¡Lo hice! Confesé lo que nunca y no sé si Dorian iba a creerme, pero se sentía tan bien poder soltarlo. Sin embargo, por la forma en que me veía sabía que estaba haciendo un esfuerzo por entenderme y yo necesitaba sacarlo, de lo contrario, tenía la sensación de que me ahogaría aún más en mí misma.
—Cuando toco a alguien de la mano, puedo saber algo de esa persona —aclaré, él me prestó atención—. Puedo saber si algo le pasará en el futuro, lo que ha vivido en el pasado o si tiene buenas o malas intenciones.
—¿Es una broma?
Negué con la cabeza. Aquí iba lo más difícil, sabía que no me creería, pero valía la pena intentarlo.
—Antes de volver a Saltori, viví con mi hermano Edmundo. Él dejó el palacio por un tiempo y rentó una casa en el campo. Contrató una institutriz y cuando no, él mismo me enseñaba. Logró ponerme al corriente en mis aprendizajes, mejore mucho gracias a él. Padre iba a verme de vez en cuando. Yo era muy feliz viviendo con mi hermano —conté con nostalgia, y me di cuenta de cuanto extrañaba a Edmundo—, pero yo sabía que había algo extraño. Un día toqué a mi papá. Lo vi rodeado de gente elegante y le colocaban una corona en la cabeza, no sabía de qué se trataba. La siguiente vez lo vi con mi mamá, noté una sonrisa que… que nunca antes le había visto. Así supe que era su pasado. Cuando le pregunté a Eddy porque le ponían una corona a padre, fue tanta su sorpresa, que al principio lo negó, pero yo insistí, le conté todos los detalles que vi y no tuvo de otra que decirme la verdad.
Hubo un momento de silencio, Dorian no dijo nada, estaba realmente atento a mi relato, agradecí con la mirada y continué.
—Después mi padre habló conmigo, dijo que desde siempre mi madre y yo corrimos peligro y que no me querían con vida. Esa era la razón por la que me ocultaban y no habían querido contarme mi origen, pero Eddy abogó por que yo lo supiera y me reconocieran como princesa para protegerme. —Suspiré— Poco antes de que fuese la coronación… yo leí a mi hermano. La última vez que lo ví, me regaló la pulsera y un día antes de que se fuera, lo abrace y vi todo. —Los ojos se me humedecieron y un nudo se formó en mi garganta, entonces la voz se me quebró—. Yo vi morir a mi hermano, yo sabía que habría una explosión y le pedí a mi padre que no lo dejará ir, Eddy no debía asistir a su coronación.
Una lágrima rodó por mi mejilla, desvié mi rostro, no quería que Dorian me viera así, pero se sentía bien poder confesarlo.
—Mi padre no me creyó, pocos días después llegaron a mi casa solo para avisarme que mi hermano había muerto. Estuve vagando todo un año hasta el atentado contra Stefan, entonces padre decidió que yo regresaría a Saltori ahora que no tenía la protección de Eddy y él iba a vérselas difícil para cuidarme dentro del reino. Aun me arrepiento de no haber podido salvarlo…
De pronto sentí una caricia en mi cabello, cuando volví mi vista Dorian me miraba con consuelo, no se estaba burlando y no estaba confundido con mi relato, él…
—Tú… ¿Me crees?
—Lo hago —contestó seguro.
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Editado: 30.07.2025