La rosa y sus espinas

Sombra y Pintura

De nada vale, de esta monotonía no se sale.

Clásico y tácito entre lo común y lo exuberante
Resulta este mudo y nefasto día, demasiado soleado y aberrante.
Es tarde para tanta claridad entre lo hostil y lo inquietante.
Acidificadas las maniobras para alguien con estante,
Me jacto de comprender demasiado, de ser una estudiante
Del curso de los días, de la monomanía más errante.
Demasiado significado, agnóstico de creencias y parpadeante,
Posee cuanto he visto, y yo lo he provisto de todo lo faltante.
Me confieso adicta a este sextante, pero no soy más navegante,
He besado muchas aventuras siendo cada día más delirante.

En esa pared siempre hubo una fisura,
Pudo esconderse entre sombra y pintura.
Entre singularidad sonrió la fractura,
Mas eterna en su contorno aún supura.
Se criticó a la herida del ladrillo como impura
Para un muro ideal y su ideal estructura.
Era sólo una pequeña grieta, no necesitaba cura,
Pero el tiempo y la agresión natural le valieron más ruptura,
La ensancharon ensañándose con su endeble postura,
Se abrió cual vieja y dañada costura.

Ese anciano libro de páginas no estaba exento,
Sació a todo lector de cultura y aventuras sediento.
Yo también lo leí y sé que me leyó en algún momento
Pues logró que por horas no me separase de mi asiento,
Inerte, cerca de la trama y lejos del sufrimiento.
Sin sus vocablos el tiempo es demasiado lento.
Releerlo causó la ilusión de nadar en el viento,
Devolverlo a su seguro estante me causó remordimiento:
Es sacrílego pausar lo que evita el desaliento,
Pero más lo es haber causado su desgaste y quebrantamiento.

Pero de nada vale, de esta monotonía no se sale.



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En el texto hay: poemas a la vida, poemas varios

Editado: 27.11.2021

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