La secta del cambio de género

Capítulo 26

Ginji

Leo el libreto mil y una veces, pero no logro concentrarme, nunca he estado tan deprimido como ahora ¡¿Qué me pasa?! ¿Tanto me afecta lo de Rouge? Debo ser tan patético, pedir que se aleje y luego extrañarlo ¿Por qué todo es tan difícil? Antes solo me tenía que preocupar por mi carrera, ahora por mi identidad, mis emociones y lo que conlleva todo esto de la magia.

            —Hola.

            —¡Ah! —grito cuando veo a Selenia aparecer de repente—. ¡¿Me quieres matar del susto o qué?! —me quejo.

            Entrecierra los ojos y se acerca a mi rostro, molesta.

            —¿Te doy todo y así me pagas? Lo peor, ni te he estado molestando, pero tú vas y evitas a Odyssey.

            —¿Ody-qué? —Enarco una ceja.

            Se aparta y se mira las uñas.

            —Ah, sí, aquí es Rouge. Como sea, deja de ignorarlo, él está haciendo lo mismo y me estresan.

            —Eh… ¿Y a mí que me importa?

            —Querida, es la oportunidad de tu vida, la estás desaprovechando. —Me observa de refilón, se nota el odio en su mirada—. No tuve la suerte de encontrarte para que lo arruines. —Se gira a verme fijo y me señala—. El trato es este, tú vive la vida de tus sueños, pero mantén a tu media naranja feliz, ¿entendido?

            —Yo ya vivía la vida de mis sueños, tú me la arrebataste —expreso molesto.

            Se carcajea.

            —Querida, estabas en el descenso de tu carrera, yo te salvé.

            —¡Deja de hablarme en femenino! —me quejo otra vez.

            Ríe todavía más y parece que se emociona.

            —Estoy tan feliz, lo rápido que has cambiado es impresionante, puedo ver tantas expresiones en tu rostro de fantasía, justo como tu yo original, justo como el amor de Odyssey. El dios de la oscuridad estará complacido, lástima que sigues ignorándolo, una cita no les vendría mal a ustedes dos. —Chasquea los dedos—. ¡Eso es, una cita! —dice emocionada—. Qué inteligente que soy.

            —No sé de qué hablas, yo me largo. —Me giro para irme, pero veo como si un portal se abriera a mis pies y me caigo—. ¡Ah! —grito asustado y me sonrojo de la vergüenza, viendo que termino en la silla de un restaurante, entonces todos me están mirando. Observo al que toca el violín, así que quedo traumado—. Oh, estas alucinaciones van de mal en peor. —Me miro, acto seguido grito de nuevo—. ¡¿Y de dónde salió este vestido?!

            Rouge

Llego al café que está en frente de la agencia y visualizo a Talk charlar con una chica. Me irrita en desmedida, porque se la pasa con Ginji y luego anda con otra. Estoy tan molesto que veo que las luces del establecimiento titilan, por culpa de esa energía negativa que sale de mi cuerpo. Me dirijo al baño para que nadie note mi presencia, entonces al entrar las luces que se rompen son las de este. Acto seguido una iluminación distinta aparece en el lugar, es de un tono celeste, me giro y veo a un hombre con ese mismo color de cabello, pero con claritos de color morado. Él sonríe, se me acerca despacio al rostro, puedo sentir su respiración cuando sus labios rozan los míos.

—Te extrañé —susurra.

Voy a responder, pero como si un agujero negro me absorbiera del suelo, caigo sin poder contestar y extrañamente termino en una silla, donde en frente de mí veo a Ginji, tiene un hermoso vestido fucsia, es hermoso. Bueno, hermosa, sigue siendo mujer, aunque si se lo digo se enfadaría conmigo. Me estresa un poco esto, porque estaba seguro de ser gay y no bi, aunque quizás es solo que me gusta Gin y ya, no importa como sea.

—¿Qué sucede? —digo confundido.

            —Selenia. —Bufa.

            —Hay que irnos. —Intento pararme, pero no puedo.

            —No insistas, ya traté, igual no logro levantarme ni con la silla, debe ser magia o algo así.

            —¿Por qué? —expreso sorprendido.

            —Al parecer debo hacerte feliz.

            —Parece una imposición que no estoy dispuesto a seguir —acoto y sus mejillas se sonrojan, así que me muerdo el labio—. Quiero que sepas, y lo voy a repetir siempre, jamás te obligaría a nada, pero tienes razón, hay que mantenernos alejados.

            —¿Cómo? Estamos atados a unas sillas.

            Sonrío, luego aclaro con confianza:

            —La otra vez se me ocurrió algo, esta también será así.



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En el texto hay: boyxboy, lgbt, magia

Editado: 02.03.2022

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