La rosa del destino

una vida cotidiana

Al día siguiente, no fue distinto a los otros, por alguna razón me sentía más cansada que otros días, creo que no estoy acostumbrada a dormir tan tarde todavia.

– Rosalía ya es hora, vaya esta ves no te agarraste de la cabecera, a que se debe eso - se pone a lado de mi cama.

– Mama me ciento algo mal, no me puedo parar - apenas podía hablar. 

- Creo se a que se debe señorita - Me agarra de el cachete, con algo de fuerza, que me levanta.

- Ya, ya entendí mama mi cachete, duele, duele mucho - logra ponerme de pie, el cachete me pulsa mucho.

- Eso te pasa por dormirte con el uniforme puesto, que piensas que no me canso en lavar - apenas escucho lo que dice, aun que esa platica ya me la se de memoria.

- Pensaba que lo hacía la lavadora - Lo decía con algo de burla, aun que no me duro mucho el momento, ella me agarro los dos cachetes y los estiro ahora con un poco más de fuerza. 

- Que dijiste chiquilla malcriada - Más fuerza agarraba. 

- Ya baba ve vas a dejar sin gachetes bor bavor do vuelvo a decir dada edserio - Como si fueran dos ligas las soltó de inmediato, no sentía mis cachetes, por un minuto pensé quedarme si ellos. 

- Bueno señorita, vaya arreglandose tienes mucho que preparar, por suerte siempre tengo otro uniforme - lo decía algo calmada. 

- Si pero un par de cachetes extra no - Me sobo los cachetitos. 

- ¿Que dijiste hija? - Se me queda viendo algo enojada, lo escucho aunque lo dije en voz baja, es increíble su oído. 

- No nada solo cantaba una canción de moda - Volteo los ojos para disimular un poco, espero que no se de cuenta. 

- Bueno, hija vete arreglando, voy a preparar la comida, no tardes - La misma rutina, mis chanclas, la toalla y una que otra cosa personal, ya en la regadera aun con los cachetes adoloridos, recordé lo que paso ayer, deje correr el agua un rato, no se si podía ir a la cita con Andrés, es lindo pero hay algo en el que no me agrada, tampoco quiero ser cruel y dejarlo plantado, me sentiría algo mal por el, salgo de la ducha pensando que podía decir, al entrar veo mi uniforme en la cama, la cual esta tendida, al parecer subió para arreglar mis cosas, me dispongo arreglarme, veo la lista de útiles español, geografía, a, y cívica, por si fuera poco inglés, me recuerda a cierto gruñón - ¿Como vas hija? 

- ¡Ya voy! falta peinarme, en seguida bajó - Mi peinado es el más sencillo, es solo desenredarme mi pelo que es lacio, eso me ayuda un poco, la maestra sharon no me a negado entrar así, es por eso que lo hago, a mi parecer no se ve tan mal, Bajo las escaleras hasta llegar al comedor la comida esta servida - Buenos días mamá, ya casi lista, para irme a la escuela. 

- ­ Que bueno hija, solo te recuerdo algo, estas castigada, si se te llego a olvidar – si hay algo que mí mamá tiene es que jamás se le olvida nada, aun que los castigos, eso jamás pasa se oyen unos pasos, si papa ya se fue eso significa. 

-  Buenos días mamá, hola que tal tu castigo, hermana - lo dice julian burlándose de mi, lo odió.

- Bien, solo te aviso que esta conversación, es privada julian - lo empujo para que se vaya. 

- Si, que bueno al parecer alguien se quedo sin salida - Le jaló la oreja para que escuche en voz baja.

- Sabes que se mucho de ti, será mejor que te calles - lo aciento, Para que se le quite.

– Hija no puedes llevarte bien con tu hermano, por lo menos un dia - al parecer me vio mi mamá. 

- no mama, el es chocante busca la manera de hacerme enojar - Muchas veces me pregunto que se ganaría con hacerme enojar lo odió.

-­ Rosalía, antes de que te vallas, te recuerdo que saliendo de la escuela te vengas directo para la casa, quiero mostrarte algo, ya tienes la suficiente edad para saberlo - me deja pensando que será. 

– Si mama ya se, no te preocupes estaré aquí lo antes posible - Se lo digo algo indiferente.

- Espero que sea cierto, ya vete yo levantó el plato - Me dirijo a la puerta cuando lo escucho.

- Si mama, nos vemos - Salgo de la casa a toda prisa, Julian se quedo comiendo, así que no me preocupa verlo paso las calles de siempre, no tardó en ver a susana, en la esquina de la calle. 

- Hola ¿que tal te fue ayer? - Lleva unos lentes oscuros, pienso muchas entre ellas, que no le fue muy bien se quita lo lentes eso confirmo mi idea. 

-  Me fue fatal, toda la noche con la misma cantaleta por que tarde, donde había estado, no pude dormir hasta qué se cansaron mis padres, y tu - pobre tenia los ojos inchados del sueño.

– igual, mi mama me regaño hasta perder el aliento, me castigo no puedo salir a otro lado con ustedes, hasta dentro de tres meses, ¿también a ti te castigaron - eso si me va bien en tres meses.

-­ Igual, me quitartuon algunos privilegios como el celular la laptop la 
tableta, el viaje a París que había planeado dos meses atrás me lo decia casi llorando. 

- Ya, ya, entendi Susana no tienes que explicarme tanto - Sus papas seguido le suelen dar muchos obsequios, ya que es hija única, no se si sentir envidia o mal, ya que ellos no están en casa todo el día es por eso que pasa la mayor parte del día con nosotras, a menos que tenga que ir, a fiestas ejecutivas que organizan sus padres. 



#32221 en Otros

En el texto hay: romance y aventura

Editado: 22.10.2018

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