La rosa blanca y el pájaro ruiseñor

31. Stella

Me levanté y tomé el vaso con agua sucia de pintura para cambiarla.

Me ofrecí a hacerlo para no distraer a Dorian de su “magnífica obra”, algo le había escuchado susurrar que su padre estaría orgulloso de él por su pintura.

Sin embargo, al momento en que me puse de pie, alguien paso a mi lado y me empujo, hasta ahora jamás supe si fue accidente o intensional… solo vi el rostro de Dorian agarrar color y mirarme con más odio que antes… ok, esto no era parte del plan.

El agua cayó sobre su pintura, arruinándola por completo. Incluso yo sentí mi cuerpo temblar. ¡Fue un accidente! Dorian me grito en medio de toda la clase… no aguante más y me solté a llorar.




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