La rosa blanca y el pájaro ruiseñor

205. Stella

Cuando mi hermano anuncio sus intenciones, hubo un incómodo silencio en la mesa. El rey se mantuvo apacible, la reina no dijo nada y tanto Dorian como Vero tenían los rostros sorprendidos. Por un momento mis ojos coincidieron con los de Dorian, pero enseguida desvió su mirada. Me había parecido ver algo de esperanza en su rostro, aunque quizá era la mía.

Donovan en cambio, noté como su rostro se tensaba, estaba por estallar en furia, pero lo soporto y pensó que decir.

—Es un acuerdo con más de quince años de validez que beneficia a ambos reinos —mencionó Donovan—. Deshacerlo traería graves consecuencias.

De nuevo Dorian parecía tratar de asimilar lo que estaba escuchando. Tanto así que su cara de confusión no pudo ocultarla.

—Pero no beneficia a mi hermana —reitero Stefan, esto llamó la atención de todos—. Como bien saben en Rosnia nos vimos envueltos en una guerra interna hace unos años, como resultado hemos llevado a cabo una serie de reformas a fin de modernizarnos. Dentro de estos cambios incluyen el fin de matrimonios por beneficio. Tengo entendido que mi hermana, ya es mayor de edad aquí en Saltori, por tanto, ya no es más tutor de ella —explicó dirigiéndose al rey—, pero siendo la segunda princesa del reino, sí responde a mí, el príncipe heredero y jefe de la Casa De Vires. De tal modo que no puedo permitir que se viole la nueva ley de mi país.

—Su hermana reside en Saltori desde hace tres años —insistió Donovan.

—Por obligación, pero aún no estoy casada y mucho menos nacionalizada. Sigo siendo rosniana y puedo regirme por las normas de mi país —mencione en voz bien alta para que todos escucharan.

Hasta ahora me había mantenido callada. A veces para que Stefan tuviera el control otras porque debía que aceptarlo, tenía miedo. Sin embargo, se trataba de mí, no podía seguir escuchando como Donovan me trataba como un objeto.

Pude sentir las miradas de todos sobre mí, incluyendo la de Dorian. Soporte la presión, debía ser más fuerte si quería lograr mi primer objetivo.

—Pero ahora está en nuestro país princesa, por lo que sería mejor que se mantuviera callada —contestó Donovan tratando de contenerse, aunque claramente no le estaba funcionando.

Enseguida mi hermano se tensó y tuve que ponerle una mano sobre su brazo para tranquilizarlo.

—La princesa está en perfectas condiciones para hablar por sí misma —intervino Dorian y de pronto todos se quedaron callados y diría que hasta asombrados.

Él… acababa de defenderme.

—Parece que mi hermano sigue interesado en temas que no le concierne —añadió Donovan.

Dorian le lanzó una mirada y pude notar como Vero hacia el mismo gesto que yo hice con mi hermano, pero en el segundo príncipe, además de susurrarle algo al oído. Sentí un vuelco en el corazón al ver cómo se volvía a verla y le asentía con una sonrisa.

Desvié la vista y encontré a la reina observándome, pero no solo a mí, era a todos en la mesa. Nuestros movimientos y nuestros gestos.

De nuevo sentí la vergüenza subir a mi rostro. Antes ya vio una escena incomoda y ahora esto. ¿Habrá visto como me perdía en su segundo hijo?

Prometí no emocionarme con él. Olvidarlo y dejarle ser feliz. Me lo prometí y también a la reina, pero siendo sincera no lograba superarlo.

El ambiente de nuevo se percibía tenso, así que pronto, el rey tuvo que hablar para calmarnos.

—Es un honor tenerlo de visita, su alteza —comenzó refiriéndose a Stefan—. Por eso me gustaría que replanteáramos el acuerdo en la audiencia de hoy por la tarde.

—Me parece perfecto —contestó Stefan con tranquilidad.

El resto del desayuno lo continuamos con calma, pese a que la incomodidad seguía un tanto presente. Después de esta conversación sabía que ya nada sería igual.

***

Más tarde, mi hermano, Donovan, Dorian y el rey tendrían la audiencia fuera del palacio. Estos temas los llevaban a cabo en el edificio de parlamentos, con el resto de miembros de la corte, muy cerca de aquí. Así que podía estar tranquila que no sería molestada por Donovan el resto de la tarde. Sin embargo, su soldado todavía me asechaba. Este solo se alejaba cuando aparecía Valentina.

Me preguntaba si le habrá pasado reporte a su jefe del golpe que recibió de mi guardia y que lo dejo inconsciente.

Vero era quien menos pasaba tiempo en el palacio, por eso la reina le pidió que se quedará más tiempo con ella. Me parecía justo, yo ya había sido protegida en medida de lo posible por ella y yo no tenía resentimientos hacia la chica.

De todas las posibles candidatas, Verónica era quien me parecía más adecuada para acompañar a Dorian, aunque verlos juntos me doliera.

Al final me quede en compañía de Vale, solo hasta que se aseguró que el soldado había dejado de seguirnos. Después tenía que irse a hacer trabajo de infiltración.

Anoche le había dado la información sobre la llave que inquietó a Donovan.

Estaba a un par de escalones de llegar al pasillo que me llevaba a mi habitación, cuando lo escuché detrás de mí y su voz removió todo en mí.

—Stella —llamó Dorian a mis espaldas y de inmediato me volví a verlo—. ¿Puedo ver a Sunny?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.