I
Parajes, pródigos en naturaleza única,
Ya en la lejanía se despliegan cual túnica
De contrastes. Es mejor que nunca su exotismo
Que atrapa la vista y la lleva al abismo.
Mientras, se rema en océanos autodestructivos
Remansos de calvario sanguinario y pasivo,
Pero este paisaje es significativo:
Se desvanecen diversos dispersos conflictos,
No hay entonces punzantes pesares invictos.
II
El crepúsculo rutilante como arco iris
Refracta fulgores de almíbar en el iris.
Está bordada como en lienzo la vereda,
Se apaga cual suspiro de ánima queda,
Parpadea cada árbol de la alameda.
Bostezo de oro pulido para el astro:
Ya asciende la emperatriz de alabastro
Que reinará con su cetro de mutismo vasto
Y sólo hará murmurar al endeble pasto.
III
Nube espectral sobre la estrella de plata:
La sombra, sombra que cruza como una rata,
Opaca la cuna de los aciagos luceros,
Que surca el cielo como flota de veleros,
Pero no son todos tan pulcros y tan sinceros:
En ellos se ven el "más allá", cerrados ataúdes
Con las tortuosas memorias, los plañideros laúdes
De melodías que no alcanzan los oídos,
Antigüa canción de atenuados latidos.