La noche llegaba a su punto máximo mientras un chico, herido, quizá a punto de morir, corría por un campo de rosas negras con todas sus fuerzas con el propósito único de ver a alguien antes de dar su último aliento. Los cuervos, ya anticipando lo obvio, le seguían sedientos de su alma. Entre lágrimas cristalinas que reflejaban a la luna, intentaba dilucidar qué fue lo había salido mal, cuando a la distancia, creyó ver una entidad algo borrosa y sombría acaso podía ser ella...?.
Después de mantener la mirada un tiempo el chico se percató de que tal vez si se trataba de quien él esperaba; trato de dar un paso más, pero su agotamiento era demasiado, los cuervos solo pensaban en que partes de su cuerpo comer primero en cuanto cayera al suelo, la entidad sombría solo permanecía parada observando en silencio; mientras que el chico trataba de avanzar sin desmayarse.
-perdón A... -dijo el chico con su último aliento.
El chico, después de dar su último aliento, cayo al suelo, solo mirando fijamente la figura sombría por última vez, en ese momento los cuervos empezaron a volar hacia el cuerpo, ya que estaba herido no tenían que esperar a que otro animal lo desgarrara.
La entidad sombría empezó a acercarse lentamente, su presencia era tan imponente y llena de oscuridad que ni la mismísima luna podía iluminarla, ya estando lo suficientemente cerca tomo la mano del chico.
El chico ya no respondía ni daba señales de vida, la luna había iluminado el rostro de la entidad y llego a iluminar su rostro, se trataba de una chica y mientras la chica acariciaba la mano del chico, este en un segundo plano miraba a través del reflejo del agua un recuerdo que había olvidado desde hace mucho tiempo; este al volver a recordar una época donde fue feliz solo soltó una pequeña sonrisa.
Esa entidad sombría lo observaba con una sonrisa, una sonrisa tan macabra que reflejaba el humor que le provocaba la muerte del chico, solo con ganas de reír a carcajadas, pero solo se acercó a su oído para murmurarle lentamente.
-creí que los cuervos te ayudarían -murmuro la entidad con una voz hostil.
En ese momento la luna fue tapada por varias nubes apagando su resplandor, los cuervos de repente se asustaron y volaron lo más rápido posible y una brisa helada empezó a sentirse por todos lados.
La chica bajo la mano del chico y se cubrió del frío con su capa, miro hacia el sur donde había un pequeño pueblo llamado Kohle, cuando bajo otra vez su mirada hacia el chico noto que este ya no estaba en el suelo como lo había visto unos segundos antes, detrás de ella sintió una briza más fría que las anteriores y en ese momento la luna volvió a salir entre las nubes, iluminando todo el campo.
-no es tan fácil, pero yo cumpliré la parte de mi trato -murmuro la chica.
Lentamente la chica volteo a ver que estaba detrás de ella y cuando volteo lo suficiente vio al chico parado detrás de ella con unos ojos rojos que se iluminaban en la oscuridad; este no mostraba sentir ninguna emoción ante ella y cuando el chico noto que ya lo había visto solo soltó un pequeño gruñido.
-si piensas matarme al menos dime algo lindo -dijo la chica con una voz dulce.
El chico no respondió al comentario estúpido de la chica y este siguió mirándola fijamente, después de unos segundos este miro hacia el norte y empezó a caminar lentamente ignorando a la chica.
-te vas a dejar matar -grito la chica.
El chico volteo a verla y solo levanto sus hombros y siguió su camino, pero la chica no soporto ese comportamiento y se lanzó a atacarlo por la espalda; el chico se agachó antes que la chica golpeara su espalda y justo cuando este vio el brazo de ella sobre él lo tomo y le dio una vuelta en el aire para que cayera inconsciente al suelo.
La chica se levantó después del gran impacto que tuvo, se mantenía persistente a matar al chico y esta corrió hacia él empezó a lanzarle patadas al rostro y golpes al pecho, pero cada uno de los intentos de diñarlo fueron inútiles, ya que este esquivo todo sus golpes.
-por cierto ya lo sabes, pero me llamo Azumi -dijo la chica con una voz jadeante.
Justo cuando creía que estaba a punto de lastimarlo con una patada en el cuello, el chico tomo su pie y lo empezó a apretar hasta que este tronara.
-crees que diciendo tu nombre vas a poder matarme mas fácil, intentas matarme, pero no sabes mi nombre -dijo el chico con una voz andina.
-creo que eres lindo -contesto Azumi con una voz dulce.
-me repugnas -contesto el chico.
El chico jaló a Azumi hacia él y cuando la tuvo cerca la lanzo lo más lejos que pudo, pero como siempre Azumi se mantenía persistente y no se alejaba, el chico ya harto de ella dejo de moverse esperando a que esta se cansara en algún momento.
Azumi se mantenía persistente, pero en un punto donde el chico detuvo un ataque hacia sus costillas, este sintió como algo se derramaba dentro de él, dio varios pasos hacia atrás mientras se balanceaba un poco; cuando vio eso Azumi decidió darle un cabezazo y volverlo a golpear en las costillas, esta vez el chico no pudo detener los ataques y cayo en medio de las rosas.
Las rosas negras empezaron a tornarse rojas y a tener salpicaduras del mismo color, el chico se retorcía y ponía su mano sobre su ojo como si este le doliera, puso tanta fuerza en su mano que logro derramar sangre a causa de que este inserto de forma profunda sus uñas en su piel; había marcado de sangre todo su ojo derecho a causa de eso.
Azumi al ver esto solo se quedó viendo hacia abajo al chico como si este fuera una vil y pequeña cucaracha, pero cuando esta se dio cuenta noto que los ojos del chico habían cambiado de color, uno se había tornado azul y cuando esté quito su mano lentamente de su otro ojo pudo ver que era verde; estos se miraron fijamente por unos segundos, pero el chico jalo un poco de aire y cerro sus ojos, sin que pasara tanto tiempo este saco el aire y cuando abrió sus ojos, estos se habían tornado negros y en un segundo este se posicionó detrás de Azumi.