Ginji
Invito a pasar a Talk a mi casa y él mira el lugar mientras avanza. Cierro la puerta detrás de mí, luego lo sigo hasta que se sienta en una de las sillas del comedor. Lo miro y me sonríe, así que hago una pequeña risa nerviosa.
—Bonita casa —expresa tranquilo.
—Gracias, es la que Selenia me dio —digo de mala gana, pero luego sonrío algo tímido—. ¿Quieres algo de beber?
—No, gracias —exclama en seco.
—Lo siento, no sé cómo comportarme, nunca he tenido amigos.
—Yo tampoco, no te preocupes. —Apoya su codo en la mesa y posa su mano en su mejilla—. Qué sueño. —Bosteza.
Me sobresalto, corro a sentarme a su lado y me disculpo otra vez.
—Perdón por despertarte tan tarde, pero de verdad necesitaba compañía.
—Prácticamente me obligaste a venir con tu manipulación, así que no interesa. —Se ríe, luego hace una pausa, quedándose pensativo—. No te veía tan controlador, hay un lado tuyo malvado que no había visto.
Me río.
—Qué gracioso. Lo positivo que puedo sacar de esto es que estoy siendo más expresivo, antes parecía demasiado serio ¿Te molesta?
—Me tiraste tu peluca en la cara, créeme, ya eras así —expresa sonriente.
Quedo tildado.
—¿O sea que no es por la magia?
—La magia podrá impulsarte a hacer muchas cosas, pero todo lo que haces eres tú en esencia. Solo te dio un empujoncito, no hizo tanto.
—¿Está bien sentirme emocionado por eso? —Mis mejillas arden.
—¿Por qué no? Ten confianza en ti. —Me sonríe de forma amable.
—¿Por qué no has tenido amigos? —pregunto de repente por curiosidad y para aflojar la tensión aclaro lo mío—. Yo me esforcé tanto en mi sueño que me olvidé de forjar relaciones y hacerlas es difícil con la personalidad que mis padres me impusieron. —Suspiro para acto seguido citar el lema familiar—: “Siempre sereno, siempre callado, siempre reprime todo, entonces pasará, lograrás el objetivo”.
Talk se ríe.
—Suena a un robot.
Sonrío.
—Sí, les gusta controlar todo. —Hago una pausa—. Ahora tú —insisto.
—No confío en las personas, me lastiman —dice serio.
Parpadeo varias veces rápido.
—Oh, yo…
—Descuida, está todo bien. —Vuelve a sonreír, así que hago lo mismo—. ¿Vamos a hablar de tu amorcito o qué?
—¿Eh? —Quedo confuso.
—Rouge —agrega.
Me sonrojo.
—No es mi amorcito es mi mánager.
—También fue mi mánager —me recuerda.
—No entiendo por qué no siguieron trabajando juntos —opino.
—Pregúntale eso a Isidor.
—¿Isidor?
—Mi “padrino” por así decirlo.
—¡Ah! Como Selenia. —Reacciono.
—Sí ¿Y bien? —Hace una pausa—. ¿Qué pasa con el cuento y el mánager?
—Dijiste que yo estaba en esa historia, entonces Rouge también lo está, digo porque los tapetes coinciden, no puede ser casualidad.
—Y recién te das cuenta. —Se ríe.
Frunzo el ceño.
—No te burles si tú no me explicaste nada.
—¿Qué voy a explicarte si yo tampoco sé mucho? Que me hayan cambiado de sexo por más tiempo no significa que sepa más que tú. De hecho buscas protección en mí cuando en realidad estoy en tu misma situación, no soy un ser místico y poderoso que pueda salvarte.
—No busco que puedas protegerme, solo quiero tu compañía.
Se queda tildado, mirándome fijamente, un rato largo hasta que sonríe.
—Eres agradable, Ginji, las personas que te desprecian no te conocen de verdad.
Me sonrojo.
—Gracias, tú también lo eres, pero por favor no te rebajes, ese no es el Talk que conozco, él tiene mucha confianza en sí mismo.
Se ríe.
—Tienes razón.
—Bueno… —Hago una pausa antes de continuar—. ¿Sabes algo más? Yo solo puedo aportar que tuve una pesadilla con Rouge que me hizo dar cuenta que si él es el del cuento, entonces es el hombre que fue consumido por la oscuridad.
—Tiene sentido, por eso nos involucran tanto con él y buscan a personas de su círculo. Solo sé que la secta venera al dios de la oscuridad y que los padrinos son seres creados por el dios del deseo ¿Eso te ayuda?
Me emociono y tomo sus manos.
—¡Sí, mucho, gracias! —Lo suelto y me alejo despacio, pensativo—. ¿Eso quiere decir que Rouge es el dios de la oscuridad? Qué loco, no lo veo como un dios.