La salvación de Alexei [serie Ice Daggers 3]

Capítulo 6

 

Entrenamiento de novatos

 

 

 

 

—Debes ser más rápido niño.

Alexei esquivó el golpe de Tyler por tercera vez, el chico comenzaba a frustrarse y él tenía la mente en otro lado.

El fresco aire de la mañana secaba las gotas de sudor, su cuerpo aún no sentía los efectos de las horas impuestas en el ejercicio físico. Sin embargo, su aprendiz se veía debilitado a pesar de que su expresión seguía viéndose determinada a superarlo.

Tyler se puso en posición, concentrando toda su atención en los movimientos de Alexei.

Mientras que, Alexei esperaba con ardua paciencia para aprender las habilidades del chico y también para encontrar sus puntos débiles.

Uno de ellos era su impaciencia por atacar primero, un derechazo por poco conectó en su pómulo izquierdo, con sus reflejos al límite Alexei volvió a esquivar el golpe, y en el movimiento notó que el joven dejaba desprotegidas sus costillas en sus ataques.

Alexei dirigió un rodillazo a ese punto débil, Tyler se dobló pero de inmediato tiró otro golpe con su puño izquierdo.

El golpe no hizo mucho daño.

—Usa toda tu fuerza, yo no soy de papel, tal vez así me alcances.

Tyler estiró su brazo derecho y esta vez, el puñetazo si dio en el blanco, haciendo que Alexei se desestabilice por un momento. Tyler avanzó, lo tomó por el cuello y le acertó un rodillazo que apenas pudo contener con sus manos, Alexei retrocedió pero un nuevo golpe en su mandíbula le dejó sin reacción, y luego otro más terminó por hacerle trastabillar.

Esquivo un gancho izquierdo y giró, elevó su pierna dispuesto a darle una patada en sus costillas pero Tyler advirtió el movimiento y se movió tomando su pierna la hizo girar, al final, el aprendí derribó al mentor al suelo.

—¡De eso estaba hablando! —Exclamó Alexei levantándose y sacudiendo sus ropas. 

Tyler sonrió complacido por su logro. El novato era fuerte, ágil y resistente, a Alexei le gustaba su espíritu emprendedor, aunque solo llevaban un par de horas practicando técnicas de combate.

Su foco de atención se desvió desde su sonriente aprendiz a la mujer de cabello rubio y ojos verdes, había sido toda una sorpresa cuando apareció en el porche de su cabaña, ella los observó toda la mañana sentada en la hamaca de tela que colgaba en su porche. Sin hablar, sin moverse, sin hacer un sólo ruido, pero estaba ahí y eso le encantaba. Se le había erizado el pelaje al felino cuando sintió su presencia. 

—Bien Tyler —Alexei volvió a ponerse en posición de ataque—. Quiero ver cómo esquivas.

Alexei lanzó un golpe al pecho del muchacho, que lo esquivó con facilidad, luego dio otro, directo al cuello, esta vez el chico tuvo que arquearse para evitar el golpe, después arremetió con fuerza al tórax, pero terminó cogiendo aire cuando Tyler se ladeó hacia la derecha.

El chico era rápido, era notable que lo que le faltaba en fuerza era bien recompensado en velocidad.

Volvió a lanzar un golpe con su puño izquierdo pero un grito ahogado los interrumpió. Alexei buscó la dirección del sonido y vio a Ashley con una graciosa expresión en su rostro, medio asustada medio curiosa, viendo al techo en donde un leopardo de las nieves la miraba.

—¡Liam! —gritó— ¡Baja de ahí!

Liam permaneció unos segundos en su posición y luego saltó del techo, cayendo con toda la gracia del mundo felino. Alexei no podía entender la manía que tenía Liam por trepar, generalmente los leopardos de las nieves eran gatos terrestres, aunque el lugarteniente de su clan no obedecía esa regla, por eso se había llevado varios sustos por apariciones como esas.

Liam sacudió su cabeza y su cuerpo, se acercó trotando y a modo de juego lanzó un par de zarpazos a las piernas de Tyler, él chico le siguió el juego.

—¿De dónde vienes?

Liam lo miró y se giró para indicarle la dirección, Noreste. Venía del límite con el territorio Moon Fighter.

—¿Te estás juntando con los lobos?

Ante la broma, Tyler lanzó una carcajada.

En un instante el cuerpo del leopardo se tensó y emitió un ronco gruñido que rápidamente eliminó las risas, Liam miró a Tyler mostrando sus dientes y el chico sonrojado puso la vista en el suelo.

Algo no andaba bien.

—¿Qué pasa Liam?

Dio un gemido y luego caminó en la dirección que le había señalado, dando gruñidos.

Alexei avanzó junto a él, con todos sus sentidos en alerta intentó hallar lo que le producía tal reacción, hizo un barrido visual a su alrededor, expandiendo su capacidad auditiva al máximo, usó al leopardo para indagar sobre un posible peligro.

Pero por un extenso momento todo el entorno pareció estar en calma. Cuando iba a abandonar la indagación, su corazón se aceleró cuando seis lobos aparecieron del bosque, trotando hacia ellos a una velocidad alarmante.




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