La rosa y sus espinas

Arcilla

Me moldearás con tus arácnidos dedos...
La niñez acariciaba los cielos,
La pureza de lo ilimitado,
Ahora mis zapatos besan la verde tierra
Que con su cálido hálito me germinó.
Cuando pisé a mis semejantes 
A la mirada vidriosa respondí con una lodosa.
El teléfono esperará para volverse campanario
Y yo lo aguardaré para ofrecer mis plegarias a la lejanía, 
Llevaré ciertas letanías hasta el osario.
Mi piel clamó por ser blanda alguna vez
Y ya se lamenta de este limbo,
Ansiosa escucha los trinos continuos
Hasta el amanecer laureado.
Pero lo blando termina en fuerza bruta
Y tus roces me devolverán la consistencia,
Pero la fuerza bruta se erradica,
Incluso para una brava Boudica,
Y no queda más que un suspiro,
Un diminuto y frágil soplo
Que sólo estremecerá las copas de los árboles,
Pero los suspiros ásperos de la naturaleza
Pueden derribar, conmover a las nubes.

Me moldearás con tus dedos, con tus arácnidos dedos.
La piel cede. Entonces quedan suspendidas las partículas
De un huracán de luces y tiempos futuros.

 



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En el texto hay: poemas a la vida, poemas varios

Editado: 27.11.2021

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