qué planes tienes para esta tarde?—Pregunta desde la mesa devorando su porción de pastel.
—Tal vez vea a las chicas.—Me encojo de hombros—, te dejo con el pastel, tomaré un baño.
—Ve tranquila.
Me encamino hacia la sala para subir las escaleras rumbo a mi habitación. Al llegar me despojo de mi vestimenta y me adentro en el baño para tomar una ducha relajadora. Salgo envuelta en una toalla, luego de unos largos minutos, camino hasta mi clóset para elegir mi ropa; unos shorts de mezclilla, una polera de tirantes turquesa y unas zapatillas negras. Seco mi cabello y lo dejo al aire libre.
Al terminar de alistarme tomo mi móvil para confirmar qué me depara el destino en este día. Tenía un mensaje de Sophie y no me sorprendía, hace cuatro días le pedí que habláramos, no me gusta que las personas que quiero me oculten las cosas y ella estaba con Chloé en el Heraldo aquel día. Efectivamente los recuerdos con Alexander en el bosque vienen a mi mente, hace cuatro días acepté que viviría con un extraño, en el territorio donde se encuentra el asesino de mi madre y no descansaré hasta encontrarlo.
Respondo los mensajes de Sophie indicándole que estaría en su casa cuanto antes y salgo de mi habitación. La primera persona a la que me encuentro entre los pasillos de mi hogar es a mi abuela.
—¿A dónde y tan bonita?—Pregunta con curiosidad.
—Iré a hablar con Sophie—Respondo con una sonrisa.
—¡Perfecto!—Exclama con una sonrisa—, necesito enviarle unas cosas a Mamá Olsen.
—Yo las llevaré, date prisa—Digo y mi abuela desaparece de mi vistas unos minutos, minutos que bastaron para revisar mis redes sociales en "Runningapp", una plataforma que te permite realizar lives, fotos, comentar y mensajear con algunas personas, casi como Facebook.
Un post destacado hecho por "Horacughost" una cuenta anónima de cotilleos llama mi atención por completo:
"Se rumorea que Alexander Armstrong a encontrado a su compañera. ¿Pero quién será? Le hemos pillado hace unas noches en el bosque con una jovencita muy familiar, nada más y nada menos que ¡Allison Sallow! ¿Pero no es esta jovencita quién acusó directamente a la manada Armstrong por la muerte de su madre? Hace algunos días también fue visto en el Heraldo, a la misma hora y el mismo día en el que Allison desapareció de la fiesta en honor a su madre y sí señores, se encontraban en el mismo lugar. ¿Es el inicio de un romance? ¡Sigue nuestro contenido para descubrir la verdad detrás de todo esto!" —Más en Horacughost.
Toda una nota en mi honor, pero es que esta banda de chismosos no hacen viral asuntos importantes y no investigan más que tonterías. Se podían vislumbrar fotos de Alexander en el Heraldo y algunas mías, pero nunca estuvimos juntos, casi olvidaba que él estaba en el lugar. Pero lo más cínico ha sido ver fotos de ambos en el bosque ¿Nos habían seguido? Esto es espeluznante además, me pregunto quién estará detrás de todo esto.
—Aquí están, algunas coles, patatas, ojos de gatos, lenguas de ranas, patas de conejos, plumas de pavo...—La voz de mi abuela me saca de mis pensamientos, de cierta forma estaba creando algunas teorías sobre el responsable de esta fechoría.
—No quiero saber cual es el contenido abue—Digo con una mueca de asco.
—Tienes razón, tú solo dile que es de mi parte.
—Dalo por hecho—Respondo y con mucho asco tomo las bolsas entre mis manos, salgo de la casa y subo a mi Porsche Cayenne poniéndome en marcha.
Luego de unos veinte minutos me estaciono frente a la casa de Sophie y mamá Olsen. Sophie sale de su casa con una sonrisa a recibirme, así es, intentando amansar el ganado, pero no Sophie; te espera un sermón.
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Editado: 19.11.2024