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•Lo de mi madre•
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—¿Cansada?—Pregunta Kian a mitad del bosque, asiento con vergüenza pues no es algo común en mí—, falta poco para acabar. ¿Todo va bien?
—No pase una buena noche, pero me acostumbraré—Respondo secando mi sudor—, continuemos, se acerca la expedición y debemos estar preparados para cualquier cosa.
—Esa es la actitud que necesitamos—Sonríe con orgullo.
Seguimos entrenando un par de horas más, hasta que Kian se marchó dejándome en la entrada de la casa. Siento mi estómago rugir de hambre, entro al hogar y subo las escaleras dirigiéndome a la habitación dispuesta a tomar un baño. Al abrir la puerta me encuentro con Alexander acostado leyendo algunos papeles.
—¿Qué tal va el entrenamiento?—Pregunta dispuesto a sacar conversación. Viste un mono de lana azul rey, una polera borgoña y sus pantuflas blancas. No despega su mirada del papel, por lo que no nota como evalúo su aspecto.
Porque
—Bueno, no tan bien como las anteriores—Respondo—, De todas formas te agradezco dejar el bosque a nuestra disposición, eso nos da la libertad de correr a nuestro antojo.
—Ambos nos estamos ayudando—Dice restando importancia a mis palabras.—Puedes ducharte tranquila, me iré a la sala.
—No te preocupes, el baño tiene pasador—Digo intentando no incomodarlo. Sin pensarlo mi comentario suena mal. Cierro mis ojos avergonzada y al abrirlos él está observándome—. Me refiero a que no te vayas, también es tu habitación.
—No quiero incomodarte—Confiesa—, volveré cuando hayas terminado.
Sonrío agradecida y entro al baño, luego escucho la puerta de la habitación ser abierta y cerrada. Me doy una no tan larga ducha para despojarme del sudor o bien sea desocupar la habitación para Alexander. Salgo del baño; me pongo mi ropa interior y un corto vestido veraniego de color melocotón. Unas bajas zapatillas blancas son mi elección para el calzado y llevo mi cabello suelto sobre mis hombros. Cuelgo la toalla sobre el toallero, tomo mi móvil y me dispongo a dejar la habitación.
Bajo buscando a Alexander en la sala, más aún no le encontré, en su lugar estaban Lena junto a Chloé. Ambas platicaban sobre las últimas noticias de Eastwood. Reviso mi móvil esperando señal de Marcel, sin embargo no hay nada.
¿Qué se supone que haga en este lugar para pasar el rato?
—Allie—Dice Chloé con energía al verme—. ¿Qué tal te ha ido hoy?
—Kian me hizo correr mucho—Respondo sin interés—, esperaba algunos golpes, pero solo me hizo correr. ¿Han visto a Alexander?
—Lo vi salir junto a Josh, iban acompañados de este hombre... Román—Responde Lena—, tal vez por cosas de la manada.
—Voy a comer algo.
—¡Dioses!—Exclama Lena—, miren la hora... ¡La medicina de papá!
—Ve tranquila, yo alimento a Allie—Dice Chloé con diversión.
A los pocos minutos Lena se va dejándonos solas.
—¿Nada de M?
—No, Allie. Aún está investigando...—Se detiene al oír el sonido de mi estomago—. Anda vamos a alimentarte.
Alex.
—¿Usted qué cree que estaban haciendo aquí?—Pregunta Román con su vestimenta impecable; una camisa blanca, jeans ajustados y zapatos negros. Yo por mi parte aún no me creo haber salido de mi casa en estas fachas, pero ya no hay nada que pueda hacer.
—No lo sé señor—Responde la anciana—, estaban forjando armas y algunos incluso tenían algunas de fuego. Son una multitud. ¿Pueden decirme lo que está pasando?
—Es lo que queremos saber señora—Responde Josh en mi lugar. Incluso él llevaba una vestimenta decente.
Ahora dejando de lado mi aspecto y que probablemente al anochecer lo más comentado sea el haberme visto en las calles vistiendo de esta manera; de algo estoy seguro de que la ruptura de la alianza es más que inminente, están obrando contra mi mandato y eso no se los voy permitir. La guerra contra ellos se avecina.
—Estaremos informándoles señora—Digo adquiriendo protagonismo—. No dejaré que nada amenace nuestra paz.
Nos despedimos y subimos a la camioneta para continuar recolectando información. Desde que dejé la casa esta mañana estos dos me han tenido dando vuelta por todo el lugar. Para nosotros es muy importante estar seguros de que están traicionando la alianza creada por mi padre, es fundamental recolectar toda información posible para saber qué está pasando. Recuerdo que le prometí a Allie investigar sobre su madre, sin embargo es crucial terminar con esto para luego ponerme a ello.
—¿Ahora a dónde?—Pregunto tras el volante.
—Este es el ultimo—Responde Román tranquilizándome.
—Es en una casa mostaza.—Informa Josh desde el asiento trasero.
—Allí—Señal Román—, estaciona justo... Aquí.
Sigo sus instrucciones y tras apagar el automóvil los tres bajamos. Josh llama al propietario y Román nos presenta.
—Disculpe tan inesperada visita, pero es de suma importancia para nosotros velar por la seguridad de todos—Digo al verlo. Un joven de tez oscura con al parecer no más de dieciocho años.
—No tiene porqué disculparse Alpha Alexander—Responde con modestia—. Está aquí para saber lo que he visto. Ayer por la noche en una taberna un grupo de séis cazadores agredieron a un Lycan's. Recuerdo sus palabras—Aclara su voz dispuesto a imitarlos—; "Pronto se les acabara su tranquilidad malditos fenómenos"
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Editado: 19.11.2024