Mientras cruzaba el umbral del bosque encantado que bordeaba el Valle Central, Helena se sintió invadida por una extraña sensación.
El aire estaba cargado de magia, pero tambien de peligros.
En su camino, encontró criaturas fantásticas y retos desafiantes cada uno más complicado que el anterior.
Pero si embargo, nada la preparo para el momento en que, en medio de la espesura, chocara con alguien.
Y ese alguien era.
El Principe Juan Carlos Del Valle Plateado el cual estaba allí, tan resplandeciente como un amanecer, con su brillante armadura y su mirada decidida.
Sin embargo, sus ojos oscuros como la noche, se encontraron con los de Helena, y en ese instante cuando chocaron miradas, el mundo desaparecio en ese mismo instante.
De ese choque de miradas de ojos azules como el océano y ojos oscuros como la noche.
Pero ambos entendían que los dos estaban allí en busca de la misma flor, pero, en su interio, tambien empezaban a sentir una atracción irresitible el uno por el otro.
Pero sin embargo la rivalidad y la chispa que se sentía latente entre los dos no tardo mucho en surgir;
Ya que ambos principes veían a la rosa como su salvación personal, un símbolo de poder que podría cambiar el destino de sus respectivos reinos.
Lo que genero una gran discucion, en medio del bosque encantado, por quien debia obtener la rosa primero.
"No Permiteré que tus desos egoístas destruyan en lo que me esforzado por proteger" afirmo con determinación y replica el Principe Juan Carlos a la Princesa Helena mirándola fijamente mientras su miradas chocaba con la de ella.
"Yo tampoco dejare que tu ambición traiga mas dolor a mi hogar" le respondio la Princesa Helena furiosa y irritada con chispas brillando en su ojos.
A si dio comienzo una danza de enfretamientos, reconciliasiones y tambien un tira y a floja entre la guerra y la atracción entre los dos principes.