La resiliencia de Allison Sallow.

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•Medianoche II•

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Estaba listo el momento, cincuenta shots de todo tipo de tragos descansaban en la gran mesa. Sophie y cinco jugadores mas fueron llamados, mientras varias mujeres disfrazadas de diablitas repartían tragos en sus bandejas. Sophie tomo su canasta con pelotas de golf, el juego era muy parecido a los comunes en fraternidad, pero era excesivamente grotesca la cantidad dé al hombre.

Por cada jugador que perdía sumaban diez tragos más, esto se convertía en una desventaja si ese jugador tomaba solo cinco shots, con la suma de los diez estarían agregando cuatro tragos mas a los competidores. Durante tres rondas tendría que ingerir la mayor cantidad de alcohol durante treinta minutos. Los puntos eran contados por el color de las pelotitas, las de Sophie fueron moradas, su color favorito.

—¡Tres!—Gritaba el hombre y la multitud enloquecida secundaba con gritos y aplausos.

—¡Dos!—Gritó nuevamente mientras Sophie ingirió su shot numero 10.

El vaso al que cayera la pelotita se convertir de tu propiedad inmediatamente debías beberlo para aprovechar el tiempo.

—¡Uno!—Grito y los aplausos fueron más fuertes esta vez.

Los jugadores levantaron sus manos, no hubo nada mas que hacer. Dos trabajadores del lugar se encargaron de contar las pelotitas y separarlas por color.

—¡Azul, estas fuera!—Exclamó a través del micrófono–, amarillo con 12 tragos lleva la delantera, morado 11, rojo 11, verde 10 y azul 7. ¡Estas fuera!

–¡fuera! ¡Fuera! ¡Fuera!—Comenzaban a gritar las demás personas.

Una muchacha de tal vez nuestra edad salió del circulo regresando a su mesa.

Por ahora la primera ronda la había ganado el amarillo, pero Sophie siempre se aloca al final, es parte de sus estrategia. Al inicio toma despacio, sin quedarse atrás pero tampoco apuntando a lo otro, mientras se mantuviera entre los primero tendría oportunidad de ganar.

—Ahora lo haremos más interesante —Habla el hombre—Diez tragos más... De tequila...

—¡Si! ¡Estás loco hermano!–grito con diversión un tipo a mi lado.

—Dioses, pobre Sophie ¿Si lo logrará?—Pregunta Lena con preocupación.

–¿Sophie?—Pregunta Maya—, mi chica es la mejor.

El hombre a mi lado parece escucharla y se gira en nuestra dirección —¿Quién la morada?—Señala a Soph–, no aguantara esta ronda.

—No sabes de qué hablas, no la haz visto en acción—Murmura Ellie.

—Te apuesto 30 a que pierde esta ronda—Saca los billetes— y que mi amigo el rojo le ganará.

Maya con orgullo levanta mi mano dándome los billetes, introduciéndome en su disputa—Te apuesto 100 a que mi amiga es la ganadora final—Saca los billetes y los deja sobre mi mano, a este punto ya comenzaba la gente a notar.

—Bien, que suenen esas apuestas—Habla el del micrófono —, esta noche el socavón será divertido y muy reñido, añadiré una ronda más, solo dos competidores en la ronda final. No solo eso, no puede quedar copa llena, todas tienen que estar vacías o quedaran DES CA LI FI CA DOS.

La euforia en los presentes de disparo a las nubes, comenzaron a apostar enloquecidamente. El tipo a mi lado miraba a Maya con burla, pero el no conocía la ventaja de Sophie.

Hace años cuando aun éramos menores, nos colábamos a este lugar, así fue como Sophie aprendió. Comienza mostrándose débil para llegar al final siendo la mas sobria, solo que esta vez si me preocupaba. Me preocupaba la idea de que hubiera tantos shots que ella no pudiera terminar. Por cada jugador eliminado, agregan diez más, y quedaban dos jugadores mas, eso significa veinte tragos más, sumando los diez de la chica azul y los 50 que siempre reponen en mesa. ¿Realmente Sophie podría beber tanta cantidad de alcohol?

La única salida seria que cada jugador eliminado tome por lo menos 12 tragos.

Suena la bocina y comienzan a arrojar las pelotitas, Sophie ágilmente lanza y bebe, lanza y bebe. Ciertamente el amarillo era un tipo alto y fornido, probablemente podría aguantar un poco mas alcohol que Sophie, pero el espíritu de la competitividad yace en ella.

Al cabo de treinta minutos transcurridos, suena la bocina nuevamente y los mismos tipos llegan a contar, pasan el resultado al hombre de micrófono y este los anuncia.

—Teníamos 60 tragos. Amarillo con 18, verde con 16, morado con 14 y rojo con 12.—Suspira dramatizando —, ¡Estas fuera rojo!

—El dinero—me pide Maya dandole una sonrisa triunfal al tipo. Se lo entrego ignorando las palabras de derrota del hombre.

Vuelve a sonar la bocina y todo sucede tan rápido ante mis ojos, esta vez es Sophie quien se adueña del primer lugar. Eliminan a la chica verde 17 y queda entre el amarillo 20 que tomó y el morado con 23.

—Esta ronda final lo haremos más divertido, nuestros dos jugadores tendrán un comodín—Informa—, pueden llamar a alguien del publico y darle la mitad de las esferas, ambos deben tomar la mayor cantidad. ¡elijan rápido!

Sophie toma la mano de Maya y la incluye al circulo, el tipo de amarillo se incorpora con uno de su mismo tamaño.

—Esta vez no tiene oportunidad —Dice el tipo a mi lado y yo bufo.

—Recuerda que ya aceptaste apostar 100, no puedes echarte para atrás.

—Cómo si esas dos tuvieran oportunidad —Ríe.

Suelto una risita y tranquilizo a Lena con la mirada. Lena es la única que las mira no muy convencida, pero nosotras conocemos a nuestras amigas. Maya tiene una agilidad para tomar muy rápido, Sophie no falla con ninguna pelotita, eso sumándole que el tipo ha bebido mas que ella. Pero no sé si puedan ganar, son dos tipos de buena contextura, seguro que aguantan el alcohol.

La bocina suena y mis amigas comienzan a lanzar y beber como si de eso dependiera su vida. Sophie no es fanática de perder y Maya apostó un dinero a que Sophie ganaba. Para nuestra suerte el segundo tipo no logra ver bien los vaso a los que debe atinar y termina perdiendo un poco de tiempo. Sophie y Maya, llevan las de ganar.




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