Hoy tendríamos nuestra primera sesión del mes en el Consejo Estudiantil. Stella y yo éramos los únicos del grupo que pertenecíamos, lo que me daba oportunidad para estar a solas con ella camino al salón de las sesiones.
Tenía atorada la espina de cómo obtener más información al respecto si era o no la princesa de los rumores. Estaba seguro de que lo era, pero deseaba confirmarlo.
—¿Y tus lacayos, no te cuidan a todo momento? —preguntó divertida.
—Aunque no lo creas, Stella, aquí solo soy Dorian —respondí, recordándome que debía pedirles que evitaran llamarme por mi título en el colegio.
—Qué considerado —dijo con un tono de burla.
—Siempre —contesté de la misma manera.
La miré de soslayo, ella soltó una risa. Caminábamos juntos por los pasillos y me daba una sensación de satisfacción al ir a su lado. Pronto cambio de tema y ahora no dejaba de hablar de lo bien que la estaba pasando en el taller de arte.
Me agradaría ver sus obras, pensé.
Seguro eran aún más magníficas que cuando niños.
—¿Te gustaría venir? —me preguntó con una emoción genuina.
—¿Al taller?
—¡Claro! Te sorprendería todo el talento que hay. Además, podrías convencer a algunos miembros de que eres una buena opción para ser el presidente del Consejo.
Sí, tenía un punto a su favor. Me llevé una mano a la barbilla.
—Escuchar sus necesidades y valorar su arte —continuó.
—No es mala idea —coincidí. Ella sonrió esperanzada y ese brillo en sus ojos, me fascinaba—. Por cierto…
—¡Ah, Stella! ¡Hola!
Ambos nos volvimos de donde provenía una voz. Lo reconocí, era uno de los chicos que pertenecían al equipo de vóley de la escuela. ¿Por qué conocía a Stella?
—¿Eres parte del Consejo Estudiantil? —preguntó con una, a mi parecer, molesta sonrisa.
—Así es —respondió Stella cauta.
—Increíble, yo también.
—¿Cómo? —exclamamos ella y yo al mismo tiempo.
—Este año incluirán a los alumnos destacados del deporte, así que acabo de entrar y debo decir que estoy agradecido. Ahora podre verte más seguido.
Más seguido...
¿Más seguido?
¡Más seguido!
¿Ese idiota de perfecta complexión atlética veía “seguido” a Stella?
—¿Y tú quién eres? —pregunté queriendo ocultar mi irritación.
El tipo me miró y después de parecer haber pensado demasiado, se dio cuenta de quien era yo.
—¡Oh! Su alteza, Mi nombre es Alex, capitán del equipo de Vóley.
—Aquí solo es Dorian —añadió Stella, lo que me hizo mirarla—. ¿No es lo que me dijiste hace un rato?
Farfullé una maldición interna.
—Sí… —respondí, después me rasqué la nuca.
—¡Grandioso! Los amigos de Stella también podrían ser mis amigos.
De ninguna manera.
—Se hace tarde y hay que entrar a la sesión —dije cambiando el tema, quería que nos alejáramos del tipo.
—Voy con ustedes, mi asiento no debe estar lejos.
Entonces Alex se nos pegó y paso el resto del trayecto hablando con Stella. Ella le contestaba, estaba seguro, por educación, pero a mí me irritaba su presencia.
¿De dónde lo había conocido y desde cuándo?
Justo en la entrada del salón del Consejo, al fin se despidió y para aumentar mi mal humor, lo hizo tomando su mano y dando un beso sobre el dorso enguantado.
Después nos dejó a solas buscando nuestros asientos en la reunión.
—¿De dónde lo conoces? —pregunté apenas nos dimos la vuelta.
—Por coincidencia en las jardineras —respondió nerviosa.
—Es mayor que nosotros, deberías tener cuidado —le dije serio, ella me miró extrañada, ¿no había ocultado mi irritación?
—Creo que es amable.
—Creo que no deberías confiar así en cualquiera.
—¿Ni siquiera en ti?
—No seas ridícula, nos conocemos desde hace años.
Stella soltó una carcajada que, de inmediato, me hizo sentir más tranquilo.
—¿Sabes? Es la primera vez que alguien de este colegio, además de ti y Victoria, es amable conmigo.
—¿Me consideras amable? —pregunté en tono de juego, algo que teníamos los dos.
—Tú lo has dicho. No seas ridículo, nos conocemos desde hace años.
Solté una risa. Nos conocíamos desde hace años y eso me daba cierta ventaja sobre cualquiera, no sabían de sus gestos y manías como yo.
Pero al mismo tiempo, al contemplar al resto del salón, ese tipo seguía con la vista a Stella y una sensación de miedo me invadió.
Era cierto, yo la conocía desde niños y sabía mucho de ella y por lo mismo, no quería que alguien más contemplara sus manías tanto como yo.
#2726 en Novela romántica
#535 en Fantasía
#369 en Personajes sobrenaturales
romance, princesa realeza romance principe, enemytolovers romance odio amor
Editado: 25.04.2025