La secta del cambio de género

Capítulo 30 - Prisionero

Ginji

Escapar por el conducto de la ventilación parecía buena idea, pero cuando salgo de este, me encuentro con Selenia, ella sonríe con gozo.

—Al fin —expresa satisfecha.

—¿Qué? —digo confuso.

Me sobresalto cuando me agarra del brazo, desprevenido.

—Ya estás lista, querida —aclara.

—¿Lista? ¿Lista para qué? —Enarco una ceja—. Y se dice listo —la corrijo y se carcajea, así que frunzo el ceño—. ¿Este fue tu plan desde el principio?

—Un poco de esto, un poco de aquello, pero sí, estás lista para visitar la secta.

—¿La secta?

¡La que Talk dijo que por nada del mundo debo ir!

—Sí.

—No puedo ir ahí, es peligroso.

—Claro que sí, no seas cobarde. —Comienza a caminar y yo me resisto—. Mira, ya cumpliste tus sueños, que no los aprovecharas no es mi culpa. Además, si no querías ir, no hubieras desvelado tus emociones.

—¡¿Y yo qué sabía?! —me quejo—. ¡Y no cumplí ningún sueño, yo no quería ser mujer!

—¡Ah! Pero te vestías de una —se burla.

—¡Es diferente! —insisto.

—Como sea ¡Adentro! —Me lanza por una especie de agujero negro, entonces caigo al piso.

Me golpeo bastante fuerte.

—¡Auch! —grito adolorido.

—No seas llorona, debo ir a prepararme.

Se va en otra dirección mientras otras personas, las cuales tienen máscaras, me agarran en silencio.

—¡No me dejes aquí con estos raros!

Miro el lugar, parece una catedral vieja con paredes negras, hay muchas velas en el sitio. Esta edificación se ve lúgubre, me da escalofríos.

—¡No me toquen! —grito cuando me quitan los zapatos, luego me sorprendo en el momento que el vestido fucsia se vuelve blanco y de otro estilo más suelto y liso—. Qué estrés.

La gente rara me empuja, sin darme opción, entonces llegamos a un lugar al aire libre, lleno de antorchas alrededor y con un atril a un costado, terminan por atarme las manos a unas cadenas.

Siento un extraño déjà vu, tal vez fue una pesadilla, pero es la misma mierda ¡Es el peor día de mi vida! Más cuando veo que hay monstruos salidos de la tierra. Son oscuros con forma humanoide, parecen espectros sin rostro que avanzan hasta mí.

Uno logra agarrar mi pie, así que grito desesperado por soltarme cuando caigo, los otros también me tocan con sus manos horripilantes y monstruosas. Varias antorchas se encienden de la nada, así que esas cosas se alejan por culpa de la luz. Una persona con máscara blanca y túnica negra se acerca hasta el atril, junto a los demás extraños.

—Nos honra tenerte hoy aquí, Ginji. —Reconozco su voz, es Selenia, por lo tanto frunzo el ceño—. ¡Deléitate, mira lo mucho que has avanzado, mira tu valentía, ahora ya eres el espécimen perfecto! Nos honra lo mucho que has mejorado, por eso hoy es el día, hoy te entregaremos a nuestro gran señor. —Alza las manos—. ¡Oh, gran ser, asómbranos con tu gran presencia, acepta este sacrificio! Un hombre que ahora es mujer, joven y pura, tómala, haz lo que quieras con ella, es tuya.

Un monstruo, idéntico a los demás, pero enorme, con colmillos que dan terror, sale de las profundidades de la oscuridad y se dirige a comerme.

¡Lo sabía, es ese dios!

No termino de pensar, ni de gritar y llorar, que mi pequeño cuerpecito acaba entre esos dientes, literalmente me comió.

~~~

—¡Oh, no! —grito al despertarme y me siento rápido en la cama.

Respiro agitado y me limpio las lágrimas que mojaron mi rostro. Observo el lugar, dándome cuenta que no es ni por asomo mi cuarto. Es una enorme habitación blanca ¿Y de dónde salió este vestido? También es blanco, aunque sus franjas son doradas. Bajo del colchón con mis pies descalzos y avanzo despacio y con cautela hasta la puerta. Parece un lugar calmo, pero me recuerda a un sueño. Cuando estoy lejos de la cama, la vuelvo a mirar.

"Suéltame, me asustas".

"Rouge, no quiero".

Retrocedo y mi espalda se choca con la puerta.

Es la cama de mi pesadilla. Observo mejor la habitación. Si la pones en la oscuridad, la verdad que es idéntica. Necesito salir de aquí, pero ya.

Abro la puerta rápido, me voy corriendo, aunque me termino deteniendo, pues veo el enorme lugar. A diferencia de la secta, este sitio es todo blanco y angelical. Me acerco a la baranda, entonces en planta baja visualizo dos fuentes, pero al final veo lo que si me interesa.

¡Una puerta que parece la salida!

Corro al bajar por las escaleras, pero cuando piso el último escalón, unas mujeres me detienen.

—Mi señora, ¿ha dormido bien? —me pregunta una.

—Eh... no mucho ¿Me dejas pasar?

—¡Oh, qué terrible! —dice otra—. Le traeré un té de hierbas. —Se va corriendo.



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En el texto hay: boyxboy, lgbt, magia

Editado: 02.03.2022

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