—¡Stella! —grité cuando la vi caer.
No lo pensé más y corrí hacía ella. Alcancé a sostenerla entre mis brazos, se tapaba la nariz y boca con ambas manos. Miré en dirección a nuestros contrincantes, Becca dejó de reír y señaló a Jorge
Enojado, pero aún más preocupado, me concentré en Stella que estaba quejándose sobre mi regazo. De entre sus manos alcancé a ver sangre.
—Dorian, toma. —Vi como Vicky se acercaba a toda velocidad con un pañuelo, se lo arrebaté de la mano.
—Stella — llamé preocupado—, déjame limpiarte.
Apenas me vio dejó que le colocara el pañuelo en la cara, sus dedos rozaron los míos, tenían un poco de sangre.
—Te llevaré a la enfermería —dije y sin dejarle replicar la acomodé entre mis brazos y nos levanté.
No fueron muchos los pasos que avance cuando Alex se paró frente a mí con brazos extendidos.
—Como jefe del equipo yo debería ser quien lleve a Stella. —Ni en tus sueños— Y tú como presidente del Consejo Estudiantil puedes realizar el reporte del daño a nuestra compañera.
—No. Yo puedo hacer ambas cosas —respondí serio.
Pronto sentí como Vicky se acercó y tocó la frente de Stella.
—¡Está ardiendo! Hay que llevarla a la enfermería lo más rápido posible.
Alex volvió a mirarme esperando que le entregará a Stella, yo la aferré más a mí.
—Señor Lastroke —intervino el profesor—, no es momento de discutirlo, entréguele su compañera y vuelva para que levantemos el reporte. Si empeora podría ser grave.
No quería que ese imbécil se la llevará, pero tenían razón, de haberme dado cuenta antes de la fiebre que Stella cargaba no le hubiese permitido jugar. Con el cuerpo tensado no tuve opción que cederle a Alex el honor de llevar a Stella a la enfermería, sin embargo, antes de entregarla, sentí la mano de ella haciendo presión detrás de mi espalda.
—Pasa a verme después —susurro—. Gracias por intentar ayudarme.
Su voz me tranquilizó un poco, pero seguía sintiéndome inquieto, aún más cuando Alex acomodó la cabeza de Stella sobre su hombro como si en cualquier momento pudiera aprovecharse y besarla.
Cerré los puños, pero enseguida traté de guardar las apariencias.
No iba a suceder.
¡Ese bastardo! ¿Cómo se atrevía?
Vicky salió corriendo detrás de ellos, al menos podía estar seguro de que Alex no se aprovecharía de ella en ese estado.
Me di la vuelta y tanto Becca como Jorge la estaban pasando mal con las miradas acusatorias algunos compañeros y la reprimenda del profesor. Este se encargó de cederme la firma para llevarlos a detención y concederles el castigo.
Le pedí a Franky que me acompañara.
Cada minuto que pasaba me sentía más ansioso por alcanzar a Stella en la enfermería, deseaba saber si se encontraba bien. Procuré no tardarme con la realización del reporte y mientras Franky se encargaba de Jorge, yo aproveché para detener a Becca y ponerle un alto.
—¡Fue un accidente, lo juro!
—¿Te lo advertí o no? —cuestioné enfadado
Por primera vez Becca se sorprendió de mi reacción y dejó de lado sus provocaciones.
—Así que era en serio. No te divertías con ella…
—No lo voy a volver a repetir. Déjala en paz o no serás tú la única que sufra las consecuencias, sino toda tu familia —amenacé—. Sigo siendo el segundo príncipe de este reino y puedo despedir a tu padre de su cargo si eso quiero.
El padre de Becca era uno de los principales escoltas del Castillo, por eso ella ansiaba tanto un puesto, pero con el pasar del tiempo, se conformó con solo divertirnos.
—¡Ja! No puedo creerlo. —Su voz sonaba perpleja y hostil— No sé qué le has visto, pero si sabes que no puede ser, ¿verdad? Ella, así como muchas, te ven como un trampolín.
—Becca —advertí.
—¿Te convenció con su carita puritana? —cuestionó dolida— Pobrecito príncipe. Aun si fuera verdad, tanto tú como yo estamos atados a nuestras posiciones.
—Ese es mi problema.
—Me queda claro, pero déjame decirte una cosa; sé muy bien que tu familia me ha hecho a un lado y no entiendo cómo es que no se han metido con ella, pero te aseguro, que en el momento en que lo hagan… nadie soporta esa presión.
La observé procurando ocultar mi consternación. Había resentimiento y rabia en su voz, no necesariamente contra mí. Quisiera decir que no me preocupaban sus palabras, pero era consciente de que mi padre lo mencionó ese día en el campamento.
Con un gesto furioso se cruzó de brazos y se alejó un par de pasos, bastante disgustada, no sin antes soltar unas últimas palabras.
—Te vas a acordar de mí el día que ella te falle.
No volvió a buscarme, ni a mí ni a Stella.
***
Después de dejar a Becca y Jorge en detención, corrí directo a la enfermería. Alcance a ver la puerta entre abierta, ahí estaba Stella durmiendo y Vicky a un lado, parecía decir algo. Suspiré aliviado de que estuvieran las dos, pero odié aún más a Alex cuando lo encontré del otro lado de la cortina acariciando la mano de Stella.
—Ya puedes soltarla, no es como que se vaya a ir a alguna parte —dije apenas entré.
Vicky saltó sobre su asiento y Alex se enderezó.
—Así se siente más segura —respondió este.
—¿Eso te dijo?
—No.
—Entonces puedes irte, yo me haré cargo de ahora en adelante.
Vicky pasó una mirada divertida de Alex hacia mí y viceversa. Estaba seguro de que disfrutaba de presenciar este espectáculo, pero no quería seguir dándole satisfacción, así que me apresure a sacarlo de la enfermería.
—Como jefe de equipo debería estar a su lado.
—Y yo como presidente del Consejo Estudiantil puedo hacer lo mismo mientras te encargas de los reportes de los torneos deportivos. —Pensé en una buena excusa para moverlo de aquí— No has entregado las listas de los horarios para el resto de la semana.
Alex tenso su rostro, pero enseguida me dedico una sonrisa, no confiaba en mí, más no era tonto para discutir conmigo.
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Editado: 30.07.2025