Sabía que las clases con Valentina valdrían la pena, más nunca imagine que las aplicaría también en la escuela. No solo me sentía fuerte y diferente, también se sentía curiosamente bien habernos defendido que poco era el arrepentimiento de haber golpeado a alguien. Comprendía el sentimiento de ligera superioridad y confianza porque lo sentí cuando leí a Valentina. Supuse que reflejaba esa felicidad porque las reacciones de Dorian, Conner y Franky no tenían precio. Estábamos en la cafetería fuera de la escuela y cada uno me observaba con cuidado, como si en cualquier momento pudiera atacarlos.
Le di un sorbo a mi bebida antes de hablar.
—Estoy bien —comenté tranquila, no iba a hacerles daño.
—Yo no —contestó Conner. Dorian y Franky lo miraron—. Estoy asustado.
—Reacciona —Franky colocó una mano en su hombro—. Lo hicimos bien.
Dorian dejo de observarlos, yo también, la escena comenzaba a ponerse rara. Entonces se dirigió a mí en un susurro.
—Eso que dijiste, me gustó —mencionó.
—¿Qué cosa?
—Lo último que dijiste allá.
Hice memoria antes de responder.
—Sí —contesté muy segura de mí misma—, Valentina me enseñó pelea cuerpo a cuerpo.
Dorian entrecerró los ojos, algo me decía que esa no era la respuesta que esperaba. Entonces se acomodó en su lugar y se acercó más a mí, su cara estaba muy cerca, tan así que podía notar gestos alegres, pero a la vez nerviosos y los ojos se le hacían grandes y ansiosos. Noté como tomaba aire antes de volver a comentar.
—Me refiero a lo otro, después de eso. Lo último que le dijiste a Alex
Volví a hacer memoria, entonces recordé que había dicho. Alcé la vista y me perdí en los ojos color ámbar de Dorian, no dejaban de analizarme, me veían expectantes a la espera de escuchar algo esperanzador. Mi corazón se aceleró y yo sonreí.
—Lo dije muy enserio —contesté al tiempo que mi mano buscaba la suya por debajo de la mesa, en cuanto la encontré entrelace nuestros dedos—. Somos novios, ¿no?
Algo de rubor apareció en las mejillas de Dorian, entonces se cubrió una parte del rostro con la mano; Conner y Franky nos observaban muy sorprendidos.
—Sigan en lo suyo —ordenó Dorian tratando de encontrar el mismo tono de voz de siempre.
No fueron muy discretos que digamos, pero lo habíamos aclarado, porque esto era enserio. Cuando ambos amigos se volvieron entre sí, solo para seguir discutiendo, Dorian se acercó a mi oído, solo para hacerme sentir más feliz de lo que ya era.
—Me fascina ser tu novio. —Y entonces me dio un beso en la mejilla.
***
A pesar de creer que las cosas habían salido bien, no tardó mucho cuando recibí una notificación en dirección. Alex me había acusado del golpe que le di tras defenderme y defender a Dorian en los vestidores.
Y solo me había mencionado a mí. Claro que yo podía haberle dicho a Dorian, pero no quería que se metiera en más problemas. Así que esperé un poco y decidí afrontarlo antes de contarle.
Pero el secreto no duró mucho. Pronto apareció Dorian fuera de las oficinas listo para intervenir, cosa que Vicky no se lo permitió.
—¿Por qué no? —oí que reclamó Dorian a mi amiga desde el pasillo.
—Porque así lo decidió Stella. No te mencionaron a ti y esto se hará más grande si intervienes.
—Precisamente porque yo fui quien le propino los golpes debería estar ahí dentro. Es tan canalla que solo metió en problemas a Stella.
—Aun así, estamos en tu reino y acarrearás más problemas si te metes —explicó mi amiga—. Es probable que para ella no trascienda de estas paredes.
Mientras esperaba a solas dentro de la oficina antes de pasar con el director, las voces de ambos llamaban mi atención.
Escuché a Dorian soltar un bufido y después continuar su discusión con Vicky, pero ya no era normal, comenzaba a haber más ruido que antes, así que me asomé ligeramente por la puerta y mi sorpresa fue encontrar a Alex con ellos.
Pensé en salir, no debían tener ninguna conversación amistosa, pero dudé, sobre todo porque al ser llamada, me informaron que era mi tutora quien estaba dentro hablando con el director.
Doris le diría a mi hermano y él haría algo al respecto. Sabía que probablemente recibiría una reprimenda, pero dudaba que estuviera de acuerdo en llevarme a Rosnia.
¿Qué más daba?
Igual ya estaba en problemas y no dejaría que Dorian se metiera en más por defenderme.
Salí y me encontré con Vicky junto a Dorian, ambos con un semblante ofensivo contra Alex. Debía admitir que me sorprendía un poco verlos hacer equipo.
—¿Necesitan calmarte como a un perro? —provocó Alex a Dorian, pero mi novio no se inmuto, aun así, Vicky siguió enfrente a la defensiva.
—¡Mírate! —exclamó ella para cambiar el rumbo de la pelea— ¿Así te dejó mi amiga?
Alex que llevaba una cinta en la nariz, un moretón en el ojo y vendas en otras zonas visibles borró su sonrisa.
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Editado: 23.07.2025