La resiliencia de Allison Sallow.

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—En ese caso sugiero enjuiciar a los cazadores según el criterio del ministerio—culmina mi padre luego de contarle lo ocurrido, sin mencionar los experimentos. Hay momentos en los que es necesario guardar secretos, los Armstrong tienen derecho a ser discretos con el tema pues se trata de su territorio no el mío, por eso no puedo elegir, no puedo tomar una decisión de acuerdo a lo que yo creo y defiendo.

—Para que eso pase Alexander Armstrong tendria que formar parte del ministerio, lo cual no es posible. —Recuerda Aidan.

—No es posible que con todo lo que dije, con las cosas que el ha hecho, que ha demostrado... —Discuto— No creen que lo acepten ¿cierto?

—Gideon Armstrong tomó muy malas decisiones —Presiona Aidan con brazos cruzados.

—Esta rompiendo todo tipo de Alianza con los cazadores—Insisto.

—Eso será tomado en cuenta—Interviene Kian—, la única manera sería solicitando una Audiencia.

Mierda.

Una audiencia puede ser similar a un juicio, lo atacarían con preguntas y luego lo despedazaran con quejas y reproches.

—Puede funcionar, si tiene nuestro apoyo—Agrego—, esto puede estar relacionado a mamá.

—No podemos ceder tan fácilmente Allison, creí que lo entenderías—Razona mi padre.

—Él esta haciendo todo esto por nosotros también, no se les olvide—Replico molesta—, esta corrigiendo los errores de su padre, los cazadores representan una amenaza para todos, ellos, el Ministerio, todas las manadas y me atrevería a decir que también son amenaza para cualquier otra especie que protejamos.

—Ellos no lo verán así—Dice Kian—, solo aprovecharan la ocasión para intentar sacarlo del juego, los Armstrong tienen un buen territorio y no es secreto los alcances del Ministerio, la codicia en ellos, hay que andarnos con cuidado.

Kian tenia completo conocimiento sobre la manera de trabajar en el Ministerio, pues su padre Killian Horsley era un miembro fundamental en este.

—Saben muy bien que yo nunca voy por las ramas, se hace bien o no se hace—Niego.

—Dile a Barbara lo que tiene que hacer—Acepta mi padre—. Un dia de estos ustedes van a matarme.

Se masajea en la sien y suspira.

—Solo encárgate de que nuestra mesa este cerca a la del Ministerio, el resto lo haré yo. —Sonrió triunfante.

Al dar por terminada la conversación salgo de la habitación en dirección a la cocina, Karina cocina muy bien, por supuesto que me quedaré a almorzar. Al entrar me encuentro con mi abuela, un delantal de ositos, Karina y los demas empleados.

—Abue, deja que Karina se encargue—Le regaño y comienzo a tomar su brazo.

—No mi niña, tengo que mantenerme ocupada para sentirme util—Reprocha y no insisto para no entrar en una disputa. —¿Te quedas a comer? Estoy preparando un pollo agridulce.

Asiento y me doy vuelta para sentarme en una banqueta frente a ellas. —¿Cómo han estado las cosas por aquí?

—Estresante—Responde Karina y mi abuela la fulmina.

—En realidad, hemos estado peor. Todas las energías están puestas en la ceremonia, no se habla más que de eso, los preparativos van muy bien por lo poco que logre sacarle a Barbara.

—Pronto pasará la ceremonia abue y la atención será solo para ti—Bromeo y ella ríe.

—¿No esta Chloé contigo?—Pregunta—, oh, el pequeño Chris ha estado un poco triste estos dias, extraña mucho a su hermana.

—De hecho esta en casa de mis tíos.

Dicho esto la abuela informa que esta lista la comida y me dirijo al comedor. Aparece mi padre, Aidan, Kian y Barbara a quién hace un rato que no veo. Mi padre toma asiento a la cabeza de la mesa, Aidan y barbara toman asiento a ambos costados, Aidan a la izquierda y Barbara a la derecha, quedando Kian y yo frente a frente.

Qué incomodo.

Luego de terminar el almuerzo, me encuentro revisando mi habitación, recordando como era convivir aquí, con mi familia, el lago, mi padre. Los momentos de tristeza, la ansiedad que me atacaba todas las noches. Pienso en mi vida actualmente, en lo positivo que ha sido mi lazo con Alexander, en su valentía para terminar con los cazadores, para hacer las cosas bien.

—¿Puedo entrar?—Pregunta Kian desde la puerta, yo solo me limito a asentir y tomo asiento en mi cama. —Note tu incomodidad en el almuerzo.

—Sí, estaba un poco incómoda. —Admito rascando mi nuca. Se acerca y toma asiento a mi lado.

—Allison, no quiero que las cosas sean rara entre los dos. Me da mucho gusto que las cosas estén yendo bien con el Armstrong, no debes preocuparte por mi o lo que pienses.

—No sé cómo sentirme al respecto.

—Y sin embargo te acostaste con él—Sus palabras me distorsionan el rostro—, por los dioses, no lo ocultes. Se te nota en la cara.

—Yo...

—Allison te recuerdo que lo nuestro debía terminar cuando uno de los dos encontrara a su compañero.—Su insistencia en el tema me desenfoco y enfada.

De pronto me encuentro analizando mis sentimientos hacia Kian, si me seguía gustando, no lo podía negar, lo de Alexander y yo aun era muy reciente. Si bien mis sentimientos por Kian no eran tan fuertes, seguían guardados en algún lugar recóndito en mi. Pero Alex, el era tan diferente, lo que estaba despertando, lo que estaba descubriendo...

Valía la pena.

Valió todo.

—¿Alguna vez hubo un nosotros para ti?—Pregunte incrédula—, no tienes que recordarme nada Kian, no siento ningún tipo de tristeza por no estar contigo.

Asiente—No olvides la expedición —Dicho esto se marcha.

Para Kian nunca existió la posibilidad de formalizar algo conmigo, solo fuimos amigos que tuvieron un par de encuentros casuales. Durante mucho tiempo me enfoque tanto en ser merecedora de su atención que me olvide de eso, solo eran fantasías de una adolescente.

Luego de despedirme de todos paso por Chloé antes que caiga la noche y volvemos a la casa Armstrong.

Al llegar me encuentro la escena de tio y sobrino haciendo las pases. Alexander llevana unos pantalones de chandal negros y un buzo azul rey. Por su parte el pelirrojo vestia unos vaqueros desgastados y una polera blanca.




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