La resiliencia de Allison Sallow.

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Ceremonia de Asunción •

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—Lamento tanto no haberles informado con anticipación—Digo apenada frente a todos—, están invitados esta noche a una ceremonia en la manada de la que provengo.

—No te preocupes linda—Dice Anne desde su asiento—, me doy una buena ducha, yo tengo un par de vestidos y quedamos listas para cuando repiquen las campanas.

Soltamos una risa ante su comentario. Cuando le dije a Alexander la propuesta de mi padre sobre permitir que su familia asista, no supe interpretar su expresión, no se si fue pánico, molestia, o temor. Pero aun así los convoque a todos a la sala donde les notifique.

—Madre, no podemos usar tus vestidos, no deben ser de nuestra talla—Se entristece Lena.

—De hecho a mi no me molestaría usar un vestido de tu madre—Digo segura—, con que sea blanco, para mi esta bien y tu puedes ponerte el mio, porque sé que no te dará tiempo de comprarte uno.

Sonríe agradecida y mi mirada se dirige a Gideon y Kira, ambos en silencio. —¿Señor Gideon? ¿kira? Incluso puedes venir tú también si gustas.

Luego de una larga conversación con Alexander, me prometí que ignoraría a Kira, e intentaría no llevar las cosas tan mal con ella, al final de cuentas yo también he estado en su lugar, también he sido rechazada porque el lazo es mas importante. Gracias a eso pude conocer a Alexander, pude aceptar esta oportunidad de descubrir cómo ser feliz junto a él.

—No creo que sea prudente salir tan lejos en mi estado—Dice el padre de los Armstrong y lo entiendo, en el fondo es un alivio para mi no tener que juntas a Gideon Armstrong con el Ministerio en un mismo lugar, eso arruinaría los planes que tenemos Alex y yo de una audiencia. Por su parte el semblante de Kira pasa a ser un poco desilusionado ante la respuesta de Gideon, ella debería quedarse a cuidarlo.

—Bueno, ya esta decidido—Dice Alexander–, el que no este listo a la hora que debemos irnos, se ira por su cuenta.

—No seas tan duro—Le propino un golpe en el brazo—, el que no este listo, igual puede irse con Newt, no hay ningún problema. Y Kira—Llamo su atención—, te lo compensaremos.

Ella asiente un poco afligida y le murmuro un "lo lamento" poco audible. A decir verdad si fui un poco dura aquella vez, cuando pasas a convivir con una familia como esta, a cuidar de su padre todos los días, aunque sea tu trabajo, creas un vinculo y los consideras familia. Fui un poco inmadura porque estaba celosa. Celosa porque sé muy bien que la obsesión que tuve con Kian en aquel momento nunca iba a llegar tan lejos, porque no soy una mujer baja. Pero Kira, la que hacia amarres de internet, la que se insinuaba, no me daba buena espina, no me sigue dando, pero estar enamorada no es su culpa y la confianza que debo tenerle a Alexander es mas fuerte.

La asunción indica que todos debemos ir vestidos de blanco, es una ceremonia donde la diosa Luna bendice el camino de los nuevos guerreros y descubres qué habilidad te corresponde. La mayoría de los aspirantes ya fueron asignados en los entrenamientos, hoy será oficialmente su nombramiento, pero aquellos que como yo, tienen destrezas únicas compatibles para cualquier escuadrón, serán asignados de la manera tradicional. En un cuenco el aspirante debe poner su sangre y el alfa de la manada la suya, de esa mezcla deberá beber y aparecerá una marca en su muñeca, esa marca será de su escuadrón.

Beber la sangre de mi padre no me atrae de ninguna forma, pero quiero demostrarle que sus palabras de que debía ser arquera no eran ciertas, se que debo ser algo más, esta en mi ese sentimiento latente.

Subo a la habitación seguida de Alexander, debíamos prepararnos para ser puntuales.

Ojalá que en casa todo este yendo bien.

—¿Nos duchamos o que?—Pregunta desde la puerta del baño viéndome caminar de un lado a otro buscando accesorios perfectos para cada una.

—Si—Respondo sin detenerme a pensar en su pregunta, sumergida en mi desesperación.

Sus manos atrapan mis brazos y me carga frente a el, dejando la puerta del baño detrás de mi espalda—Una corbata turquesa—Digo al fin—, ¿Tienes una corbata turquesa? He visto que tienes un traje blanco, pero no debemos llevar nada negro, solo colores celestiales, blanco, celeste, turquesa, dorado.

Pasa su mano detrás de mi y abre la puerta del baño, me empuja dentro y entra tras de mi. —¿Que te parece si vamos a bañarnos juntos y luego resolvemos lo demás?

—¿J-juntos?—Pregunto nerviosa señalándonos repetidas veces. Pensar en Alexander y yo desnudos en un mismo lugar no era algo... apropiado para el día de hoy.

Sin responder sube mi blusa por encima de mi cabeza sacándomela, enarca una ceja al notar que no llevaba brasier. —Es que cómo no salí a ningún lado hoy, quería estar cómoda—Respondo rascando mi nuca. Aun no me acostumbro a esta desnudez, pero se me olvida cuando comienza a hacerme sentir cosas increíbles y deliciosas.

—Los pantalones, ahora—Ordena—, o te mojo con todo puesto.

No me atrevo a desafiarlo y me desvisto, de un tirón el ya se encuentra sin ropa. Abre la puerta deslizante de la ducha y se mete, luego suelta el agua girando el grifo, ajusta la temperatura para que no este tan fría para mí y de un jalón me lleva hasta él.

Maldita sea, tengo que estar pura hoy.

El agua comienza a bajar por mi cuerpo hasta empaparme toda, luego de unos minutos ya estamos completamente mojados los dos, siento su pecho en mi espalda. Alexander era mucho mas alto que yo y era justo la diferencia de altura que me encantaba. Siento su mano tocar mi espalda y me estremezco, percibo el olor a rosas y su mano deslizando por toda mi espalda.

—¿No te gusta? ¿que te lave?—Pregunta.

No me atrevo a responder, cualquier palabra que salga de su boca enciende mi piel. Cualquier cosa que diga cuando estamos así, me resulta atractivamente embriagante.




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