La rosa y sus espinas

Jazmines de Miércoles

Se acabaron los sanos jazmines de miércoles,
quedan las violetas dominicales,
hay orquídeas y rosas
pero no pueden otorgarme
sino las espinas y los espolones.

Admítelo:
Era un día atravesado para recoger flores,
pero te gustaba un poco de dificultad
hasta que percibiste más sinsabores.
Desanima recoger violetas en domingo,
tan reflexivas y pasivas.
Los jazmines desbordaban la lírica de su aroma
hasta la nueva caída de otra Roma.

Admítelo:
Los imperios son efímeros,
y más los del alma
que se sostienen por danzantes hilos neuronales.
Esa dinámica odia tus imperios, perdiste esta conquista.

Admítelo:
Era un día atravesado para adornar la ciudad del ego.
Te debes marchar. Sólo me has dado orquídeas marchitas, espinas de rosas, jazmines de miércoles.
Y me he quedado con las violetas dominicales
cuyos pétalos no miran con firmeza,
dudan en esparcir su aroma esas tristes violetas.
Te quedaste con la mejor parte del jardín

Odio los miércoles, a veces quisiera sacarlos, colgarlos y secarlos al sol.
Llueven mucho mis ojos los miércoles dejando charcos resbaladizos.
Odio los miércoles: a veces quisiera eliminar la melodía de esos jazmines,
pero tú que a tanto te atreviste, cosiste esas flores a mis venas.
Odio los miércoles: son las notas negras del piano en las tardes lluviosas,
son tu voz convertida en lo que más quiero oír.

Odio los miércoles, pero amo los jazmines, y no poseo otra partícula de ti.
 



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En el texto hay: poemas a la vida, poemas varios

Editado: 27.11.2021

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