La resiliencia de Allison Sallow.

|☾19|

━━━━━━━━━━━━━━━━


 

•Notas Anónimas•


 


 

━━━━━━━━━━━━━━━━


 

Allie.


 

Días después.


 

Al despertar me encuentro sola en la habitación, sin rastro de Alex o Chris quien llevaba una semana con nosotros. Luego de asearme bajo hasta el comedor donde me encuentro al sonriente Christopher desayunando junto a Chloé, Anne y Lena.


 

—Buenos días alegría—Me saluda Lena.


 

—Buen día...


 

—¿Quieres desayunar?—Pregunta Chloé.


 

Asiento en su dirección mientras tomo asiento frente a Chris.


 

—¿Dónde están los demás?—Pregunto desconcertada.


 

—Alex ha salido con Josh—Responde Chloé mientras coloca un plato frente a mí.


 

—¿Hace cuánto que salieron?


 

—Un par de horas. Josh ha estado recibiendo unos mensajes anónimos. ¿Saben algo de eso?—Pregunta Lena, Chloé y yo negamos.


 

Espero sean de ayuda las notas que hemos dejado en el casillero de Josh. El problema está en ser descubiertas.


 

—Me sorprende tanto que no me haya comentado nada—Dice Chloé.


 

Lo logramos–habla a mi mente.


 

—Tal vez no quería agobiarte.


 

—Apoyo a Allison—Concuerda Lena.


 

—Prima Allie—Llama mi atención el pequeño que había estado en silencio minutos antes—, ¿Alex es tu novio?


 

—Chris, toma un poco más de jugo—Interviene Chloé divertida.


 

El pequeño me mantiene la mirada, sin embargo cede a dejar el tema... Por ahora.


 

Continuamos desayunando, Anne platicaba sobre alguna de sus actividades en su viaje, cuando de pronto nos vemos interrumpidos por la llegada de Alex y Josh, ambos nos miran y se acercan.


 

—¿Y que tal?—Pregunta Lena.


 

—Creo que nos es el momento—Intervengo y Alex me lo agradece con la mirada. Se acerca a la mesa y se queda de pie junto a su madre.


 

Justo en ese momento las ocurrencias del pequeño Chris hacen acto de presencia.


 

—¿Ahora sí me van a decir?


 

—¿Qué cosa Chris?—Pregunta Josh.


 

—¿Josh, la prima Allie es novia de Alex?—Pregunta Chris nuevamente.


 

Me ahogo con un poco de café que estaba bebiendo y Alex me mira con diversión.


 

Te odio.


 

—Si, prima Allie, respóndele al pequeño—Insiste con diversión Alex.


 

—¿Por qué haces tan repentina pregunta?—Esta vez es Lena quien me apoya.


 

—Porque la prima Allie durmió en la misma cama de Alex.


 

Mi rostro se enrojece y deseo estar en cualquier otro lugar excepto aquí.


 

Los presentes me miran y esperan una respuesta.


 

Balbuceo. No sé qué decir.


 

—Lo que pasa es que quisimos darte un lugar cómodo para dormir—Explica Alex—, dónde dormiste es mi cama.


 

—Ufs ahora estoy más tranquilo. La prima Allie no puede tener novio.—Responde con dramatismo y se seca gotas imaginarias de sudor en su frente.


 

—¿Ah no? ¿Por qué?


 

—No Alex, porque después se olvida de mi.


 

—Eso es imposible, quien podría olvida a un niño tan dulce como tú—Pregunta Anne.


 

Se encoge de hombros—Gracias abuelita—Responde y deja de prestarnos atención.


 

Alex me observa y se que quiere hablarme de algo. Me pongo de pies, cruzo la mesa y llego hasta su lado.


 

—¿Quieres hablar?—Pregunto. El asiente y lo sigo hasta su oficina.


 

Ya dentro me siento frente a su escritorio y él detrás.


 

—¿Pasa algo?—pregunto.


 

—Hemos estado recibiendo ayuda... Y hemos descubierto algo... Una de estas noche los cazadores planean atacarnos.—Confiesa.


 

¿Qué? ¿Tan rápido?


 

—Quiero que vayas los más lejos que puedas, junto a los demás y estén protegidos. ¿Puedes prometerme eso?—Sus ojos me lo rogaban, pero yo no pudo hacer una promesa que romperé, no voy a dejarlo solo. Esa no es la forma en la que Allison Sallow actúa.


 

—Bien—Digo al final.


 

—No Allison, di que lo prometes. Promételo.


 

—Yo...


 

—Hazlo, maldita sea. Estaré más tranquilo si todos están lejos de aquí.


 

—Lo prometo...


 

Salgo de su oficina sin poder verlo a la cara, le he hecho una promesa, una promesa que no dudaré en romper.


 

En la sala me encuentro a Anne leyendo un libro. Intento no molestar y me dirijo a las escaleras.


 

—Sé lo que está ocurriendo—Dice sin despegar su mirada de los libros. ¿Cómo lo hace? 


 

—¿Cómo podría usted saberlo?—Pregunto.


 

Cierra su libro de golpe aterrándome y fija su mirada en mí.


 

—Las voces... Ellas me lo dicen... Me advierten lo que se aproxima.—Responde con un tono de voz gélido.


 

¿Voces? 


 

—Señora Anabelle, con todo respeto está usted comenzando a asustarme.


 

—Por favor, no quieras verme la cara de tonta—Dice con su voz normal—, sé cómo ayudar.


 

—¿Cómo haría eso?—Pregunto.


 

—Porque bajo el establo hay un búnker—Informa Kira llegando junto a Gideon. Gideon mira a su ex esposa con recelo y enojo y a mi me saluda con un asentimiento un tanto serio.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.