Y fue en las lecciones de artes cuando comenzó la tregua.
Optamos por mantenernos tranquilos, al menos en esta clase y Stella acepto.
Ahora que podía bajar la guardia, para la actividad yo quería realizar un dibujo de un ruiseñor, el emblema de mi familia. Si lo hacía perfecto, a padre le gustaría mucho. De eso estaba seguro. Más no esperaba que la extranjera se ofreciera a cederme sus pinturas y su lienzo “por si me equivocaba”.
¿Quién diablos cree que soy? ¿Equivocarme, yo? Soy Dorian Lastroke, mis habilidades escolares son perfectas, jamás me equivocaría. La miré mal. ¿Cómo se atreve a insultarme dudando de mis capacidades?
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Editado: 12.08.2025