—¿Qué pasó, qué? —pregunté atónita.
Vero que estaba delante de mí nos explicaba la razón por la que no podía salir ningún alumno del colegio ese fin de semana.
Estaban haciendo preguntas a todos los grupos, según ella, comenzaron desde anoche, pero en específico nos detenían a quienes éramos del grupo de Dorian.
—Pero esto no es justo —chillo Vicky a mi lado—. Es nuestro fin de semana, no pueden arrebatarnos esto también.
—Todo es por la cadena de Jorge —explicó Vero—. Dice que desapareció, después la encontraron, pero igual quieren oírnos a todos que hicimos ayer por la tarde-noche.
—Descansar, qué más haríamos —replicó mi amiga—. Fue una semana pesadísima. ¿Es necesario que testifiquemos los inocentes?
Vero se encogió de hombros. Había algo que no me cuadraba. Ella acababa de enterarse por Roen que paso la noche en el vestíbulo de los dormitorios, pero un detalle en especial no me dejaba intranquila. Nunca mencionó a Dorian, ni siquiera lo había visto.
—¿Sabes algo de… de Dorian?
Vero me miró sorprendida. Entonces se rascó la cabeza, sí sabía algo. Parecía pensárselo antes de contestarme. Miramos alrededor. Becca estaba cerca, ya entendía por qué no quería hablar.
—Vamos afuera —añadió Vicky.
Ambas aceptamos y caminamos sin alejarnos mucho de los dormitorios, pero lo suficiente para que nadie nos escuchará. Solo entonces nos contó
—Roen me dijo que encontraron la cadena en el cuarto de Dorian.
—¡No! —exclamó Vicky mientras se llevaba las manos a la boca— Muy de la realeza, pero tiene sus mañas.
—¡Victoria! —reprendí, Dorian no sería capaz.
—Pero no es todo, alcanzó a escuchar que le encontraron algo más —añadió Vero.
—¿Qué quieres decir con algo más? —insistí, necesitaba saberlo todo.
—Pues algo… ilícito —susurro.
—Dorian es un idiota, pero no ese tipo de idiota —mencionó Vicky.
Levanté una ceja, sí, en parte tenía razón. Dorian no sería capaz.
Mi visión era correcta y estas eran las consecuencias. Tenía que hacer algo al respecto. Si estaban entrevistando a todos es porque los directivos dudaban de que Dorian hiciera algo así, pero de no encontrar pruebas que los salvarán… su imagen y la de su familia se verían afectadas.
—¿Stella, en qué piensas? —me preguntó Vero al no verme decir nada— ¿Crees que fue capaz…?
—No —respondí con seguridad—. Dorian no es así. Tengo que ayudarlo.
—¿Cómo? —preguntó Vicky.
Cierto. ¿Cómo?, ¿Cómo decir la verdad sin decir toda la verdad? Me crucé de brazos. Algo se me debía ocurrir.
De pronto vimos que los directivos se acercaban para comenzar a entrevistar a las chicas. Algunas se veían más irritadas que otras y fue aquí cuando no tuve opción. Si quería ayudarlo, me tendría que ensuciar un poco las manos.
En cuanto el director paso a un lado nuestro, yo lo detuve, y le pedí que me escuchara.
—¡Espere! —llame mientras me ponía al frente, Vero y Vicky estaban anonadadas, el director también se sorprendió.
—Señorita Maltes, ¿sucede algo?
—Sí —conteste nerviosa—. Yo sé qué sucedió.
***
—Eso fue lo que paso —termine de relatar, el director me observó un poco más muy serio de lo normal, estaba en graves problemas, pero si no decía nada… esto era mejor que haber callado.
—¿Está consciente que está en problemas, señorita Maltes?
—Lo sé —mencioné agachando la cabeza.
—Bueno, el castigo por entrar al dormitorio de los chicos es la suspensión indefinida o expulsión dependiendo del caso y estamos por concluir el curso, no debería ni siquiera presentar sus exámenes finales.
Trague saliva, me sentía presionada por lo que decía.
—Pero usted acaba de salvar a sus compañeros y de paso alertar un problema grave en la escuela, además de tener un excelente historial que le ayuda bastante. No puedo determinar una sanción en este momento, lo hablaré con el subdirector y el resto de profesores antes de dar un veredicto. Por ahora solo puedo suspenderla lo que resta del festival y las próximas clases.
—Entiendo —contesté apenada.
—También hablaré con sus tutores. Tienen que estar enterados de esto.
—Lo sé.
El director me detuvo un momento más ahí mientras tomaba el teléfono. Me había mentalizado para esperar lo peor. Me perdería mi primer festival como joven sin presencia de los padres, pero no importaba. Era mejor que no volver a la escuela o no volver a ver a Dorian.
De pronto alguien tocó la puerta. Tanto el director como yo miramos hacia la ventana del pasillo, Dorian estaba afuera.
¡Ay, no!
No quería que viera esto.
Es decir, se iba a enterar, pero no quería que fuera de esta manera.
El director me miró como esperando mi aprobación. Él pareció leer en mi rostro que no quería verlo aún. Así que le pidió que regresará más tarde.
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Editado: 12.08.2025